Internacional
La OEA desestima críticas del ALBA contra la CIDH
La mayoría de los participantes destacan la necesidad de que sean los estados miembros quienes financien a la comisión
WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (22/MAR/2013).- La mayoría de los países de la OEA ignoraron hoy las duras críticas de varias naciones del ALBA a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y se pronunciaron a favor de continuar con el financiamiento externo al organismo.
Durante la Asamblea General Extraordinaria de la Organización de Estados Americanos, la mayoría de los participantes destacaron la necesidad de que sean los Estados miembros quienes lleven sobre sus hombros el mayor peso en el aporte de recursos.
Asimismo, insistieron en la necesidad de que todos los países miembros ratifiquen los distintos instrumentos del sistema interamericano de derechos humanos, a fin de que éste alcance la universidad que demanda.
Las posturas expresadas por la mayoría de los miembros de la OEA restaron fuerza a las que, en su turno, expusieron los representantes de Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
"Hay esquizofrenia del sistema, que aplica un doble rasero en la observación de las normas del sistema interamericano de derechos humanos", acusó en su turno el canciller Ricardo Patiño.
Denunció también la supuesta manipulación que ejercen, en la CIDH y algunos de sus órganos, los países y entidades que realizan aportes voluntarios y los que, a decir de su gobierno, no deberían ser asignados a proyectos específicos.
Sin embargo, el canciller argentino Héctor Timerman dijo que resultaba injusto criticar el hecho de que otros países y entidades financien a la comisión "si nosotros no estamos dispuestos a financiarla".
"Tenemos que poner la plata donde ponemos las palabras, si no, no tiene ningún sentido que estemos discutiendo", dijo.
Por su parte, la canciller de Colombia, María Angela Holguín, consideró que, dada la situación financiera que enfrenta el sistema y la CIDH, "no debemos ver con sospecha las contribuciones voluntarias".
Por su parte, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Nicholas Burns, equiparó a la CIDH como "la conciencia moral del continente", razón por la cual "una comisión más fuerte y capaz es interés de todos".
"Esta es la razón por la cual Estados Unidos ofrece un financiamiento significativo, incluyendo una contribución de un millón de dólares este día", dijo.
De manera adicional, México, Chile, Perú y Canadá anunciaron aportes a la CIDH para apoyar su operación este año por un monto superior a un millón de dólares.
La mayoría de los países reconocieron el desempeño de la comisión durante el proceso de fortalecimiento, desestimando criticas como las de Venezuela, cuyo embajador, Roy Chaderton, declaró que "el escepticismo de mi país (sobre la comisión) es irreversible".
"La consolidación democrática de Perú le debe mucho al sistema interamericano de derechos humanos, y nosotros consideramos positivos los cambios en la comisión", dijo en su turno el canciller peruano Rafael Roncaglolio.
De igual manera, la mayoría de los países, incluyendo los críticos, coincidieron en la necesidad de dotar el sistema interamericano de derechos humanos con el carácter de universalidad.
"Hacemos un llamado a todos los países que no han ratificado los instrumentos del sistema y a quienes han anunciado que se retiran, que se lo replanteen", dijo la canciller Holguín.
Las declaraciones de Holguín fueron en alusión a Estados Unidos, Canadá y cuatro más en el Caribe, que no han ratificado la Convención Americana de Derechos Humanos o reconocido la jurisdicción de la CIDH.
El llamado también se extendió a Venezuela, país que anunció el año pasado su intención de retirarse del sistema; y Bolivia, quien días atrás dio a conocer su intención de hacer lo propio.
"Es necesaria la universalidad del sistema, pero también es primordial que todas las decisiones de la CIDH sean respetadas y observadas", dijo el vicecanciller de Brasil, José Antonio Ferreira Simoes, quien hizo notar que su gobierno ha reafirmado todos los instrumentos del sistema.
Algunos países se pronunciaron sobre la conveniencia de reubicar la sede de la CIDH, actualmente ubicada en Washington, pero el tema no pareció tener la tracción suficiente para avanzar debido a la falta de consenso y la discrepancias sobre una potencial sede.
