Entretenimiento
Campanella, sin presión para filmar
El realizador argentino cumple un deseo al rodar la película animada Futbolín, y ya trabaja en una nueva historia
RÍO DE JANEIRO, BRASIL (30/SEP/2013).- El cineasta argentino Juan José Campanella descartó que el Premio Oscar que recibió en 2010 por El secreto de sus ojos se haya convertido en una presión sobre su producción, y alega no tener prisa para filmar tras haber producido algunas películas con las que, considera, ya puede trascender.
''No sé si el Oscar me ha generado una presión o me quitó la líbido. No es que me crea nada, pero la verdad es que no tengo ganas de hacer algo barato, mal hecho, rápido...'', afirmó el director al ser interrogado sobre los tres años que invirtió en la producción de una animación y haberse alejado de las filmaciones con actores reales.
Campanella presentó el fin de semana en Brasil Futbolín, su primera incursión en el mundo de la animación 3D, en el Festival de Cine de Río de Janeiro, misma que abrió este año el festival de San Sebastián. ''Estuve enfrascado tres años con esta película, pero con una idea que hace años vengo pensando para hacer cine en vivo, para adultos'', afirmó el director al admitir que tiene un proyecto sobre su mesa.
''Este es un proyecto que empezó un año antes de El secreto de sus ojos. De hecho la primera escena se hizo al mismo tiempo en nuestra productora mientras se hacía la escena del estadio de El secreto de sus ojos. Podía haber hecho seis películas de adulto en el mismo tiempo pero tenía muchas ganas de hacer esto'', afirmó al referirse a las ideas de solidaridad y valores que intenta transmitir con la historia de un niño cuya única hazaña ha sido ganar al futbolín al mejor jugador de futbol de su pueblo, al que retrata como un ídolo deportivo ególatra.
Según Campanella, la animación le brinda la oportunidad de trabajar con la fantasía y de transmitirle al público infantil los temas que quiere tratar con su propio hijo, entre ellos, conceptos como loser (perdedor) y popular, con los que está muy inconforme.
Aseguró que su deseo de tratar esos temas se juntó con la entrada del mundo de la computación en su vida, que le mostró que era posible tener acceso a tecnologías del cine animado a bajo costo para contar sus historias.
''Es un error pensar que estoy en contra del progreso tecnológico, Metegol (título en Argentina), jamás podría realizarse si ese progreso no hubiese permitido que toda esa tecnología estuviera al acceso de gente que no tiene 200 millones de dólares para una película'', indicó el cineasta.
FRASE
''Antes yo necesitaba filmar, necesitaba hacer una película. Ahora ya no. Necesito solamente contar lo que quiero contar. No tengo ningún apuro ''
Juan José Campanella, cineasta.
El placer de dirigir para trascender
El argentino asegura no entender cómo hay directores que filman una película todos los años, ya que, en su opinión, no se pueden tener tantas cosas para decir en la vida. “Obviamente todos los que trabajamos en esto buscamos una manera de trascender, que es una forma de desafiar a la muerte. Y me parece que yo ya dejé tres o cuatro cositas que van a durar, que me van a trascender”, aseguró el director de El mismo amor, la misma lluvia, El hijo de la novia y Luna de Avellaneda.
Aseguró que, como ya no siente ansiedad por producir algo que quede como legado, tan sólo volverá a filmar cuando cuente con una historia y un guión que realmente lo satisfagan.
Sobre la película que tiene en mente, anticipó que es sobre la angustia de la muerte, en el que espera trabajar de nuevo con Eduardo Sacheri, el autor de La pregunta de sus ojos, el libro en el que se basa la película que lo catapultó al Oscar.
''No sé si el Oscar me ha generado una presión o me quitó la líbido. No es que me crea nada, pero la verdad es que no tengo ganas de hacer algo barato, mal hecho, rápido...'', afirmó el director al ser interrogado sobre los tres años que invirtió en la producción de una animación y haberse alejado de las filmaciones con actores reales.
Campanella presentó el fin de semana en Brasil Futbolín, su primera incursión en el mundo de la animación 3D, en el Festival de Cine de Río de Janeiro, misma que abrió este año el festival de San Sebastián. ''Estuve enfrascado tres años con esta película, pero con una idea que hace años vengo pensando para hacer cine en vivo, para adultos'', afirmó el director al admitir que tiene un proyecto sobre su mesa.
''Este es un proyecto que empezó un año antes de El secreto de sus ojos. De hecho la primera escena se hizo al mismo tiempo en nuestra productora mientras se hacía la escena del estadio de El secreto de sus ojos. Podía haber hecho seis películas de adulto en el mismo tiempo pero tenía muchas ganas de hacer esto'', afirmó al referirse a las ideas de solidaridad y valores que intenta transmitir con la historia de un niño cuya única hazaña ha sido ganar al futbolín al mejor jugador de futbol de su pueblo, al que retrata como un ídolo deportivo ególatra.
Según Campanella, la animación le brinda la oportunidad de trabajar con la fantasía y de transmitirle al público infantil los temas que quiere tratar con su propio hijo, entre ellos, conceptos como loser (perdedor) y popular, con los que está muy inconforme.
Aseguró que su deseo de tratar esos temas se juntó con la entrada del mundo de la computación en su vida, que le mostró que era posible tener acceso a tecnologías del cine animado a bajo costo para contar sus historias.
''Es un error pensar que estoy en contra del progreso tecnológico, Metegol (título en Argentina), jamás podría realizarse si ese progreso no hubiese permitido que toda esa tecnología estuviera al acceso de gente que no tiene 200 millones de dólares para una película'', indicó el cineasta.
FRASE
''Antes yo necesitaba filmar, necesitaba hacer una película. Ahora ya no. Necesito solamente contar lo que quiero contar. No tengo ningún apuro ''
Juan José Campanella, cineasta.
El placer de dirigir para trascender
El argentino asegura no entender cómo hay directores que filman una película todos los años, ya que, en su opinión, no se pueden tener tantas cosas para decir en la vida. “Obviamente todos los que trabajamos en esto buscamos una manera de trascender, que es una forma de desafiar a la muerte. Y me parece que yo ya dejé tres o cuatro cositas que van a durar, que me van a trascender”, aseguró el director de El mismo amor, la misma lluvia, El hijo de la novia y Luna de Avellaneda.
Aseguró que, como ya no siente ansiedad por producir algo que quede como legado, tan sólo volverá a filmar cuando cuente con una historia y un guión que realmente lo satisfagan.
Sobre la película que tiene en mente, anticipó que es sobre la angustia de la muerte, en el que espera trabajar de nuevo con Eduardo Sacheri, el autor de La pregunta de sus ojos, el libro en el que se basa la película que lo catapultó al Oscar.