Internacional
Concluye cumbre de la OEA
Crearon una comisión para visitar Honduras y evaluar su re admisión a la Organización
LIMA, ECUADOR (08/JUN/2010).- La 40 Asamblea General de la OEA concluyó hoy aquí sus deliberaciones con un compromiso para fomentar la paz, la seguridad y la cooperación regional, además de fortalecer las acciones contra la pobreza, la inequidad y la exclusión.
Los cancilleres y delegados de los países que integran la Organización de Estados Americanos (OEA) debatieron durante tres días temas vinculados a la seguridad, el narcotráfico, el tráfico de personas y el eventual retorno de Honduras al organismo.
En la Declaración de Lima quedó establecido el compromiso de profundizar la cooperación interamericana para el desarrollo integral y, en ese contexto, fortalecer los mecanismos y acciones de cooperación para enfrentar la pobreza, la inequidad y la exclusión.
Las naciones americanas se comprometieron a fomentar el respeto al Derecho Internacional y su convicción en la solución pacífica de las controversias.
Ratificaron la obligación de los Estados Miembros que en sus relaciones internacionales no recurrirán al uso de la fuerza, salvo en casos de legítima defensa, de conformidad con los tratados vigentes o en cumplimiento de dichos tratados.
Resaltaron la importancia de continuar promoviendo en el hemisferio un ambiente propicio para el control de armamentos, la limitación de armas convencionales y la no proliferación de armas de destrucción masiva.
Esto permitirá que cada Estado miembro pueda dedicar un mayor número de recursos a su desarrollo económico y social, teniendo en cuenta el cumplimiento de los compromisos internacionales, así como sus legítimas necesidades de defensa y seguridad.
Ratificaron el compromiso que la OEA continúe contribuyendo a la superación de situaciones de tensión y a la solución de crisis, con pleno respeto a la soberanía de los estados y a los principios de la Carta de la OEA.
También expresaron su deseo de continuar apoyando los esfuerzos, acuerdos y mecanismos bilaterales, subregionales, regionales e internacionales para prevenir conflictos y solucionar en forma pacífica las controversias.
Los países de la región se comprometieron a continuar implementando medidas de fomento de la confianza y la seguridad identificadas en las declaraciones de Santiago, San Salvador y el Consenso de Miami.
Recalcaron la conveniencia de promover la transparencia en la adquisición de armamentos, atendiendo las resoluciones de la ONU y la OEA, e invitar a los estados que aún no lo hayan hecho a que consideren suscribir o ratificar protocolos en esa materia.
Los cancilleres pidieron que se considere la ratificación o adhesión, según sea el caso, de la Convención Interamericana contra la Fabricación y el Trafico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Materiales Relacionados (CIFTA).
Valoraron la importancia que se continúe avanzando en los esfuerzos regionales tendientes a la cooperación en materia de seguridad y a la implementación de los convenios que se han adoptado en el curso de los años en temas de paz, estabilidad, confianza y seguridad.
Al concluir las deliberaciones, signaron el compromiso de continuar fomentando una cultura de paz y promoviendo la educación para la paz en los países de la región, reafirmando la meta de seguir destinando mayores recursos al bienestar de los pueblos.
Los cancilleres y delegados de los países que integran la Organización de Estados Americanos (OEA) debatieron durante tres días temas vinculados a la seguridad, el narcotráfico, el tráfico de personas y el eventual retorno de Honduras al organismo.
En la Declaración de Lima quedó establecido el compromiso de profundizar la cooperación interamericana para el desarrollo integral y, en ese contexto, fortalecer los mecanismos y acciones de cooperación para enfrentar la pobreza, la inequidad y la exclusión.
Las naciones americanas se comprometieron a fomentar el respeto al Derecho Internacional y su convicción en la solución pacífica de las controversias.
Ratificaron la obligación de los Estados Miembros que en sus relaciones internacionales no recurrirán al uso de la fuerza, salvo en casos de legítima defensa, de conformidad con los tratados vigentes o en cumplimiento de dichos tratados.
Resaltaron la importancia de continuar promoviendo en el hemisferio un ambiente propicio para el control de armamentos, la limitación de armas convencionales y la no proliferación de armas de destrucción masiva.
Esto permitirá que cada Estado miembro pueda dedicar un mayor número de recursos a su desarrollo económico y social, teniendo en cuenta el cumplimiento de los compromisos internacionales, así como sus legítimas necesidades de defensa y seguridad.
Ratificaron el compromiso que la OEA continúe contribuyendo a la superación de situaciones de tensión y a la solución de crisis, con pleno respeto a la soberanía de los estados y a los principios de la Carta de la OEA.
También expresaron su deseo de continuar apoyando los esfuerzos, acuerdos y mecanismos bilaterales, subregionales, regionales e internacionales para prevenir conflictos y solucionar en forma pacífica las controversias.
Los países de la región se comprometieron a continuar implementando medidas de fomento de la confianza y la seguridad identificadas en las declaraciones de Santiago, San Salvador y el Consenso de Miami.
Recalcaron la conveniencia de promover la transparencia en la adquisición de armamentos, atendiendo las resoluciones de la ONU y la OEA, e invitar a los estados que aún no lo hayan hecho a que consideren suscribir o ratificar protocolos en esa materia.
Los cancilleres pidieron que se considere la ratificación o adhesión, según sea el caso, de la Convención Interamericana contra la Fabricación y el Trafico Ilícitos de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y Otros Materiales Relacionados (CIFTA).
Valoraron la importancia que se continúe avanzando en los esfuerzos regionales tendientes a la cooperación en materia de seguridad y a la implementación de los convenios que se han adoptado en el curso de los años en temas de paz, estabilidad, confianza y seguridad.
Al concluir las deliberaciones, signaron el compromiso de continuar fomentando una cultura de paz y promoviendo la educación para la paz en los países de la región, reafirmando la meta de seguir destinando mayores recursos al bienestar de los pueblos.