Jalisco

Avanzan indagatorias contra “El Scarface”

Sergio Miguel Reyes Salazar, quien permanece bajo arraigo por los delitos de secuestro y homicidio, podría tener más crímenes en su haber, según fue revelado por la Procuraduría de Justicia

ZAPOPAN, JALISCO.- En, al menos, otros tres homicidios con violencia, podría estar involucrado el individuo que fue arrestado la noche del pasado 20 de julio, cuando se descubrió que mantenía privadas de su libertad a seis mujeres en la colonia Tabachines, de Zapopan.

Sergio Miguel Reyes Salazar, alias “El Scarface”, continúa bajo arraigo, dentro de la medida cautelar impuesta por la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), en tanto se aclara el número de decesos que habría cometido en el transcurso de las “investigaciones” que él mismo realizó para dar con el paradero de su hermano, mismo que -según mencionó- fue secuestrado.

Aunque no se aclaró el número exacto de ilícitos extra que le fueron descubiertos al presunto plagiario, la oficina de comunicación social de esa dependencia informó que, por el momento, podría hablarse de otros tres, que sumados a los cinco que ya le han sido comprobados, sumarían ocho homicidios perpetrados por este individuo.

Dentro de los delitos que “El Scarface” ha confesado, se encuentra el de Carlos Adrián Noriega Arellano, cuyo cuerpo fue abandonado el 8 de julio en el interior de un vehículo cerca de Prolongación Parres Arias. Además de la muerte de dos personas el 19 de junio, cuyos nombres eran Daniel Márquez López y Hugo Márquez Portilla.

También confesó haberse involucrado en la muerte de una mujer cuya osamenta fue localizada sobre el kilómetro 18 de la carretera Guadalajara-Saltillo el 10 de julio pasado; y, finalmente, reveló haber ultimado a un hombre que fue identificado como Gerardo Zampoalteca Beltrán, de 31 años, que fue encontrado sobre el kilómetro 7+500 de la carretera a Colotlán el 30 de octubre del año pasado. Varios de ellos murieron por una contusión de cráneo y asfixia.

El día de su captura, al detenido le aseguraron varias armas de fuego, tiros útiles para las mismas, un kilogramo de cocaína, radios de comunicación y dinero en efectivo. Se descubrió que una de las “secuestradas” era en realidad su cómplice.

EL INFORMADOR // Isaack de Loza

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