Internacional
Enfrentamientos en Egipto dejan al menos 29 muertos
Partidarios del gobierno y opositores chocan en el tercer aniversario de la revuelta contra Hosni Mubarak en 2011
EL CAIRO, EGIPTO (25/ENE/2014).- Al menos 29 personas murieron este sábado en Egipto, en los enfrentamientos entre partidarios del gobierno militar y opositores que salieron a las calles en el tercer aniversario de la
revuelta contra Hosni Mubarak en 2011.
Del total de víctimas, 26 murieron en El Cairo y sus alrededores, indicó Ahmed Kamel, un portavoz del ministerio de Salud. En todo el país hubo 168 heridos y más de 700 arrestos.
Miles de personas se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para dar su apoyo al gobierno, dirigido de facto por el ejército, mientras los opositores, liberales e islamistas, que por primera vez se manifestaban juntos, abucheaban a los militares.
La policía volvió a ser este sábado el objetivo de dos atentados, uno en Suez, donde un coche bomba estalló cerca de una base policial provocando nueve heridos, y otro con una bomba lanzada contra un centro de la policía en El Cairo, que dejó un herido.
Se trata del sexto atentado contra la policía en dos días, a pesar de que las comisarías y los edificios del gobierno están vigilados por tanques del ejército.
Desde el pasado 3 de julio, cuando el ejército derrocó al presidente islamista Mohamed Morsi, primer mandatario elegido democráticamente de la historia del país, los militares reprimen a sus partidarios del movimiento de los Hermanos Musulmanes y se han multiplicado los atentados contra la policía.
El viernes seis personas murieron en cuatro atentados contra la policía en El Cairo y otras 15 fallecieron en las manifestaciones de partidarios de Morsi.
Estos atentados fueron revindicados por Ansar Beit al Maqdes, un grupo que dice inspirarse en Al Qaida y que actúa en la península del Sinaí.
Apoyo al general Al Sisi
Este sábado, centenares de manifestantes favorables a Morsi y miembros de movimientos juveniles, los mismos que lanzaron en 2011 la revuelta contra Mubarak y que acusan al gobierno actual de aplicar sus métodos, intentaron llegar al centro de El Cairo pero fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos y disparos de escopetas.
"¡Abajo los militares!", "¡El pueblo quiere la caída del régimen!" gritaban.
El gobierno llamó a su vez a los egipcios a manifestarse para conmemorar el aniversario de la "revolución del 25 de enero" de 2011 pero también para dar su apoyo al ejército en su "guerra contra el terrorismo".
A finales de diciembre, las autoridades declararon "terroristas" a los miles de miembros de los Hermanos Musulmanes, el movimiento de Morsi.
Por su parte los partidarios de Morsi lanzaron este sábado 18 días de manifestaciones pacíficas, los mismos días que duró la revolución de 2011.
En la plaza Tahrir, miles de personas llevaban retratos del general Abdel Fatah al Sisi, el jefe del ejército y hombre fuerte de Egipto.
Desde agosto, más de mil personas murieron en la represión del ejército y miles de miembros de los Hermanos Musulmanes, incluyendo la mayoría de sus dirigentes, fueron encarcelados. Muchos de ellos, incluido Morsi, están siendo juzgados y podrían ser condenados a muerte.
En 2011, la caída de Mubarak
El 11 de febrero de 2011, tras 18 días de manifestaciones violentas en las que murieron unas 850 personas, Egipto, el país más poblado del mundo árabe, puso fin a 30 años de poder absoluto de Hosni Mubarak.
Poco después de su caída, el ejército tomó el poder antes de la llegada del islamista Morsi en junio de 2012 tras las elecciones. Pero un año más tarde miles de personas salieron a las calles para pedir su dimisión, acusándole de querer islamizar el país.
El 3 de julio del año pasado, el general Al Sisi, entonces ministro de Defensa y ahora vice primer ministro, anunció la destitución y el arresto de Morsi.
