Entretenimiento
Cannes lo ovaciona de pie: Amat Escalante muestra el lado crudo de la inmigración
“Mi inspiración grande fue también la guerra en Iraq, lo que está pasando allí, y algo que no enseñan en la televisión, el daño físico y emocional que puede ser la violencia”. Amat Escalante, director.
El drama de la inmigración clandestina y la degeneración que lleva al crimen deliberado, “la peor tragedia que puede ocurrirle a un ser humano o a un país”, llevó al director mexicano Amat Escalante a rodar Los bastardos, que ayer se estrenó en el
Festival de Cannes.
El director, denominado como uno de los prodigios latinoamericanos descubiertos por el Festival en 2005 con su primer largometraje, Sangre, recibió una excelente acogida, por parte de la prensa en la sala Debussy, la segunda más importante del Palacio de los Festivales.
Allí donde presenta sus películas la sección oficial Una cierta mirada se invitó a Escalante a competir, junto a una veintena de colegas de todo el mundo, ante un jurado presidido por el director alemán de origen turco Fatih Akin.
Los bastardos tienen mensaje múltiple y universal sobre la culpa y la traición, la inmigración clandestina, la condición de la mujer, la adolescencia en perdición, el abismo que convierte a una víctima en verdugo, o la comida basura no menos asesina, temas queridos por el artista. Al final de la proyección, gran parte del público, en pie, aplaudió durante largos minutos al artista y a su equipo.
Ante la gran acogida, un sonriente Escalante consideró, con gran serenidad, que “sí, estaba bien”, aunque, agregó después que en realidad no tenía nada que “esperar”, porque “no esperaba nada”.
Como tampoco sintió la presión del segundo largometraje, de tener que demostrar nada, aseguró.
¿De qué se trata?
La cinta aborda en primer lugar la inmigración, representada por sus dos protagonistas principales, Jesús (Jesús Moisés Rodríguez), originario de Guanajuato, la ciudad natal de sus padres, y Fausto (Rubén Sosa).
El argumento abordado en Los bastardos, cuyos protagonistas terminan convirtiéndose en peligrosos criminales y violadores, pese a ser en el inicio del filme simples inmigrantes clandestinos que aspiran a trabajar, tiene que ver “con mi papá, que es mexicano, y cruzó la frontera ilegalmente para ir a Estados Unidos”, señaló el realizador.
El director, denominado como uno de los prodigios latinoamericanos descubiertos por el Festival en 2005 con su primer largometraje, Sangre, recibió una excelente acogida, por parte de la prensa en la sala Debussy, la segunda más importante del Palacio de los Festivales.
Allí donde presenta sus películas la sección oficial Una cierta mirada se invitó a Escalante a competir, junto a una veintena de colegas de todo el mundo, ante un jurado presidido por el director alemán de origen turco Fatih Akin.
Los bastardos tienen mensaje múltiple y universal sobre la culpa y la traición, la inmigración clandestina, la condición de la mujer, la adolescencia en perdición, el abismo que convierte a una víctima en verdugo, o la comida basura no menos asesina, temas queridos por el artista. Al final de la proyección, gran parte del público, en pie, aplaudió durante largos minutos al artista y a su equipo.
Ante la gran acogida, un sonriente Escalante consideró, con gran serenidad, que “sí, estaba bien”, aunque, agregó después que en realidad no tenía nada que “esperar”, porque “no esperaba nada”.
Como tampoco sintió la presión del segundo largometraje, de tener que demostrar nada, aseguró.
¿De qué se trata?
La cinta aborda en primer lugar la inmigración, representada por sus dos protagonistas principales, Jesús (Jesús Moisés Rodríguez), originario de Guanajuato, la ciudad natal de sus padres, y Fausto (Rubén Sosa).
El argumento abordado en Los bastardos, cuyos protagonistas terminan convirtiéndose en peligrosos criminales y violadores, pese a ser en el inicio del filme simples inmigrantes clandestinos que aspiran a trabajar, tiene que ver “con mi papá, que es mexicano, y cruzó la frontera ilegalmente para ir a Estados Unidos”, señaló el realizador.