Entretenimiento
A Leotta solo le faltó levitar
Christian Leotta confirmó como solista su técnica impecable, fraseo nítido, interpretación inspirada
GUADALAJARA, JALISCO.- A Christian Leotta no hay que perderlo de vista. Hay que tener su nombre en la memoria los próximos años, porque quizá se cumpla el vaticinio de que será el mejor intérprete de Beethoven de la primera mitad del siglo XXI. De momento, los mejores de las últimas décadas del XX -Brendel, Arrau, Mitsuko Uchida, etcétera- aún le llevan una ventaja: la maestría que dan los años.
Con el antecedente de la magistral interpretación de las 32 sonatas de Beethoven durante el Festival Cultural de Mayo (FCM) de 2008 como tarjeta de presentación, Leotta inició el viernes, en el Teatro Degollado, otra empresa titánica: la interpretación de los cinco conciertos para piano del mismo autor, en tres entregas.
La Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), con su director titular, Héctor Guzmán, en el pódium, aportó el marco artesanal, especialmente en el segundo de los conciertos, en Do menor, Op. 37. El balance entre las distintas secciones de la orquesta se afinó a medida que avanzaba la velada. La concertación del segundo, por ende, fue más pulcra que en el primero.
Leotta, en ambos, confirmó como solista la excelente impresión que había causado como recitalista: técnica impecable, fraseo nítido, interpretación inspirada. Sin detrimento del virtuosismo -patente en las cadenzas de los dos conciertos-, la mayor virtud del joven pianista italiano es la comprensión de la partitura, la identificación con el alma de la música. Si en el segundo movimiento del primer concierto, en Do mayor, Op. 15, fue excelente, en el correspondiente del segundo concierto, Leotta se sublimó: aportó energía, agilidad, lirismo a raudales. En el solo inicial de ese movimiento, con fagot y flauta a la altura de las exigencias del solista, éste desbordó inspiración. A Leotta sólo le faltó levitar.
El programa se complementó con la obertura de La Novia Vendida, de Smetana, y la muy prescindible La Valse, pletórica en las típicas estridencias de Ravel.
El "pelo en la sopa" del programa apareció en la parte final del segundo concierto: los cohetones con que se celebraba, en la vecina Plaza de la Liberación, el aniversario 467 de la fundación de Guadalajara. Un inconveniente del que quedarán exentos quienes acudan este mediodía al "reprís" del programa, a partir de las 12:30 horas.
Jaime García Elías
Con el antecedente de la magistral interpretación de las 32 sonatas de Beethoven durante el Festival Cultural de Mayo (FCM) de 2008 como tarjeta de presentación, Leotta inició el viernes, en el Teatro Degollado, otra empresa titánica: la interpretación de los cinco conciertos para piano del mismo autor, en tres entregas.
La Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ), con su director titular, Héctor Guzmán, en el pódium, aportó el marco artesanal, especialmente en el segundo de los conciertos, en Do menor, Op. 37. El balance entre las distintas secciones de la orquesta se afinó a medida que avanzaba la velada. La concertación del segundo, por ende, fue más pulcra que en el primero.
Leotta, en ambos, confirmó como solista la excelente impresión que había causado como recitalista: técnica impecable, fraseo nítido, interpretación inspirada. Sin detrimento del virtuosismo -patente en las cadenzas de los dos conciertos-, la mayor virtud del joven pianista italiano es la comprensión de la partitura, la identificación con el alma de la música. Si en el segundo movimiento del primer concierto, en Do mayor, Op. 15, fue excelente, en el correspondiente del segundo concierto, Leotta se sublimó: aportó energía, agilidad, lirismo a raudales. En el solo inicial de ese movimiento, con fagot y flauta a la altura de las exigencias del solista, éste desbordó inspiración. A Leotta sólo le faltó levitar.
El programa se complementó con la obertura de La Novia Vendida, de Smetana, y la muy prescindible La Valse, pletórica en las típicas estridencias de Ravel.
El "pelo en la sopa" del programa apareció en la parte final del segundo concierto: los cohetones con que se celebraba, en la vecina Plaza de la Liberación, el aniversario 467 de la fundación de Guadalajara. Un inconveniente del que quedarán exentos quienes acudan este mediodía al "reprís" del programa, a partir de las 12:30 horas.
Jaime García Elías