Al Sisi no esconde su ambición de presentarse a las elecciones presidenciales previstas este año y tiene el apoyo de muchos egipcios, que quieren terminar con tres años de "caos" en un país en plena crisis económica y que ha perdido a todos sus turistas.
• MUY POCO POR CELEBRAR
Egipto volvió a verse dividido en las calles
Calles vacías. Gente en silencio. Poco que celebrar. “Egipto es un pueblo valiente, demostremos que no tenemos miedo, digámosles a la cara que no acabarán con nosotros”, gritaba por megáfono Salwa Abddelhamid, un hombre de mediana edad, para animar a los pocos egipcios que sobre las 12 de la mañana comenzaban a concentrarse en la plaza Tahrir.
Poco ambiente festivo y sí mucha tensión se respiraba en una plaza militarmente blindada, cercada por alambres de púas, cacheos, militares con el fusil a punto y tanques. Carteles de Abdel Fatah Al Sisi empapelaban la plaza, más las fotos que de él llevaban los manifestantes.
El ministerio del Interior ya había anunciado el dispositivo de 160 mil agentes para mantener la seguridad. Incluso algunos se permitían alguna broma, como la que publicaba en su Twitter el actor Amr Waked: “Sólo faltan los buzos y los policías de las aduanas”.
Sobre la una de la tarde comenzaron los primeros enfrentamientos. Centenares de seguidores de los Hermanos Musulmanes por una parte, y revolucionarios protagonistas de la salida de Mubarak y ahora claramente opuestos tanto a aquellos como al Gobierno de transición actual, marchaban en dos manifestaciones separadas por el barrio de Mohandisin cuando fueron dispersados por las fuerzas de seguridad.
Por la tarde en Tahrir ya no cabía un alfiler. Luces, canciones patrióticas, banderas de todos los tamaños, niños con la cara pintada, algunos vestidos de militares. De Hosni Mubarak, recluido en un hospital, nadie se acordaba. En la plaza muchos volvían a mostrar su apoyo al ejército y no pocos buscaban las cámaras para pedir públicamente la candidatura a las elecciones presidenciales del general. Una vez más, Egipto volvía a verse dividida en las calles.
Silvia R. Taberné
Del total de víctimas, 26 murieron en El Cairo y sus alrededores, indicó Ahmed Kamel, un portavoz del ministerio de Salud. En todo el país hubo 168 heridos y más de 700 arrestos.
Miles de personas se reunieron en la plaza Tahrir de El Cairo para dar su apoyo al gobierno, dirigido de facto por el ejército, mientras los opositores, liberales e islamistas, que por primera vez se manifestaban juntos, abucheaban a los militares.
La policía volvió a ser este sábado el objetivo de dos atentados, uno en Suez, donde un coche bomba estalló cerca de una base policial provocando nueve heridos, y otro con una bomba lanzada contra un centro de la policía en El Cairo, que dejó un herido.
Se trata del sexto atentado contra la policía en dos días, a pesar de que las comisarías y los edificios del gobierno están vigilados por tanques del ejército.
Desde el pasado 3 de julio, cuando el ejército derrocó al presidente islamista Mohamed Morsi, primer mandatario elegido democráticamente de la historia del país, los militares reprimen a sus partidarios del movimiento de los Hermanos Musulmanes y se han multiplicado los atentados contra la policía.
El viernes seis personas murieron en cuatro atentados contra la policía en El Cairo y otras 15 fallecieron en las manifestaciones de partidarios de Morsi.
Estos atentados fueron revindicados por Ansar Beit al Maqdes, un grupo que dice inspirarse en Al Qaida y que actúa en la península del Sinaí.
Apoyo al general Al Sisi
Este sábado, centenares de manifestantes favorables a Morsi y miembros de movimientos juveniles, los mismos que lanzaron en 2011 la revuelta contra Mubarak y que acusan al gobierno actual de aplicar sus métodos, intentaron llegar al centro de El Cairo pero fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos y disparos de escopetas.
