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Vivos, los mexicanos que viajaban en el crucero

El accidente del buque ''Costa Concordia'' frente a la isla italiana de Giglio causa tres muertos y alrededor de 40 desaparecidos

Vivos, los mexicanos que viajaban en el crucero
ISLA DE GIGLIO, ITALIA (15/ENE/2012).- Los dos mexicanos que viajaban en el crucero “Costa Concordia”, que encalló la noche del viernes frente a la isla italiana de Giglio, se encuentran sanos y salvos, confirmó el embajador de México en Italia, Miguel Ruiz-Cabañas Izquierdo.

La joven pareja, originaria de Guadalajara, fue trasladada a Roma, de donde  viajarán a México en los próximos días.  

La embajada informó que ninguno de los dos resultó herido, aunque perdieron sus pasaportes durante la confusión causada por el accidente.  

“Fueron sacados (del barco) mientras cenaban. Están solamente espantados, pero por fortuna están bien”, confirmó Ruiz Cabañas.

En una primera lista de pasajeros emitida por la compañía propietaria del barco, no figuraba ningún mexicano.  

El accidente se produjo cuando el “Costa Concordia”, que realizaba un crucero de una semana por el Mediterráneo con cuatro mil 229 personas a bordo, la mayoría turistas italianos, franceses y  alemanes, chocó con una roca cerca de la isla de Giglio, al Sur de la Toscana, según los elementos  recabados.

Aunque en un principio las autoridades hablaron de seis muertos, el número de fallecidos confirmados hasta ahora es de tres. Se trata de los turistas franceses Francis Servel y Jeanpierre Micheaud, así como el marinero peruano Tomás Alberto Costilla Mendoza.

Los cuerpos de los tres fallecidos, que aparentemente se ahogaron, se  encuentran en la morgue de Orbetello, ciudad situada frente a Giglio. La  fiscalía ordenó su autopsia.

Fuentes médicas dijeron que había además unos 42 heridos, dos de ellos  graves. Otros 26 fueron dados de alta.

La capitanía del puerto de Livorno, que coordina las labores de socorro,  informó el sábado por la noche que alrededor de 40 personas que figuraban en las listas  de ocupantes del “Costa Concordia” no fueron localizadas aún, pero Cosimo Nicastro, portavoz de los guardacostas, estimó podrían ser entre 50 y 60 las personas que faltan por localizar.

Los más de 40 desaparecidos serían miembros de la tripulación que realizaban los trabajos más modestos, en su mayoría chinos y filipinos.  Fuentes de la fiscalía de la ciudad de Grosetto indicaron que los desaparecidos  se encontraban en las lavanderías o los camarotes ubicados en el fondo de la nave, por lo que no pudieron ponerse a salvo cuando el barco comenzó a hacer agua.

El Consejo Europeo de Cruceros mostró su más honda preocupación por el naufragio del “Costa Concordia”, y aseguró que habrá “una investigación completa y concienzuda” del accidente.  

Tras el rescate de los turistas y la tripulación, en la isla sólo quedan ya los socorristas, los buzos profesionales  y nueve miembros de  la tripulación que ayudan a orientarse a los socorristas en las entrañas del  barco, un inmenso paquebote de 290 metros de eslora que se encuentra recostado sobre el lado izquierdo, en parte sumergido.

CRÓNICA
La sombra del “Titanic”


Al miedo de los pasajeros del “Costa Concordia” se sumó de inmediato la imagen del “Titanic”. Y cómo no, si el barco hacía agua después de chocar contra “algo”.

“Iba todo perfecto hasta que empezamos a sentir como si el barco rozara contra algo”, aseguró Jonathan Balaban, uno de los 18 pasajeros argentinos del crucero. “Parecía una película. Empezamos a correr para llegar arriba y ahí nos dijeron que fuéramos al camarote. Nos aseguraban que no era más que un desperfecto técnico. El barco empezó a temblar y a inclinarse. Se apagaron las luces y comenzaron a caerse las cosas”, advirtió el joven, que vive en la ciudad argentina de Rosario y viajaba con su novia.

Joël Pavageau, un turista francés, denunció que se tardó en dar la orden de evacuación 45 minutos. “Nos pedían mantenernos sentados, cuando el barco ya  se hundía”.

Conforme a una primera reconstrucción de lo sucedido, Francesco Schettino, comandante del “Costa Concordia”, se acercó demasiado a la isla de Giglio, hizo una maniobra “inexperta” y el casco de la nave chocó con un escollo por su parte izquierda.

En escasos minutos entró muchísima agua en el barco.

Los pasajeros se encontraban cenando cuando encalló el buque y  por el pánico algunos saltaron al agua helada.

“Era plena noche, hemos tenido todos mucho miedo, pero hemos tenido suerte  de estar cerca de tierra” firme, explicó José Rodríguez, un hondureño de 43 años que  trabajaba en el crucero como barman.

Una pasajera periodista, Mara Parmegiani, denunció la falta de preparación de la tripulación, afirmando que el “personal no estaba para  nada adaptado, hubo problemas cuando los botes salvavidas fueron bajados al mar”. La mujer también afirmó que  algunos chalecos salvavidas “no funcionaban, así como las lámparas” de  emergencia.

Cuando el capitán del barco ordenó que bajaran los botes salvavidas, la gente “empezó a enloquecer”.

De acuerdo con fuentes de la investigación citadas por medios italianos, el comandante Francesco Schettino abandonó la embarcación hacia las 23.30 horas, cuando parte de los pasajeros y de la tripulación esperaban a ser evacuados.

Las últimas personas que abandonaron el crucero, agregaron las fuentes, lo hicieron entre las 02.30 y las 03.00 horas.

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