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Por el ritual de escuchar un disco de vinil, personas compran más acetatos

A pesar de ser un formato más caro, coleccionar vinilos es una fijación que disfrutan los fanáticos desde el momento de preparar la tornamesa

GUADALAJARA, JALISCO (11/MAY/2013).- Comprar y escuchar un disco del tamaño de un plato botanero nunca fue más valorado, por lo menos para las personas entrevistadas por El Informador, que consumen discos de acetato o vinil, un formato que parecía haber quedado en el pasado.
 
 "Si pongo un vinil, me gusta el ritual de preparar al tornamesa, preparar la aguja, de conectarlo, y de sentarme a escucharlo", dice Víctor Hugo González Soto, quien acepta que se inició en el mundo del vinil por moda.
 
 Narra que un "cuate" le llevó vinilos, y le dio curiosidad el formato. Estaban bonitos, es moda, es vintage (productos con muchos años en el mercado que aún no son antigüedades), y por esas razones "se le antojó". Platica que el acetato es mucho más coleccionable que el disco compacto o la descarga, y es más grande y vistoso.
 
 Víctor se decanta por la música rock, metal y bandas nórdicas que no son muy conocidas, las cuales, asegura, nunca dejaron de producir vinilos; de hecho gran parte de su colección de 150 acetatos es importada de Suecia. Y también, ha conseguido en tiendas de música discos de bandas como Europe, Depp Purple, Metallica, entre otros.
 
 Por su parte, Verónica Rodríguez tiene tres años comprando discos de vinil. ¿La razón? "Porque la sensación que me produce tener un vinilo nuevo es emocionante y me gusta ver el diseño del disco".
 
 A raíz de colaborar en un programa de radio de música electrónica recibió el primer disco de su colección de 20 acetatos, la cual asegura que tiene un sonido más fiel, "más real".
 
 Mientras, Everardo Nápoles es un experimentado con 10 años en el mundo del acetato, y 200 discos. "El tener música que no todo mundo tiene y en este tipo de formato que suena mucho mejor", es la principal razón por la que compra discos de ese tipo.
 
 Afirma que el sonido es de mayor calidad a cualquier otro registro musical: "El sonido es más cálido o más real, porque literalmente la música está impresa sobre el plástico, no son datos como un láser que se lee, o un archivo digital".
 
 Concuerda con él Víctor, menciona que el audio es mucho más fiel y se puede distinguir de una manera más orgánica el instrumento. "Como si imprimieras la cuerda de la guitarra en el vinil, eso de le da más cuerpo. Y en el cd o la descarga pasa por una conversión electrónica que le quita lo orgánico".
 
 Si es una moda o no, indica: "Ahorita, en cuanto la gente cree que es moda, es porque ya artistas como Adele, Depeche Mode, U2, Lady Gaga, o Radiohead, están sacando todo en vinil, de ahí toma la gente que es moda. La producción nunca ha parado en el underground.
 
 Costosa fijación

 
 Verónica utiliza una pequeña consola para escuchar sus discos, y valió la pena la compra, ya que confiesa que tiene más acetatos que discos compactos o casetes; aunque las descargas mantienen el primer lugar de su preferencia.
 
 En cambio, Everardo Nápoles asegura que definitivamente prefiere los vinilos a otros formatos. Con una tornamesa disfruta de su colección, sin embargo, dice que pagar el aparato fue muy difícil.
 
 El mundo de las tornamesas también es muy extenso por los diferentes tipos que se pueden obtener, dice Víctor, sí, el que importaba discos desde Suecia. "Cada punta tiene su material y su forma: puntas con terminación cónica, esférica, etcétera. Todo eso influye en el sonido (...) Incluso hay variedad de brazos".
 
 Dice que el principal problema del formato de música en vinil, es el costo que ello requiere.
 
EL INFORMADOR / SAÚL PRIETO

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