"¡Abajo los militares!", "¡El pueblo quiere la caída del régimen!" gritaban.
El gobierno llamó a su vez a los egipcios a manifestarse para conmemorar el aniversario de la "revolución del 25 de enero" de 2011 pero también para dar su apoyo al ejército en su "guerra contra el terrorismo".
A finales de diciembre, las autoridades declararon "terroristas" a los miles de miembros de los Hermanos Musulmanes, el movimiento de Morsi.
Por su parte los partidarios de Morsi lanzaron este sábado 18 días de manifestaciones pacíficas, los mismos días que duró la revolución de 2011.
En la plaza Tahrir, miles de personas llevaban retratos del general Abdel Fatah al Sisi, el jefe del ejército y hombre fuerte de Egipto.
Desde agosto, más de mil personas murieron en la represión del ejército y miles de miembros de los Hermanos Musulmanes, incluyendo la mayoría de sus dirigentes, fueron encarcelados. Muchos de ellos, incluido Morsi, están siendo juzgados y podrían ser condenados a muerte.
En 2011, la caída de Mubarak
El 11 de febrero de 2011, tras 18 días de manifestaciones violentas en las que murieron unas 850 personas, Egipto, el país más poblado del mundo árabe, puso fin a 30 años de poder absoluto de Hosni Mubarak.
Poco después de su caída, el ejército tomó el poder antes de la llegada del islamista Morsi en junio de 2012 tras las elecciones. Pero un año más tarde miles de personas salieron a las calles para pedir su dimisión, acusándole de querer islamizar el país.
El 3 de julio del año pasado, el general Al Sisi, entonces ministro de Defensa y ahora vice primer ministro, anunció la destitución y el arresto de Morsi.
Al Sisi no esconde su ambición de presentarse a las elecciones presidenciales previstas este año y tiene el apoyo de muchos egipcios, que quieren terminar con tres años de "caos" en un país en plena crisis económica y que ha perdido a todos sus turistas.
• MUY POCO POR CELEBRAR
Egipto volvió a verse dividido en las calles
Calles vacías. Gente en silencio. Poco que celebrar. “Egipto es un pueblo valiente, demostremos que no tenemos miedo, digámosles a la cara que no acabarán con nosotros”, gritaba por megáfono Salwa Abddelhamid, un hombre de mediana edad, para animar a los pocos egipcios que sobre las 12 de la mañana comenzaban a concentrarse en la plaza Tahrir.
Poco ambiente festivo y sí mucha tensión se respiraba en una plaza militarmente blindada, cercada por alambres de púas, cacheos, militares con el fusil a punto y tanques. Carteles de Abdel Fatah Al Sisi empapelaban la plaza, más las fotos que de él llevaban los manifestantes.
El ministerio del Interior ya había anunciado el dispositivo de 160 mil agentes para mantener la seguridad. Incluso algunos se permitían alguna broma, como la que publicaba en su Twitter el actor Amr Waked: “Sólo faltan los buzos y los policías de las aduanas”.
Sobre la una de la tarde comenzaron los primeros enfrentamientos. Centenares de seguidores de los Hermanos Musulmanes por una parte, y revolucionarios protagonistas de la salida de Mubarak y ahora claramente opuestos tanto a aquellos como al Gobierno de transición actual, marchaban en dos manifestaciones separadas por el barrio de Mohandisin cuando fueron dispersados por las fuerzas de seguridad.
Por la tarde en Tahrir ya no cabía un alfiler. Luces, canciones patrióticas, banderas de todos los tamaños, niños con la cara pintada, algunos vestidos de militares. De Hosni Mubarak, recluido en un hospital, nadie se acordaba. En la plaza muchos volvían a mostrar su apoyo al ejército y no pocos buscaban las cámaras para pedir públicamente la candidatura a las elecciones presidenciales del general. Una vez más, Egipto volvía a verse dividida en las calles.
Silvia R. Taberné