Jalisco

Aguacate y azúcar de caña duplicaron su costo

La gran demanda de aguacate mexicano en Estados Unidos fue el gran factor detonante para que se disparara su precio en el mercado doméstico

GUADALAJARA, JALISCO.- El año 2009 trajo consigo un comportamiento peculiar del precio de los alimentos que se comportaron en varios casos con incrementos muy superiores a la inflación. Hubo casos especiales en que los disparos de los precios registraron aumentos espectaculares, sobre todo por la baja oferta de algunos productos.

Los ejemplos más destacables fueron el aguacate y el azúcar, así como ciertas frutas y legumbres  en periodos estacionales de baja producción, como el caso de la naranja, el jitomate  y la papa. Estos productos llegaron a dispararse más de 100%, en comparación con las cotizaciones que tenían al inicio de 2009.

La gran demanda de aguacate mexicano en Estados Unidos fue el gran factor detonante para que se disparara su precio en el mercado doméstico.  Habrá que recordar que tan sólo en octubre pasado todavía el aguacate tenía un precio de 40 pesos el kilogramo, lo que gradualmente vino a la baja en la medida en que entró la cosecha de Michoacán, principal Estado productor de esta fruta.  

Otro producto que registró un precio muy disparado fue el azúcar de caña, debido a varios factores: su incremento en su cotización en el mercado internacional, que motivó exportaciones de producto mexicano, además de la baja en producción nacional y el efecto de la especulación. El edulcorante mexicano subió más de 100 por ciento.  

Además de los factores económicos que incidieron en el comportamiento de los precios de los víveres, se tuvieron ingredientes inesperados, como la emergencia sanitaria de primavera, que trajo un impacto peculiar que complicó la situación a diversos ramos de productores agrícolas y pecuarios por la caída de la comercialización durante varias semanas.

En el contexto del surgimiento de la influenza humana, el producto más castigado fue la carne de cerdo, cuyas ventas se desplomaron por la indebida asociación que se hizo al llamarla durante un tiempo como “influenza porcina”. En su momento, la caída de la demanda de la carne de cerdo disparó el número de inventarios de animales sin sacrificio, lo que en automático aumentó los costos de los porcicultores que se quedaron mermados en sus nichos de mercado. De hecho, el precio del marrano en pie apenas recuperó en días recientes  los niveles de 21 pesos el kilogramo en el animal vivo que llegó a tener  antes del  problema de la influenza humana.

Un factor que propició cierta estabilidad  en el precio de varios alimentos fue la baja del precio del maíz, cuya cotización por tonelada llegó a tener una diferencia de mil pesos a favor del comprador. Este hecho ha quitado presiones en sus costos a los grandes consumidores de grano, como la industria de la tortilla  y los productores de carnes, leche y huevos.  

Si bien durante algunos lapsos del año hubo disparo de precios, como se ha mencionado, el desabasto no se llegó a tener en ningún producto.  

Cabe referir que mientras la economía mexicana en conjunto cayó durante 2009, el campo fue el único sector que creció en términos reales, por lo que hay buenos augurios para 2010.

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