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El olfato es importante en un documentalista: Everardo González

El ganador de tres premios Ariel y un Mayahuel considera que el género está transformando la cinematografía

GUADALAJARA, JALISCO (28/ENE/2012).- Everardo González es un documentalista enamorado de su profesión y quien considera que, a diferencia de los realizadores de la década de los ochenta, él pertenece a una generación que ve en el documental una forma de contar historias más allá de la denuncia.

La ética es, para Everardo, la clave para tratar las historias que son prestadas. “Para ser documentalista hay que respetar al otro, más allá de su formación cinematográfica, lo más importante es no olvidar que las historias son prestadas, no son nuestras, son otros los que las están padeciendo”, y es precisamente esa visión la que ayer compartió durante el taller que encabeza como parte de la Especialidad en Documental Cinematográfico, respaldada por el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), cuya sede es albergada por el Departamento de Periodismo de la Cátedra Hugo Gutiérrez Vega del CUSur de la UdeG.

“Lo que pretendo –comentó momentos antes de iniciar el taller– es mostrar mi trabajo y desmenuzar las películas para que los alumnos conozcan al menos la génesis de un proyecto, las peripecias que uno tiene que pasar para exhibir, y procuro hacer tiempo para eso, para transmitir y compartir lo que hacemos, para que aquellos que desean trabajar en esto se cuestionen para qué lo están haciendo”.

Y aunque el ganador de tres premios Ariel y un Mayahuel confiesa que ha sido tentado por la ficción, prefiere seguir en el que considera que es su género, pues dice no estar interesado en la fama, sino en sentirse vivo, ya que en esa línea no se puede planear el guión, no se puede programar un rodaje, lo que da pie a que la vida lo sorprenda. “A diferencia de un director de ficción, un documentalista puede desarrollar la épica sin altos presupuestos, y constantemente se pregunta en qué momento trasgrede los límites de la exposición del otro, por eso creo que es el sitio que me corresponde, porque no tengo mucho tiempo ni voluntad para escribir y desarrollar una historia, me parece mucho más emocionante trabajar en un documental, un género que está transformando la cinematografía”.

Sobre su reciente trabajo, Cuates de Australia (que compite en la selección oficial de FICG y en el que aborda el problema de la sequía en México) asegura que “hoy de alguna manera se presenta una coyuntura mediática de un problema que ha sido histórico en México, ése lugar (Cuates de Australia en Coahuila) lo conocí en 2004. Filmé tres años y medio y sorprendentemente es ahora cuando se da el nivel más crítico en 70 años, digamos que la cinta es pertinente”.

¿Pero cómo encontrar un tema para ser expuesto?, a lo que Everardo responde: “Nosotros dependemos, como pasa con los periodistas, del olfato, en donde no solamente hay una buena historia, sino que además se ubica dentro de la realidad que nos rodea y puede arrojar varios cuestionamientos y reflexiones”.

VOZ
Con bases sólidas


“Cuates de Australia no sólo habla de la sequía, hace otra reflexión, pues aborda la supervivencia, paternidad, sobre el hecho de ser hijo, la relación del hombre y su entorno, el hombre y las bestias, y su fe, y sobre todo retrata el ciclo de vida del ser humano y del entorno”

“Cuando elijo un proyecto procuro buscar posibilidades narrativas, que tengan lo que llamo los puertos de llegada”

“El documentalista es dependiente de lo que sucede y tiene que posponer citas familiares y no sortea muy bien la vida personal, pero finalmente es una elección de vida”

“Es momento importante para que el FICG comience a dar más reconocimiento al documental, y no sólo en su programación sino en la premiación. Ojalá que pronto consideren otorgar un premio al Mejor director de cine documental” , Everardo González, documentalista.

EL INFORMADOR/ ALTAGRACIA LIZARDO MEDINA

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