Jalisco
Ante la insuficiencia del Hospital Ayala, la solución es construir otro
Usuarios se quejan de la falta de espacio y la tardanza en la atención
GUADALAJARA, JALISCO (26/FEB/2015).- Saturado, sucio, con desgaste y descuidado, por dentro y por fuera. Así se encuentra el Hospital General Regional 45 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Jalisco, mejor conocido como el hospital Ayala, con casi 53 años de haber abierto sus puertas a la población.
Los usuarios reclaman falta de espacio y se quejan de baños y cuartos sin asear, pero el señalamiento más sensible es la tardanza en la atención y el tamaño de sus instalaciones, pues son inferiores a las demandas reales de atención médica.
El nosocomio, ubicado sobre la calle San Felipe, en el barrio de Santa Tere, tiene una ocupación permanente de 95%, y atiende a más de 500 mil derechohabientes.
El delegado del IMSS en Jalisco, Marcelo Castillero Manzano, advierte que no hay otra solución que derrumbarlo y construirlo en otro terreno, de mayores dimensiones y con mejores condiciones en general.
Las gestiones ya se hicieron en el nivel federal, pero dada la situación económica del país, difícilmente se podrán obtener recursos para construir un hospital nuevo en este año.
“Hay que tirar y hacer otro, esa es una solución; ese hospital ya no tiene remedio”.
Castillero Manzano asegura que pese a la mala imagen del hospital, en las visitas que ha realizado de manera imprevista para ver su funcionamiento, platicar con los pacientes y revisar la dinámica propia del inmueble, la queja se basa más en lo descuidado de las instalaciones que en la propia atención.
Los pacientes y sus familiares no piensan lo mismo. En un recorrido realizado por este medio en el hospital y sus inmediaciones, el diferimiento de la realización de estudios y las citas para cirugía, así como la atención que se brinda de parte de los trabajadores, llámese médicos, enfermeras o administrativos, fueron las principales quejas de las personas abordadas.
Los usuarios reclaman falta de espacio y se quejan de baños y cuartos sin asear, pero el señalamiento más sensible es la tardanza en la atención y el tamaño de sus instalaciones, pues son inferiores a las demandas reales de atención médica.
El nosocomio, ubicado sobre la calle San Felipe, en el barrio de Santa Tere, tiene una ocupación permanente de 95%, y atiende a más de 500 mil derechohabientes.
El delegado del IMSS en Jalisco, Marcelo Castillero Manzano, advierte que no hay otra solución que derrumbarlo y construirlo en otro terreno, de mayores dimensiones y con mejores condiciones en general.
Las gestiones ya se hicieron en el nivel federal, pero dada la situación económica del país, difícilmente se podrán obtener recursos para construir un hospital nuevo en este año.
“Hay que tirar y hacer otro, esa es una solución; ese hospital ya no tiene remedio”.
Castillero Manzano asegura que pese a la mala imagen del hospital, en las visitas que ha realizado de manera imprevista para ver su funcionamiento, platicar con los pacientes y revisar la dinámica propia del inmueble, la queja se basa más en lo descuidado de las instalaciones que en la propia atención.
Los pacientes y sus familiares no piensan lo mismo. En un recorrido realizado por este medio en el hospital y sus inmediaciones, el diferimiento de la realización de estudios y las citas para cirugía, así como la atención que se brinda de parte de los trabajadores, llámese médicos, enfermeras o administrativos, fueron las principales quejas de las personas abordadas.