Internacional
Actos de violencia empañan funeral de jefe de Inteligencia libanés
Algunos libaneses aprovecharon los funerales para protestar contra el gobierno y exigir la renuncia del primer ministro, a quien responsabilizan del ataque contra al Hassan
JERUSALÉN, ISRAEL (21/OCT/2012).- Miles de libaneses asistieron a los funerales del jefe de Inteligencia, Wisam al Hassan, fallecido hace dos días en un atentado, en medio de actos de protesta y enfrentamientos entre la Policía y sus seguidores en el centro de Beirut.
Al grito de "¡Mártir de la justicia y de la verdad!, miles de personas se dieron cita desde tempranas horas en la Plaza los Mártires de la capital libanesa para el último adiós al ex jefe de los Servicios de Seguridad Nacionales (FSI), según la televisión Al Manar.
Con enormes fotografías de al Hassan, algunos de los manifestantes expresaron su dolor e indignación por la muerte del ex jefe de Inteligencia, fallecido el viernes pasado en un atentado con coche bomba en Beirut, que dejó ocho muertos y más de 80 heridos.
Al-Hassan estuvo a cargo de una unidad de inteligencia superior, descubrió el complot que llevó a la detención en agosto pasado del ex ministro de Información, Michel Samaha, estrechamente vinculado al régimen sirio, por lo que esto habría sido el móvil del ataque.
La mayoría de los asistentes vestían de negro, en señal de luto, y portaban enormes fotografía del ex funcionario fallecido, así como banderas libanesas y de los FSI, en cuya Dirección General se realizó la ceremonia fúnebre.
Al funeral asistieron altos funcionarios libaneses, incluido el presidente, Michel Sleiman, el primer ministro Najib Mikati, el titular del Ministerio del Interior, Marwan Charbel, el director general del FSI, Ashraf Rifi, y el comandante del Ejército, Jean Qahwaji.
Algunos de los libaneses aprovecharon los funerales para protestar contra el gobierno por el atentado y exigir la renuncia del primer ministro, a quien responsabilizan del ataque contra al Hassan, cómo pidió la oposición libanesa.
Entre cánticos, oraciones, gritos de "¡Mikati, lárgate!" y consignas contra el presidente sirio, Bashar al Assad, a quien consideran responsable del atentado, algunos jóvenes se encaminaron hasta el Grand Serail, sede oficial del gobierno.
Los manifestantes rompieron el cordón de seguridad alrededor del palacio de gobierno, lo que desató un cruento enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
En respuesta, algunos jóvenes arrojaron cócteles molotov contra la oficina del primer ministro libanés y una granada de mano contra los policías en el barrio de Bad al Tlabane, destacó la televisora libanesa, que reportó la presencia de varios hombres armados.
Testigos aseguraron haber escuchado varios disparos en medio de la multitud, aunque se desconoce su origen y si habrían causados víctimas fatales o heridos.
Las protestas se extendieron a otras regiones del país, dominadas de manera predominante por sunitas, en las que al igual que en Beirut, los manifestantes exigieron la dimisión del primer ministro, Nayib Mikati.
Al Hassan fue sepultado junto con su guardaespaldas, quien también murió en el atentado del viernes, a lado de la tumba del ex primer ministro, Rafiq Hariri, en la Plaza de los Mártires, en el centro de Beirut.
Al grito de "¡Mártir de la justicia y de la verdad!, miles de personas se dieron cita desde tempranas horas en la Plaza los Mártires de la capital libanesa para el último adiós al ex jefe de los Servicios de Seguridad Nacionales (FSI), según la televisión Al Manar.
Con enormes fotografías de al Hassan, algunos de los manifestantes expresaron su dolor e indignación por la muerte del ex jefe de Inteligencia, fallecido el viernes pasado en un atentado con coche bomba en Beirut, que dejó ocho muertos y más de 80 heridos.
Al-Hassan estuvo a cargo de una unidad de inteligencia superior, descubrió el complot que llevó a la detención en agosto pasado del ex ministro de Información, Michel Samaha, estrechamente vinculado al régimen sirio, por lo que esto habría sido el móvil del ataque.
La mayoría de los asistentes vestían de negro, en señal de luto, y portaban enormes fotografía del ex funcionario fallecido, así como banderas libanesas y de los FSI, en cuya Dirección General se realizó la ceremonia fúnebre.
Al funeral asistieron altos funcionarios libaneses, incluido el presidente, Michel Sleiman, el primer ministro Najib Mikati, el titular del Ministerio del Interior, Marwan Charbel, el director general del FSI, Ashraf Rifi, y el comandante del Ejército, Jean Qahwaji.
Algunos de los libaneses aprovecharon los funerales para protestar contra el gobierno por el atentado y exigir la renuncia del primer ministro, a quien responsabilizan del ataque contra al Hassan, cómo pidió la oposición libanesa.
Entre cánticos, oraciones, gritos de "¡Mikati, lárgate!" y consignas contra el presidente sirio, Bashar al Assad, a quien consideran responsable del atentado, algunos jóvenes se encaminaron hasta el Grand Serail, sede oficial del gobierno.
Los manifestantes rompieron el cordón de seguridad alrededor del palacio de gobierno, lo que desató un cruento enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
En respuesta, algunos jóvenes arrojaron cócteles molotov contra la oficina del primer ministro libanés y una granada de mano contra los policías en el barrio de Bad al Tlabane, destacó la televisora libanesa, que reportó la presencia de varios hombres armados.
Testigos aseguraron haber escuchado varios disparos en medio de la multitud, aunque se desconoce su origen y si habrían causados víctimas fatales o heridos.
Las protestas se extendieron a otras regiones del país, dominadas de manera predominante por sunitas, en las que al igual que en Beirut, los manifestantes exigieron la dimisión del primer ministro, Nayib Mikati.
Al Hassan fue sepultado junto con su guardaespaldas, quien también murió en el atentado del viernes, a lado de la tumba del ex primer ministro, Rafiq Hariri, en la Plaza de los Mártires, en el centro de Beirut.