Mientras algunos países mencionaron a Argentina o Perú como una posible sede, otros mencionaron a San José, Costa Rica, donde se encuentra la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Durante la Asamblea General Extraordinaria de la Organización de Estados Americanos, la mayoría de los participantes destacaron la necesidad de que sean los Estados miembros quienes lleven sobre sus hombros el mayor peso en el aporte de recursos.
Asimismo, insistieron en la necesidad de que todos los países miembros ratifiquen los distintos instrumentos del sistema interamericano de derechos humanos, a fin de que éste alcance la universidad que demanda.
Las posturas expresadas por la mayoría de los miembros de la OEA restaron fuerza a las que, en su turno, expusieron los representantes de Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Bolivia.
"Hay esquizofrenia del sistema, que aplica un doble rasero en la observación de las normas del sistema interamericano de derechos humanos", acusó en su turno el canciller Ricardo Patiño.
Denunció también la supuesta manipulación que ejercen, en la CIDH y algunos de sus órganos, los países y entidades que realizan aportes voluntarios y los que, a decir de su gobierno, no deberían ser asignados a proyectos específicos.
Sin embargo, el canciller argentino Héctor Timerman dijo que resultaba injusto criticar el hecho de que otros países y entidades financien a la comisión "si nosotros no estamos dispuestos a financiarla".
"Tenemos que poner la plata donde ponemos las palabras, si no, no tiene ningún sentido que estemos discutiendo", dijo.
Por su parte, la canciller de Colombia, María Angela Holguín, consideró que, dada la situación financiera que enfrenta el sistema y la CIDH, "no debemos ver con sospecha las contribuciones voluntarias".
Por su parte, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Nicholas Burns, equiparó a la CIDH como "la conciencia moral del continente", razón por la cual "una comisión más fuerte y capaz es interés de todos".
"Esta es la razón por la cual Estados Unidos ofrece un financiamiento significativo, incluyendo una contribución de un millón de dólares este día", dijo.
De manera adicional, México, Chile, Perú y Canadá anunciaron aportes a la CIDH para apoyar su operación este año por un monto superior a un millón de dólares.
La mayoría de los países reconocieron el desempeño de la comisión durante el proceso de fortalecimiento, desestimando criticas como las de Venezuela, cuyo embajador, Roy Chaderton, declaró que "el escepticismo de mi país (sobre la comisión) es irreversible".
"La consolidación democrática de Perú le debe mucho al sistema interamericano de derechos humanos, y nosotros consideramos positivos los cambios en la comisión", dijo en su turno el canciller peruano Rafael Roncaglolio.
De igual manera, la mayoría de los países, incluyendo los críticos, coincidieron en la necesidad de dotar el sistema interamericano de derechos humanos con el carácter de universalidad.
"Hacemos un llamado a todos los países que no han ratificado los instrumentos del sistema y a quienes han anunciado que se retiran, que se lo replanteen", dijo la canciller Holguín.
Las declaraciones de Holguín fueron en alusión a Estados Unidos, Canadá y cuatro más en el Caribe, que no han ratificado la Convención Americana de Derechos Humanos o reconocido la jurisdicción de la CIDH.
El llamado también se extendió a Venezuela, país que anunció el año pasado su intención de retirarse del sistema; y Bolivia, quien días atrás dio a conocer su intención de hacer lo propio.
"Es necesaria la universalidad del sistema, pero también es primordial que todas las decisiones de la CIDH sean respetadas y observadas", dijo el vicecanciller de Brasil, José Antonio Ferreira Simoes, quien hizo notar que su gobierno ha reafirmado todos los instrumentos del sistema.
Algunos países se pronunciaron sobre la conveniencia de reubicar la sede de la CIDH, actualmente ubicada en Washington, pero el tema no pareció tener la tracción suficiente para avanzar debido a la falta de consenso y la discrepancias sobre una potencial sede.
Mientras algunos países mencionaron a Argentina o Perú como una posible sede, otros mencionaron a San José, Costa Rica, donde se encuentra la Corte Interamericana de Derechos Humanos.