Entretenimiento
Alec Baldwin ordena sus prioridades
Aunque vive su momento de mayor esplendor profesional, el actor acepta que ya piensa en el retiro
CIUDAD DE MÉXICO.- La gloria no es eterna, y eso lo sabe bien Alec Baldwin. Ahora su nombre adorna las marquesinas de la taquilla mexicana con la película Enamorándome de mi ex, donde comparte créditos con Meryl Streep. Y el futuro inmediato tiene todavía más brillo, porque también será el conductor de la ceremonia de los premios Oscar, el 7 de marzo próximo.
Sin embargo y sin importar este panorama tan “bueno”, el actor ha anunciado su retiro de los escenarios en 2012. Tiene una razón que rara vez se escuchará en la voz de un profesional: “Considero toda mi carrera cinematográfica como un fracaso total. La meta de hacer películas es protagonizar un filme donde tu actuación domine y que sea un éxito de crítica o comercial. Y yo nunca tuve eso”.
Alec nació el 3 de abril de 1958 en Massapequa, Nueva York. Es el segundo de los seis hermanos Baldwin, toda una dinastia dedicada a la interpretación. Daniel, William y Stephen siguieron sus pasos. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad George Washington y cursó algunos años de Derecho. Sin embargo, decidió volver al sueño de su juventud, trasladarse a Manhattan y convertirse en una de las caras más reconocidas de Hollywood contemporáneo.
Y aunque ahora argumenta su fracaso cinematográfico como razón de su retiro, en tele y en la escena teatral la historia es diferente. El actor, quien tiene una amplia trayectoria en teatro clásico, musical y contemporáneo, estuvo postulado al Tony como Mejor actor por su interpretación de Stanley Kowalski en Un tranvía llamado deseo, al lado de Jessica Lange, con quien repitió en la versión televisiva de la obra de Tennessee Williams y por este último trabajo compitió por un Emmy.
Aun con estas cartas credenciales, Balwin pasó por un bache en lo actoral en el mundo del cine. Algo grave para alguien convencido -según declarara en el legendario programa de James Lipton, Actors Studio- de que “la actuación es un oficio muy parecido al de plomero. Si vas a colocar un inodoro, no te vas a poner a discutir con el dueño de la casa cómo tiene que ser el estilo de su baño. Así somos los actores: te convocan para una película y no sabes cómo va a ser. De vez en cuando tienes suerte y te toca una buena”.
Camino cuesta arriba
A pesar de vivir una larga etapa de problemas, Baldwin ha enderezado su camino y ha vuelto a brillar. Actualmente encarna a Jack Donaghy en la serie 30 Rock, un papel por el cual ha ganado dos premios Emmy, además de dos Globo de Oro y tres Screen Actors Guild Awards.
Agregado a su repentino “segundo aire”, el actor ve su buena estrella brillando de nueva cuenta en un medio que le ha costado conquistar: El cine. Todo gracias a la película Enamorándome de mi ex, la que el propio Alec Baldwin describe como un sueño cumplido.
—¿Qué lo atrajo de “Enamorándome de mi ex”?
—Me gustó el guión de Nancy Meyers y quería trabajar con ella. Y después, cuando descubrí que entraría Meryl Streep, fue más emocionante.
—¿Cómo fue trabajar con Meryl?
—Es fácil trabajar con gente realmente talentosa, y ese es el caso con Meryl.
—¿Cómo ves a ‘’Jake’’, tu personaje?
—Algunos hombres se vuelven a casar una segunda vez buscando a la mujer que ellos pensaron era el nuevo amor, pero lo cierto es que la diferencia de edades es un factor que puede terminar con una relación.
—¿Cómo fue trabajar con Steve Martin ?
—Él es uno de los actores de comedia más maravillosos en el mundo. Ha hecho películas que son muy inteligentes y locas e incluso inolvidables. Pennies from heaven, por ejemplo, es una de las más hermosas comedias musicales filmadas en los últimos 50 años.
