Internacional

Escalada en conflicto en Georgia, recuerda los tiempos de la Guerra Fría

A dos días de iniciar enfrentamientos en la región separatista de Osetia del Sur, se prevé que han muerto 1.400 personas

GORI, RUSIA.- Las fuerzas rusas se enfrentaron temprano el sábado con las tropas de Georgia en Osetia del Sur, en la escalada de un conflicto que provocó alarma en Occidente y acalorados intercambios en Naciones Unidas que recordaron los tiempos de la Guerra Fría.

Después de más de un día de enfrentamientos en Osetia del Sur, medios rusos informaron de ataques con artillería durante la noche contra la capital regional, Tskhinvali. Los reportes rusos dicen que las tropas de Georgia eran las responsables de la ofensiva.

Ambos bandos se culpan mutuamente por los enfrentamientos en el enclave favorable a Moscú, que se separó de Georgia cuando la Unión Soviética se acercaba a su fin a comienzos de la década de 1990, pero no cuenta con reconocimiento internacional.

El presidente de la región separatista, ubicada en las montañas del Cáucaso, dijo que 1.400 personas han muerto. Moscú dijo que sus tropas están respondiendo al asalto de Georgia para recuperar la región.

Estados Unidos, que ha dado un gran respaldo a Georgia y a las políticas pro occidentales que ha impulsado el Gobierno del presidente Mikheil Saakashvili, pidió el retiro inmediato de Rusia.

“Deploramos la acción militar rusa en Georgia, que es una violación a la soberanía e integridad territorial georgianas”, dijo el embajador de Estados Unidos ante la ONU, Zalmay Khalilzad, durante las actividades complementarias de un acalorado debate del Consejo de Seguridad.

Por segundo día consecutivo, el Consejo de Seguridad no logró un acuerdo sobre la resolución para poner fin a los combates, mientras los enviados de Rusia y Georgia ante la ONU se lanzaban acusaciones mutuamente.

El enfrentamiento puso la atención sobre una región que es una importante ruta de tránsito para recursos energéticos, atrapada por intereses opuestos entre occidente y Rusia.

La violencia tiene el potencial de desatar disturbios en otras zonas de la región del Cáucaso, en la que habitan grupos étnicos que guardan viejas rivalidades.

La crisis es la primera que enfrenta el presidente ruso, Dmitry Medvedev, desde que asumió en mayo y dio un duro golpe a la confianza de los inversionistas en la Bolsa de Valores de Moscú.

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