Jalisco
Constructora y proyectista dañaron acueducto Guadalajara-Chapala
La avería causó afectaciones por un millón y medio de pesos, ya cubiertas
GUADALAJARA, JALISCO (28/OCT/2011).- Tras evaluar el daño que sufrió la semana pasada el Acueducto Guadalajara-Chapala, y que el área de Contraloría del Sistema Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado (
SIAPA) realizara el desglose de responsabilidades, se ha corroborado que tanto la compañía constructora Grupo Bachaalani, como la empresa proyectista que coordinó para la instalación de un colector pluvial en zonas próximas al principal ducto de abasto de agua en la ciudad, están comprometidas en el desperfecto.
Así, salvo el desplazamiento de personal operativo y especialistas para que repararan la fisura que ocasionó maquinaria pesada, la paramunicipal no erogó un solo peso para el resarcimiento de daños. De hecho, ya el monto fue subsanado esta misma semana por ambas partes.
Uriel Parga Ramírez, director jurídico de esa instancia, da cuenta que del monto inicial que se supuso costaría la reparación (tres millones de pesos, según él mismo declaró previamente), sólo se requirió la mitad; esto es, un millón y medio de pesos. Consideró como algo “raro” que esta falla se cubriera a la brevedad por las partes involucradas, aunque así queda establecido en el contrato signado entre ambas partes.
Refiere que ya se ha determinado la razón por la que se incurrió en este error de cálculo, que mantuvo por 36 horas sin agua al 47% de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG): fue un desvío del colector.
“El dictamen que hasta este momento hemos concluido es que los planos que aquí tenemos del acueducto corrían de manera paralela en un canal existente. El canal fue modificado, se puede decir que invadido; el trazo de la calle original no era de esta manera, y los vestigios que se encuentran, que son las tapas de registros, indicaban que era un trazo recto. No esperábamos la existencia de una pequeña desviación”.
Añade que incluso en las primeras horas del desperfecto se tenía duda respecto a afectaciones en esta línea de abasto, debido a que hace tres años se instaló un ducto de drenaje que corre en paralelo. “Al principio se pensó que esta es la que se había perforado”.
Dicha “desviación” existe desde que se concluyó el acueducto Guadalajara-Chapala (1991), y tuvo que hacerse porque una “formación rocosa” impedía que su curso fuera en línea recta.
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA
Así, salvo el desplazamiento de personal operativo y especialistas para que repararan la fisura que ocasionó maquinaria pesada, la paramunicipal no erogó un solo peso para el resarcimiento de daños. De hecho, ya el monto fue subsanado esta misma semana por ambas partes.
Uriel Parga Ramírez, director jurídico de esa instancia, da cuenta que del monto inicial que se supuso costaría la reparación (tres millones de pesos, según él mismo declaró previamente), sólo se requirió la mitad; esto es, un millón y medio de pesos. Consideró como algo “raro” que esta falla se cubriera a la brevedad por las partes involucradas, aunque así queda establecido en el contrato signado entre ambas partes.
Refiere que ya se ha determinado la razón por la que se incurrió en este error de cálculo, que mantuvo por 36 horas sin agua al 47% de la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG): fue un desvío del colector.
“El dictamen que hasta este momento hemos concluido es que los planos que aquí tenemos del acueducto corrían de manera paralela en un canal existente. El canal fue modificado, se puede decir que invadido; el trazo de la calle original no era de esta manera, y los vestigios que se encuentran, que son las tapas de registros, indicaban que era un trazo recto. No esperábamos la existencia de una pequeña desviación”.
Añade que incluso en las primeras horas del desperfecto se tenía duda respecto a afectaciones en esta línea de abasto, debido a que hace tres años se instaló un ducto de drenaje que corre en paralelo. “Al principio se pensó que esta es la que se había perforado”.
Dicha “desviación” existe desde que se concluyó el acueducto Guadalajara-Chapala (1991), y tuvo que hacerse porque una “formación rocosa” impedía que su curso fuera en línea recta.
EL INFORMADOR / ISAACK DE LOZA