Jalisco

Efectos del huracán alianzas

No son lo mismo Tlaxcala, Aguascalientes y Zacatecas que Sinaloa, Puebla y Oaxaca

El sábado, Francisco Ramírez Acuña estaba haciendo maletas para trasladar, lo antes posible, su oficina a la colonia del Valle de la Ciudad de México, en la sede nacional del PAN. Esperaba un amplio fracaso de las alianzas electorales que su partido hizo con el PRD y con ello, la derrota final de César Nava. El resultado del domingo no pudo haber sido mejor para Nava y peor para Ramírez Acuña.

Para los presidentes nacionales del PAN y del PRD, lo dijo con toda claridad Jesús Ortega, de lo que se trataba esta elección era de preparar el camino para el 2012. El único objetivo de las alianzas fue que el PRI no se quedara solo desde ahora rumbo a la elección presidencial. Si PAN y PRD hubieran ido cada uno por su cuenta habrían perdido, sin duda, las 12 gubernaturas: la derrota estaba más cantada que un strike (con tirabuzón) de Fernando Valenzuela en sus mejores épocas. Es cierto, el PRI mantuvo nueve de las 12 sillas que estaban en juego, exactamente el mismo número que ganó hace seis años; la diferencia estriba en que perdió tres de las cuatro importantes y se quedó con las tres chicas. No son lo mismo Tlaxcala, Aguascalientes y Zacatecas que Sinaloa, Puebla y Oaxaca. Las tres primeras suman tres millones 640 mil habitantes contra 11 millones 735 mil de los estados donde ganó la oposición; el PRI perdió ocho millones de gobernados en una jornada. Si queremos dimensionar el tamaño del golpe en pesos, la diferencia de presupuesto entre los tres estados que pierde el PRI frente a los tres estados que gana es de 65 mil millones de pesos. Esta derrota en términos de población y de presupuesto, equivale a haber perdido Jalisco.

César Nava no sólo no se va a ir antes de tiempo, sino que puede plantearse tranquilamente la posibilidad de ir a una reelección. Nava entró de emergente para concluir el periodo 2007-2010 que Germán Martínez dejó a medias tras la escandalosa derrota del PAN en la elección federal de 2009, por lo que a finales de este año viene la guerra por el control del partido. Tras el éxito de la política de alianzas planteada por Nava y con la elección del Estado de México enfrente, será muy difícil para el ex gobernador Ramírez Acuña, más doctrinario y abiertamente antialiancista, pelear por esa posición. La política es más inestable que una lancha del parque Alcalde; lo que hoy parece cierto, mañana no lo es.

Los residuos del huracán alianzas llegarán sin duda a Jalisco con tormentas que benefician a unos y perjudican a otros. Paco está entre los damnificados.

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