Economía

Quiebra otro banco en Estados Unidos

Los mercados entraron a la pausa de fin de semana esperando el ansiado acuerdo político

NUEVA YORK, ESTADOS UNIDOS.- A medida que se aviva en Washington el debate sobre el monumental rescate bancario de 700 mil millones de dólares, uno de los mayores bancos de la nación, el Washington Mutual, se desplomó bajo la carga de sus abultadas apuestas fallidas en el mercado hipotecario.

La Corporación Federal de Seguro de Depósitos, FDIC, se hizo cargo del banco y después vendió las operaciones bancarias a JPMorgan Chase & Co. por mil 900 millones de dólares.

El Washington Mutual (WaMu), fundado en 1889, es el mayor banco comercial que quiebra en la historia del país. Sus bienes, por 307 mil millones de dólares, eclipsan por mucho los 40 mil millones del Continental Illinois National Bank, que quebró en 1984, y los 32 mil millones de dólares de IndyMac, de la que el gobierno se hizo cargo en julio pasado.

Un aspecto positivo es que la venta a JPMorgan Chase impide que se agoten los fondos del FDIC, pero ese detalle apenas bastará para aliviar las tribulaciones de los consumidores que ven reducirse el crédito y disminuir sus portafolios en medio de la crisis financiera más profunda desde la gran depresión de la década de 1930. (Agencias)


RECUADRO
¡Llegó el anhelado sábado!

• Los mercados de Wall Street permanecieron tensos el viernes. El Dow Jones cerró con números positivos.

• El banco Wachovia ha iniciado conversaciones preliminares con Citigroup para acordar una fusión entre ambas.

• La crisis financiera estadounidense provocará un rezago en la colocación de inmuebles de entre 15 y 20% en México, debido a que se prevé una mayor restricción crediticia, alertó el director del Gran Foro Inmobiliario 2008, Alejandro Kuri.

TELÓN DE FONDO

Entrampados

La política tiene entrampado el rescate del sistema financiero estadounidense. Para unos, la propuesta Bush de inyectar 700 mil millones de dólares es suficiente para reactivar los mercados; para otros, no se puede entregar ese dinero sin revisar su aplicación y, sobre todo, sin castigar a los culpables del quebranto.

Las dos posturas se enfrentan encarnizadamente, pues no sólo se trata del sistema financiero; también puede resolver qué fuerza gana la presidencia del, todavía, país más poderoso del planeta. El fin de semana da margen para buscar un acuerdo.

Luego vienen las consecuencias. Más allá de las elecciones en la Unión Americana, los efectos se sentirán en los bolsillos de la población del mundo. No en balde, en Alemania ya señalan que esta crisis es la muerte de la hegemonía estadounidense sobre el planeta.

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