Internacional
Sarah Palin
Parecía tenerlo todo para los republicanos: reformista, telegénica y primera mujer en gobernar Alaska
ESTADOS UNIDOS.- Parecía tenerlo todo para los republicanos: reformista, telegénica y primera mujer en gobernar Alaska, a quien el candidato republicano a la presidencia, John McCain, sacó del anonimato político.
Sarah Louise Heath, casada con Todd Palin, un operario de producción en un campo petrolero en 1988, refrescó la campaña de McCain y fascinó a la base más conservadora del partido llenando los mítines.
Era a Sarah Palin, de 44 años y madre de cinco hijos, uno de ellos con síndrome de Down, y no al septuagenario McCain a quien iba a ver gran parte de los asistentes a los actos de campaña.
Se presentó como una mujer común, capaz de hablar por la clase media con un lenguaje coloquial y cercano, fiel por encima de todo a sus principios conservadores, pero ese mito se fue desmoronando.
Primero se abrió un interrogante sobre su capacidad para reemplazar a un McCain presidente, si fuera necesario, pues su currículum es escaso.
La campaña republicana había logrado moderar las críticas, en gran medida porque la experiencia del propio candidato demócrata, Barack Obama, también es exigua, pero Palin cavó su propia fosa al demostrar su poca preparación.
La imagen de rectitud personal de Palin también se ha deslucido por escándalos de abuso de poder como gobernadora, y gastos de las donaciones al partido en su imagen.
Pese a los epítetos, Palin conserva el entusiasmo de la derecha religiosa republicana, compuesta por votantes blancos, antiaborto y antimatrimonio homosexual, que la ven como su mejor portaestandarte. (EFE)
Sarah Louise Heath, casada con Todd Palin, un operario de producción en un campo petrolero en 1988, refrescó la campaña de McCain y fascinó a la base más conservadora del partido llenando los mítines.
Era a Sarah Palin, de 44 años y madre de cinco hijos, uno de ellos con síndrome de Down, y no al septuagenario McCain a quien iba a ver gran parte de los asistentes a los actos de campaña.
Se presentó como una mujer común, capaz de hablar por la clase media con un lenguaje coloquial y cercano, fiel por encima de todo a sus principios conservadores, pero ese mito se fue desmoronando.
Primero se abrió un interrogante sobre su capacidad para reemplazar a un McCain presidente, si fuera necesario, pues su currículum es escaso.
La campaña republicana había logrado moderar las críticas, en gran medida porque la experiencia del propio candidato demócrata, Barack Obama, también es exigua, pero Palin cavó su propia fosa al demostrar su poca preparación.
La imagen de rectitud personal de Palin también se ha deslucido por escándalos de abuso de poder como gobernadora, y gastos de las donaciones al partido en su imagen.
Pese a los epítetos, Palin conserva el entusiasmo de la derecha religiosa republicana, compuesta por votantes blancos, antiaborto y antimatrimonio homosexual, que la ven como su mejor portaestandarte. (EFE)