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Pasiones desatadas con Beyond the Hills

Invitadas. Cristina Flutur y Cosmina Stratan, con el espíritu de Cannes

MORELIA, MICHOACÁN (09/NOV/2012).- No es descabellado pensar que Europa siga a la vanguardia del cine de arte. Pero ya no es en Francia, Alemania e Inglaterra donde se encuentran estas joyas artísticas, sino un poco más hacia el Oeste, en este caso, Rumania, nación donde fue rodada la aclamada Beyond the hills, cinta dirigida por Cristian Mingu y triunfadora del Festival de Cannes. Y tan bien le fue que sus dos protagonistas, Cristina Flutur y Cosmina Stratan empataron en la elección de la Palma de Oro a Mejor actriz.

Stratan y Flutur se encuentran de visita en el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde ofrecieron una charla a medios y cinéfilos para desentrañar los secretos de su trabajo y el proceso creativo detrás de Beyond the hills.

Alina (Cristina Flutur) es una joven huérfana que regresa de Alemania a su aldea natal en Rumania. Su vida ha estado marcada por momentos complicados; su única amiga es Voichita (Cosmina Stratan), a quien quiere y considera su única confidente. Pero ya no son niñas y la forma en que ven la vida cambió de forma drástica. Voichita es una mujer completamente diferente a aquella huérfana. Cambió mucho durante el tiempo que estuvieron separadas. Ahora vive en un convento donde se encuentra inmersa de forma absoluta en la forma de vida religiosa del cristianismo ortodoxo.

Consternada y temiendo perder a su compañera del alma, Alina tratará de salvarla, sin saber que esa decisión podría acarrear graves consecuencias.

La sorpresa y el logro


Ahora gozan del reconocimiento de Cannes, pero llegar a Beyond the hills tiene una historia particular para cada actriz. En el caso de Cosmina Stratan, relata que: “Yo era periodista. Conocí al director Cristian Mungiu porque lo entrevisté para mi trabajo. Tiempo después decidí volverme actriz, aunque todos mis colegas creían que estaba loca. Jamás imaginé que me volvería a encontrar con Mungiu, y menos que tendría que trabajar bajo su batuta”.

El caso de Cristina fue más convencional, aunque no por ello menos gratificante: “Recibí una llamada de mi agente, porque decía que Cristian Mongiu quería trabajar conmigo y pensé que era una broma. Jamás me vi trabajando al lado de un director que ya tiene tanto prestigio, pese a ser tan joven. Viajé a Bucarest (capital de Rumania) y resultó ser cierto. Cuando hablamos, nos entendimos desde el primer instante sobre la naturaleza del personaje”.

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