Internacional
Piratas somalíes juran vengar la muerte de sus compañeros
Dos acorazados chinos se suman a la fuerza multinacional que opera en los alrededores del Golfo de Adén, en el Océano Índico, en donde opera una banda de bucaneros fuertemente armada
MOGADISCIO.- El jefe de los piratas somalíes, que mantuvieron secuestrado cinco días al capitán estadounidense de un carguero, prometió atacar a ciudadanos norteamericanos para vengar la muerte de tres de sus hombres durante una operación de la Marina de Estados Unidos.
El capitán del portacontenedores “Maersk Alabama”, Richard Phillips, estuvo en manos de los piratas, a bordo de un bote salvavidas, desde el miércoles pasado hasta el domingo, cuando fue liberado por una operación de la Marina de Estados Unidos durante la cual murieron tres piratas y un cuarto fue capturado.
“Estos norteamericanos mentirosos mataron a nuestros amigos que habían aceptado liberar al rehén sin rescate, pero les digo que este asunto llevará a medidas de represalia y perseguiremos en particular a ciudadanos estadounidenses que viajen por nuestras aguas”, declaró el jefe de este grupo de delincuentes, Abdi Garad (ver “Perfil”), desde el pueblo costero de Eyl, a unos 800 km al norte de Mogadiscio.
“No es el fin del mundo. Vamos a intensificar nuestros ataques, incluso muy lejos de las aguas somalíes, y la próxima vez que agarremos a un norteamericano, que no esperen ninguna piedad de nuestra parte”.
Según el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gate, los piratas somalíes que perpetraron el secuestro tenían entre 17 y 19 años.
Una vida confortable
Abdi Garad
Dice ser el jefe de uno de los principales grupos de piratas que surcan las aguas del Océano Índico, en el Golfo de Adén, una ruta marítima crucial para el comercio mundial.
Abdi Garad describe sin remordimientos lo mucho que ha mejorado la piratería su nivel de vida. “Disfrutamos de la vida gracias al dinero de los rescates”, explica sin rodeos.
El pirata reside en lugar secreto de la región semiautónoma de Puntland, en el Norte de Somalia.
En ese lugar, el jefe corsario poseer un cómodo departamento, dos todoterrenos, tres teléfonos móviles, uno satelital y un ordenador portátil.
Por si fuera poco, tomó otras dos esposas que conviven con la primera, a quien conoció al comienzo de su carrera de pirata.
De hecho los habitantes de Garowe, Puntland, contaron que habían aumentado de forma espectacular las bodas suntuosas desde que proliferan los secuestros de navíos. (AFP)
El capitán del portacontenedores “Maersk Alabama”, Richard Phillips, estuvo en manos de los piratas, a bordo de un bote salvavidas, desde el miércoles pasado hasta el domingo, cuando fue liberado por una operación de la Marina de Estados Unidos durante la cual murieron tres piratas y un cuarto fue capturado.
“Estos norteamericanos mentirosos mataron a nuestros amigos que habían aceptado liberar al rehén sin rescate, pero les digo que este asunto llevará a medidas de represalia y perseguiremos en particular a ciudadanos estadounidenses que viajen por nuestras aguas”, declaró el jefe de este grupo de delincuentes, Abdi Garad (ver “Perfil”), desde el pueblo costero de Eyl, a unos 800 km al norte de Mogadiscio.
“No es el fin del mundo. Vamos a intensificar nuestros ataques, incluso muy lejos de las aguas somalíes, y la próxima vez que agarremos a un norteamericano, que no esperen ninguna piedad de nuestra parte”.
Según el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gate, los piratas somalíes que perpetraron el secuestro tenían entre 17 y 19 años.
Una vida confortable
Abdi Garad
Dice ser el jefe de uno de los principales grupos de piratas que surcan las aguas del Océano Índico, en el Golfo de Adén, una ruta marítima crucial para el comercio mundial.
Abdi Garad describe sin remordimientos lo mucho que ha mejorado la piratería su nivel de vida. “Disfrutamos de la vida gracias al dinero de los rescates”, explica sin rodeos.
El pirata reside en lugar secreto de la región semiautónoma de Puntland, en el Norte de Somalia.
En ese lugar, el jefe corsario poseer un cómodo departamento, dos todoterrenos, tres teléfonos móviles, uno satelital y un ordenador portátil.
Por si fuera poco, tomó otras dos esposas que conviven con la primera, a quien conoció al comienzo de su carrera de pirata.
De hecho los habitantes de Garowe, Puntland, contaron que habían aumentado de forma espectacular las bodas suntuosas desde que proliferan los secuestros de navíos. (AFP)