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Ryan Coogler se anota un nocaut con 'Creed'

El director nos comparte el camino que recorrió para realizar la película

GUADALAJARA, JALISCO (29/ENE/2016).- Para el cineasta Ryan Coogler, la realización la película “Creed” no fue una casualidad. Se trata de una cinta inspirada en parte gracias a lo que vivió cuando era niño al ver las películas de “Rocky”, y por otro lado a la gran admiración de su padre por el cine. De esta forma, el director desmenuza esta cinta que se estrena el fin de semana en las salas mexicanas, por lo que la función estelar de box está más que lista.

“Creed” es protagonizada por Sylvester Stallone, como “Rocky Balboa” y Michael B. Jordan, en el papel de “Adonis” —el pupilo de Rocky—. Dichos actores arrastran el impulso que los Golden Globes le dieron a la película al mismo tiempo que “Sly” se encuentra nominado al Oscar como Mejor actor secundario, por lo que espera dar el golpe certero para ganar la estatuilla.

—¿De niño eras fanático de las películas de “Rocky”?

—Sí. Mi papá nos infundió a mis hermanos y a mí su amor por las películas. Su amor por el cine surgió en una época que luchaba por su vida, su madre peleó contra el cáncer de mama la mayor parte de su vida, y falleció a causa de esa enfermedad cuando él tenía 18 años. Pero sus mejores recuerdos de ella eran sentados frente al televisor viendo “Rocky II” en televisión, mientras ella estaba en cama.

—¿Cómo se te ocurrió la idea de hacer “Creed: Corazón de Campeón”?

—Se me ocurrió la idea de esta historia cuando mi papá se enfermó, cuando yo terminaba la facultad de cine y me preparaba para la película ‘Fruitvale’. Tuve que lidiar con el hecho de ver a un tipo fuerte luchar contra su propia muerte y verlo debilitarse y ayudarlo a hacer cosas que nunca pensé que lo ayudaría a hacer. Esa fue mi inspiración para esta historia.

—Que Sylvester Stallone participara fue fundamental para la viabilidad del proyecto. ¿Cómo lo lograste?

—A Sylvester lo conocí a través de mis representantes. Les conté a ellos sobre esta idea, y ellos me presentaron al representante de Sly, Adam Venit, y le hablé sobre mi idea. Él me presentó al exsocio de Sly, Kevin King, y también le conté la idea. Al final fui abriéndome camino para llegar a Sly. A esa altura, Michael (B. Jordan) y yo ya nos conocíamos, así que lo presenté como la estrella de la película. Noté que Sly estaba un poco aprensivo y lo estaba pensando. Hicimos “Fruitvale” y seguí hablando con él, y al final, aceptó participar.

—¿Quién es Adonis y qué intenta lograr?

—Él nos representa a todos, es decir, creo que lo hace en muchos aspectos. Pero en lo personal, es alguien que lucha contra su propia identidad. Es alguien que tuvo un padre ausente, ya que falleció antes de que Adonis naciera, y no está seguro de quién es él mismo. Tiene la misión de encontrarse a sí mismo, y de encontrar cierta validación en su vida, que creo es algo con lo que la gente se identifica.

—¿Por qué crees que Michael B. Jordan era el actor indicado para este papel?

—Mike es muy talentoso. Él es considerado para cada papel que surge en Hollywood en este momento. Somos colaboradores muy cercanos, nos hicimos amigos cuando se me ocurrió esta película, y lo conozco mucho. Tiene mucha destreza emocional como persona, y mucho más como actor. Es muy atlético, competitivo, un apasionado de los deportes. Así que este papel era perfecto para él. Él ejercitó cada músculo de actuación, lo que le permitió asumir un desafío que nunca antes había asumido. Lo que no se conocía era la química entre él y Sylvester. Eso no podía predecirse, pero una vez que los juntamos a hablar del proyecto, fue ver como ellos se retroalimentaban porque son muy parecidos en cuanto a su personalidad, su sentido del humor, su ética de trabajo, y su pasión por el oficio de ser actor.

—¿Cómo fue para ti trabajar con un actor, un cineasta de la talla de Sylvester Stallone?

—Fue genial. Me divertí mucho con Sly. Es una fuente de conocimiento. Cuando estás con él le encanta darte consejos, hablar y enseñar. No es alguien que se guarda información, simplemente habla de las cosas que vivió y te cuenta sus historias y las locuras que hizo, hablar de lo que ha aprendido, de las veces que intentó hacer algo, fracasó y volvió a levantarse, lo hizo otra vez y tuvo éxito. A veces nos contaba a Michael y a mi sobre las trampas que debíamos evitar, no sólo en el cine, sino en la vida.

—Háblanos sobre el humor entre Rocky y Creed.

—Sí, totalmente. Es decir, se fue desarrollando el guion porque Sly y Mike son muy graciosos. Habría sido un crimen si esta película no tuviera esas emociones. Sin humor, hubiera sido un desperdicio. Y creo que muchas de las escenas que se vieron cómicas en realidad fueron escritas como escenas dramáticas, pero la libertad que surgió de sus actuaciones fue genial. Nos aferramos a eso. Creo que Rocky, a su edad, se volvió más gracioso y encantador.

—¿Cómo fue filmar las escenas de boxeo con boxeadores reales?

—Fue divertido pero también un gran desafío. Ya se han hecho muchas películas sobre el boxeo y se harán muchas más en el futuro, porque es un deporte que se presta muy bien a este tipo de narrativa. Nuestro desafío era encontrar nuevas formas de hacerlo. Ver nuestra historia e intentar descubrir qué representa esta pelea. ¿Qué significaba esta pelea para Adonis? Y cómo lograr eso en la coreografía y en la cinematografía.

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