Jalisco

Aunque todos son del mismo...

Guzmán no es el candidato de todos, ni siquiera de todos los identificados con los grupos más conservadores

Cuando el gobernador quiere que algo se sepa, invita a una comida en el restaurante la Vaca Argentina. Ayer quiso mandar un mensaje e invitó a medio gabinete y unos cuantos más a comer.  En política no hay coincidencias, y cuando las hay dejan de serlo porque son lo que parecen, es decir son lo que significan.

La salida de Herbert del gabinete movió muchas cosas. Eso era sin duda lo que buscaba el otrora súper secretario y hoy súper grillo: mover las aguas. Pero seguramente ni él se imaginaba que se iban a mover tanto y tan rápido. El más nervioso con el movimiento fue Fernando Guzmán, el secretario general de Gobierno, que desde el primer año de gobierno está pensando en el 2012. Taylor ha sido lo suficientemente ambiguo como para que no lo descarten como posible candidato a la gubernatura.
 En ningún momento ha dicho que quiere ser, pero ha dejado correr todas las versiones, cuando no es que las ha alimentado.

Herbert tiene claras dos cosas: la primera es que él no puede ser el candidato, pues el tipo de competencia que se dará en el 2012 requiere un perfil distinto. Quiérase o no, el estilo del candidato del PAN lo marcará en esta ocasión el PRI, y está claro que el perfil será
peñanietista, o si se prefiere, más aristotélico. La segunda cosa que tiene clara es que Guzmán tampoco puede ser el candidato del PAN, aunque éste tenga, en principio, el apoyo del gobernador. La reacción del secretario general de Gobierno ante los elogios sobrados del gobernador para con Taylor (él hace que el pasto crezca donde pisa y la luna brille más bonito), fue organizar un destape con cargada al más puro estilo de la CTM de don Fidel Velázquez, con 45 alcaldes panistas. Un acto a todas luces sobrado y a destiempo, que sólo sirve para engordar la autoestima y para ponerse en el blanco de sus detractores.

La respuesta del otro lado fue una comida en la que estuvo el gobernador y nueve secretarios. No está claro si la comida era para apoyar a Alonso Ulloa, a Herbert o a ninguno; lo que está claro es que estaban todos los que no están con Guzmán y no estaban ni Guzmán ni ninguno de los secretarios que lo apoyan. El mensaje era uno: Guzmán no es el candidato de todos, ni siquiera de todos los identificados con los grupos más conservadores. Digamos que parafraseando el dicho popular, aunque todos sean del mismo yunque, no es lo mismo muro que boy scout.

Eso sí, lo que ya lograron unos y otros es partir al gabinete, y esta guerrita apenas empieza.

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