Internacional
Familias de víctimas de Germanwings demandan a escuela de pilotos
Las 80 familias responsabilizan a la escuela de haber aceptado a Andreas Lubitz a pesar de sus episodios depresivos
NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS (13/ABR/2016).- Andreas
Lubitz nunca debió recibir el título de piloto debido a sus antecedentes médicos, señalan unas 80 familias de víctimas del accidente del avión de Germanwings en 2015, que presentaron una demanda ante la justicia federal estadounidense contra la escuela de Arizona que lo recibió en 2010.
La escuela es Airline Training Center Arizona ( ATCA), instalada en el suroeste de Estados Unidos, una filial de la compañía Lufthansa, que a su vez es la casa matriz de la compañía de bajo coste Germanwings.
Esas 80 familias responsabilizan a la escuela de haber aceptado a Andreas Lubitz en su programa de formación cuando el certificado médico alemán entregado por el candidato tenía una indicación de que el documento perdería validez si el piloto sufría un nuevo episodio depresivo, indicó el bufete de abogados Kreindler & Kreindler, que representa a las familias junto a otros bufetes europeos.
Andreas Lubitz fue admitido en la ATCA en noviembre de 2010 y terminó su formación a principios de marzo de 2011.
El 24 de marzo de 2015, estrelló deliberadamente contra una montaña de los Alpes el avión de Germanwings en el que iba como copiloto, perdiendo la vida él mismo y otras 149 personas.
Un portavoz de Lufthansa señala que el grupo había sido informado de la presentación de esa demanda, pero que no veía ninguna posibilidad de que tuviera éxito.
Además de los pilotos de Lufthansa, la escuela forma también a los de KLM, así como a la Fuerza Aérea alemana, la Luftwaffe, desde 1988, según su sitio web.
"El ATCA dio muestras de negligencia, de imprudencia y de ligereza" al no investigar las razones por las que había sido incluida esta indicación en el certificado médico, argumentan las familias, de acuerdo con el documento del recurso consultado por la AFP.
"Esta reserva era una advertencia clara de que Lubitz tenía un historial de problemas no resueltos", declaró Brian Alexander, del bufete Kreindler & Kreindler, en un comunicado.
"El pasado de Lubitz, marcado por la depresión y una inestabilidad mental, configuraba una bomba de tiempo", insistió Marc Moller, del mismo bufete.
La escuela es Airline Training Center Arizona ( ATCA), instalada en el suroeste de Estados Unidos, una filial de la compañía Lufthansa, que a su vez es la casa matriz de la compañía de bajo coste Germanwings.
Esas 80 familias responsabilizan a la escuela de haber aceptado a Andreas Lubitz en su programa de formación cuando el certificado médico alemán entregado por el candidato tenía una indicación de que el documento perdería validez si el piloto sufría un nuevo episodio depresivo, indicó el bufete de abogados Kreindler & Kreindler, que representa a las familias junto a otros bufetes europeos.
Andreas Lubitz fue admitido en la ATCA en noviembre de 2010 y terminó su formación a principios de marzo de 2011.
El 24 de marzo de 2015, estrelló deliberadamente contra una montaña de los Alpes el avión de Germanwings en el que iba como copiloto, perdiendo la vida él mismo y otras 149 personas.
Un portavoz de Lufthansa señala que el grupo había sido informado de la presentación de esa demanda, pero que no veía ninguna posibilidad de que tuviera éxito.
Además de los pilotos de Lufthansa, la escuela forma también a los de KLM, así como a la Fuerza Aérea alemana, la Luftwaffe, desde 1988, según su sitio web.
"El ATCA dio muestras de negligencia, de imprudencia y de ligereza" al no investigar las razones por las que había sido incluida esta indicación en el certificado médico, argumentan las familias, de acuerdo con el documento del recurso consultado por la AFP.
"Esta reserva era una advertencia clara de que Lubitz tenía un historial de problemas no resueltos", declaró Brian Alexander, del bufete Kreindler & Kreindler, en un comunicado.
"El pasado de Lubitz, marcado por la depresión y una inestabilidad mental, configuraba una bomba de tiempo", insistió Marc Moller, del mismo bufete.