Entretenimiento
Jimmy Cobb; si no se enseña el jazz en 10 años nadie sabrá quien era Coltrane
Cobb es una leyenda viva que sigue transmitiendo a las nuevas generaciones toda su experiencia porque lo cree imprescindible
SAN SEBASTIÁN, ESPAÑA (20/JUL/2012).- Jimmy Cobb es uno de los grandes baterías del jazz, una leyenda viva que sigue transmitiendo a las nuevas generaciones toda su experiencia porque lo cree imprescindible, porque si no se hace así "dentro de diez o quince años nadie va a saber quien era John Coltrane o West Montgomery".
Cobb (Washington DC, 1929) hacía hoy esta reflexión tras recibir el premio Donostiako Jazzaldia, que cada año otorga el Festival de Jazz de San Sebastián (norte de España) a una destacada figura del género.
Para el batería, esa labor didáctica es "muy importante" porque el jazz es una música "para minorías" y ésta es la "única manera" de hacerlo perdurar y consideró que es "gratificante" ver que ahora en Estados Unidos hay muchos músicos que han optado por el jazz después de una época en que apenas había.
El batería, vestido con americana clara y gorra de beisbol, bromeó sobre algunos aspectos de su carrera, como sus armas para cantar con algunas de las grandes voces del jazz, que en el caso de Billie Holiday -a quien acompañó por primera vez cuando tenía 18 años- fue "casualidad" y en otros "inteligencia", como con Dinah Washington, con la que además convivió.
También ironizó sobre la grabación del mítico "Kind of blue" de Miles Davis, y aseguró que, de haber vaticinado qué lugar ocuparía en la historia, hoy sería "un hombre rico", y el genial trompetista habría adquirido varios "Ferraris".
A Cobb, que le habría gustado tocar con el contrabajista Ray Brown, pero sus caminos nunca se cruzaron aunque fueron buenos amigos, no le parece complicado adaptarse a los diferentes estilos de los músicos que ha acompañado, pues "lo importante" para su instrumento, asegura, es "tener 'swing'".
Y de entre los jóvenes que empiezan, avisó de la "explosión" de mujeres que comienzan a sobresalir, como Cindy Blackman Santana.
"Y el que viene como un cohete es el sobrino de Wallace Roney", ha subrayado Cobb, que tuvo hoy entre el público la compañía -y también las preguntas- de Larry Coryell, miembro del trío con el que hoy tocará en San Sebastián, además del pianista Eric Reed y Mulgrew Miller, que estarán el domingo en la plaza de la Trinidad.
Cobb (Washington DC, 1929) hacía hoy esta reflexión tras recibir el premio Donostiako Jazzaldia, que cada año otorga el Festival de Jazz de San Sebastián (norte de España) a una destacada figura del género.
Para el batería, esa labor didáctica es "muy importante" porque el jazz es una música "para minorías" y ésta es la "única manera" de hacerlo perdurar y consideró que es "gratificante" ver que ahora en Estados Unidos hay muchos músicos que han optado por el jazz después de una época en que apenas había.
El batería, vestido con americana clara y gorra de beisbol, bromeó sobre algunos aspectos de su carrera, como sus armas para cantar con algunas de las grandes voces del jazz, que en el caso de Billie Holiday -a quien acompañó por primera vez cuando tenía 18 años- fue "casualidad" y en otros "inteligencia", como con Dinah Washington, con la que además convivió.
También ironizó sobre la grabación del mítico "Kind of blue" de Miles Davis, y aseguró que, de haber vaticinado qué lugar ocuparía en la historia, hoy sería "un hombre rico", y el genial trompetista habría adquirido varios "Ferraris".
A Cobb, que le habría gustado tocar con el contrabajista Ray Brown, pero sus caminos nunca se cruzaron aunque fueron buenos amigos, no le parece complicado adaptarse a los diferentes estilos de los músicos que ha acompañado, pues "lo importante" para su instrumento, asegura, es "tener 'swing'".
Y de entre los jóvenes que empiezan, avisó de la "explosión" de mujeres que comienzan a sobresalir, como Cindy Blackman Santana.
"Y el que viene como un cohete es el sobrino de Wallace Roney", ha subrayado Cobb, que tuvo hoy entre el público la compañía -y también las preguntas- de Larry Coryell, miembro del trío con el que hoy tocará en San Sebastián, además del pianista Eric Reed y Mulgrew Miller, que estarán el domingo en la plaza de la Trinidad.