Internacional
Sepultan a inmigrante ecuatoriano asesinado en NY
Falleció el 12 de diciembre tras la brutal agresión de tres sujetos que primero le lanzaron insultos homofóbicos
CUENCA, ECUADOR.- El ataúd con los restos de José Oswaldo Sucuzhañay ingresó al cementerio municipal cargado sobre los hombros de sus parientes bajo la atenta mirada de su madre Julia Quintuña cuyo llanto rompía el silencio del lugar.
Frente al féretro, Quintuña lloraba mientras abrazaba a su nieto, Brian, de 10 años, uno de los dos hijos que Sucuzhañay encargó a su madre al partir hace poco más de nueve años a Estados Unidos en busca de trabajo. Otros cinco hijos de Quintuña, de los 12 que tiene, también viven en ese país.
Sucuzhañay, un agente inmobiliario de 31 años proveniente de un hogar humilde, falleció el 12 de diciembre luego de permanecer en coma cinco días tras la brutal agresión de tres sujetos que primero le lanzaron insultos homofóbicos y xenofóbicos mientras caminaba del brazo con su hermano Romel en Brooklyn, Nueva York.
La policía de Nueva York todavía busca a los agresores, en un caso que la justicia ha calificado de crimen motivado por odio racial. A Sucuzhañay le estrellaron una botella de cerveza en la cabeza, lo golpearon con un bate de aluminio y lo patearon, según informó la policía.
Sucuzhañay fue velado y sepultado en Cuenca donde viven desde hace siete años sus familiares más cercanos, todos oriundos de Taday, una localidad campesina del sur de la serranía ecuatoriana, de población indígena.``Mi corazón está roto y el de toda mi familia'', confesó el hermano, Germán, durante la misa celebrada en la catedral de Cuenca.
''El brutal asesinato cometido contra mi hermano es el resultado de la xenofobia, de la homofobia y el racismo que en estos tiempos nuestros compatriotas están viviendo'' en el exterior, afirmó.
Reconoció que quienes tienen familiares y amigos en Estados Unidos se encuentran ''preocupados por la seguridad de las personas que hacen patria'' en ese país. Pidió al gobierno ecuatoriano apoyo para que el crimen no quede en la impunidad.
En Quito, el presidente Rafael Correa expresó a los familiares su ''compromiso que lucharemos juntos para desterrar por siempre estas aberraciones de estos desadaptados ... toda clase de discriminación y violencia''.
Sucuzhañay es el segundo ecuatoriano proveniente de esta zona sureña del país que muere en esas circunstancias en el último mes. El 8 de noviembre, Marcelo Lucero fue asesinado a puñaladas en Long Island, en el estado de Nueva York. El cadáver de Lucero también fue repatriado y enterrado cerca de Cuenca.
De esta zona del país es desde donde más ecuatorianos han emigrado en busca de trabajo principalmente en Estados Unidos y España. Prácticamente todos los habitantes del sur del Ecuador, especialmente de las zonas rurales, tiene un pariente o amigo que emigró a esos países.
Carmen Guamán, una ama de casa de 37 años y con tres hijos, es amiga de la familia Sucuzhañay, y asistió al funeral con la angustia de que a su esposo que vive en Queens, Nueva York, le pase lo mismo que a Lucero y Sucuzhañay.
''El está asustado, tiene miedo que le pase algo. Yo le digo que tenga cuidado, que no ande mucho en las calles porque le puede pasar igual'', aseguró a la AP.
Su esposo emigró hace poco más de un año y ahora trabaja en el sector de la construcción. Como otros miles de ecuatorianos salió del Ecuador en un barco rumbo a Guatemala y luego cruzó a pie la frontera entre México y Estados Unidos.
Frente al féretro, Quintuña lloraba mientras abrazaba a su nieto, Brian, de 10 años, uno de los dos hijos que Sucuzhañay encargó a su madre al partir hace poco más de nueve años a Estados Unidos en busca de trabajo. Otros cinco hijos de Quintuña, de los 12 que tiene, también viven en ese país.
Sucuzhañay, un agente inmobiliario de 31 años proveniente de un hogar humilde, falleció el 12 de diciembre luego de permanecer en coma cinco días tras la brutal agresión de tres sujetos que primero le lanzaron insultos homofóbicos y xenofóbicos mientras caminaba del brazo con su hermano Romel en Brooklyn, Nueva York.
La policía de Nueva York todavía busca a los agresores, en un caso que la justicia ha calificado de crimen motivado por odio racial. A Sucuzhañay le estrellaron una botella de cerveza en la cabeza, lo golpearon con un bate de aluminio y lo patearon, según informó la policía.
Sucuzhañay fue velado y sepultado en Cuenca donde viven desde hace siete años sus familiares más cercanos, todos oriundos de Taday, una localidad campesina del sur de la serranía ecuatoriana, de población indígena.``Mi corazón está roto y el de toda mi familia'', confesó el hermano, Germán, durante la misa celebrada en la catedral de Cuenca.
''El brutal asesinato cometido contra mi hermano es el resultado de la xenofobia, de la homofobia y el racismo que en estos tiempos nuestros compatriotas están viviendo'' en el exterior, afirmó.
Reconoció que quienes tienen familiares y amigos en Estados Unidos se encuentran ''preocupados por la seguridad de las personas que hacen patria'' en ese país. Pidió al gobierno ecuatoriano apoyo para que el crimen no quede en la impunidad.
En Quito, el presidente Rafael Correa expresó a los familiares su ''compromiso que lucharemos juntos para desterrar por siempre estas aberraciones de estos desadaptados ... toda clase de discriminación y violencia''.
Sucuzhañay es el segundo ecuatoriano proveniente de esta zona sureña del país que muere en esas circunstancias en el último mes. El 8 de noviembre, Marcelo Lucero fue asesinado a puñaladas en Long Island, en el estado de Nueva York. El cadáver de Lucero también fue repatriado y enterrado cerca de Cuenca.
De esta zona del país es desde donde más ecuatorianos han emigrado en busca de trabajo principalmente en Estados Unidos y España. Prácticamente todos los habitantes del sur del Ecuador, especialmente de las zonas rurales, tiene un pariente o amigo que emigró a esos países.
Carmen Guamán, una ama de casa de 37 años y con tres hijos, es amiga de la familia Sucuzhañay, y asistió al funeral con la angustia de que a su esposo que vive en Queens, Nueva York, le pase lo mismo que a Lucero y Sucuzhañay.
''El está asustado, tiene miedo que le pase algo. Yo le digo que tenga cuidado, que no ande mucho en las calles porque le puede pasar igual'', aseguró a la AP.
Su esposo emigró hace poco más de un año y ahora trabaja en el sector de la construcción. Como otros miles de ecuatorianos salió del Ecuador en un barco rumbo a Guatemala y luego cruzó a pie la frontera entre México y Estados Unidos.