—Ahora ambos serán los presentadores en los Oscar, ¿cómo se siente?
—Los Oscar tienen dos tipos de público: el de la de televisión en casa y la gente que se encuentra en el lugar en el que se lleva a cabo la ceremonia -cuya vida puede cambiar ese día- Y nosotros queremos complacer a ambos.
Sin embargo y sin importar este panorama tan “bueno”, el actor ha anunciado su retiro de los escenarios en 2012. Tiene una razón que rara vez se escuchará en la voz de un profesional: “Considero toda mi carrera cinematográfica como un fracaso total. La meta de hacer películas es protagonizar un filme donde tu actuación domine y que sea un éxito de crítica o comercial. Y yo nunca tuve eso”.
Alec nació el 3 de abril de 1958 en Massapequa, Nueva York. Es el segundo de los seis hermanos Baldwin, toda una dinastia dedicada a la interpretación. Daniel, William y Stephen siguieron sus pasos. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad George Washington y cursó algunos años de Derecho. Sin embargo, decidió volver al sueño de su juventud, trasladarse a Manhattan y convertirse en una de las caras más reconocidas de Hollywood contemporáneo.
Y aunque ahora argumenta su fracaso cinematográfico como razón de su retiro, en tele y en la escena teatral la historia es diferente. El actor, quien tiene una amplia trayectoria en teatro clásico, musical y contemporáneo, estuvo postulado al Tony como Mejor actor por su interpretación de Stanley Kowalski en Un tranvía llamado deseo, al lado de Jessica Lange, con quien repitió en la versión televisiva de la obra de Tennessee Williams y por este último trabajo compitió por un Emmy.
Aun con estas cartas credenciales, Balwin pasó por un bache en lo actoral en el mundo del cine. Algo grave para alguien convencido -según declarara en el legendario programa de James Lipton, Actors Studio- de que “la actuación es un oficio muy parecido al de plomero. Si vas a colocar un inodoro, no te vas a poner a discutir con el dueño de la casa cómo tiene que ser el estilo de su baño. Así somos los actores: te convocan para una película y no sabes cómo va a ser. De vez en cuando tienes suerte y te toca una buena”.
Camino cuesta arriba
A pesar de vivir una larga etapa de problemas, Baldwin ha enderezado su camino y ha vuelto a brillar. Actualmente encarna a Jack Donaghy en la serie 30 Rock, un papel por el cual ha ganado dos premios Emmy, además de dos Globo de Oro y tres Screen Actors Guild Awards.
Agregado a su repentino “segundo aire”, el actor ve su buena estrella brillando de nueva cuenta en un medio que le ha costado conquistar: El cine. Todo gracias a la película Enamorándome de mi ex, la que el propio Alec Baldwin describe como un sueño cumplido.
—¿Qué lo atrajo de “Enamorándome de mi ex”?
—Me gustó el guión de Nancy Meyers y quería trabajar con ella. Y después, cuando descubrí que entraría Meryl Streep, fue más emocionante.
—¿Cómo fue trabajar con Meryl?
—Es fácil trabajar con gente realmente talentosa, y ese es el caso con Meryl.
—¿Cómo ves a ‘’Jake’’, tu personaje?
—Algunos hombres se vuelven a casar una segunda vez buscando a la mujer que ellos pensaron era el nuevo amor, pero lo cierto es que la diferencia de edades es un factor que puede terminar con una relación.
—¿Cómo fue trabajar con Steve Martin ?
—Él es uno de los actores de comedia más maravillosos en el mundo. Ha hecho películas que son muy inteligentes y locas e incluso inolvidables. Pennies from heaven, por ejemplo, es una de las más hermosas comedias musicales filmadas en los últimos 50 años.
—Ahora ambos serán los presentadores en los Oscar, ¿cómo se siente?
—Los Oscar tienen dos tipos de público: el de la de televisión en casa y la gente que se encuentra en el lugar en el que se lleva a cabo la ceremonia -cuya vida puede cambiar ese día- Y nosotros queremos complacer a ambos.