Economía
Pemex evaluará reintegración de sus subsidiarias
La paraestatal trabajará de manera integrada y se reincorporarán las cuatro subsidiarias
CIUDAD DE MÉXICO (28/ENE/2013).- En la última reunión del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos (Pemex), la dirección recibió instrucciones de evaluar la reintegración de las cuatro subsidiarias y el corporativo, que actualmente estructuran la paraestatal en un solo organismo. Una operación de este tipo sólo requiere aprobación al interior de la empresa, por lo que podría concretarse en breve, eliminando la duplicidad de funciones y permitiendo que Pemex trabaje de manera integrada, como lo hacen las principales petroleras del mundo.
A decir de Fluvio Ruiz Alarcón, consejero profesional de Pemex y principal impulsor de esta fusión, el modelo de subsidiarias se agotó desde el momento en que, con diversas evaluaciones, se comprobó que no se cumplieron los objetivos para lo cual fue implementado en 1992.
La finalidad práctica por la que se llevó a cabo la separación de cuatro organismos -Pemex Exploración y Producción, Pemex Gas y Petroquímica Básica, Pemex Petroquímica y Pemex Refinación, más un corporativo rector y una filial para realizar operaciones en el extranjero, Pemex Internacional– fue privatizar la petroquímica secundaria, acción que se concretó en 1996 sin que con ello se multiplicaran las inversiones en el sector.
Ahora, el resto de los objetivos -como generar condiciones para la ejecución de la cadena de valor del petróleo y mejor aprovechamiento del valor agregado; mejorar los procesos de transferencia de recursos humanos, materiales y tecnológicos; disponer oportunamente de información para la toma de decisiones y evaluación a nivel corporativo y del Consejo de Administración o planear las inversiones en infraestructura con conocimiento de las necesidades de toda la empresa- quedó rebasado, de acuerdo con el consejero Fluvio Ruiz.
“Con la nueva administración, tenemos de nuevo las condiciones propicias para indicar que el modelo actual está agotado, que debemos sanear la operación de Pemex y la rendición de cuentas; por eso podemos discutirlo y cambiarlo, porque lo único para lo que ha servido es para duplicar funciones, obstaculizar los procesos y generar aún más burocracia sin ningún beneficio para la empresa”, comentó Ruiz a El Economista.
Por tanto, el Consejero presentó nuevamente la propuesta que el resto del órgano administrativo aprobó para que la dirección evalúe y luego devuelva con un proyecto de instrumentación; el Comité de Estrategia e Inversiones también realizará una evaluación y, posteriormente, una posible aprobación; con ello se modificaría Pemex, desapareciendo a las filiales y, con ellas, a sus consejos administrativos, y reduciendo al máximo las labores en el corporativo de la empresa.
A decir de Fluvio Ruiz Alarcón, consejero profesional de Pemex y principal impulsor de esta fusión, el modelo de subsidiarias se agotó desde el momento en que, con diversas evaluaciones, se comprobó que no se cumplieron los objetivos para lo cual fue implementado en 1992.
La finalidad práctica por la que se llevó a cabo la separación de cuatro organismos -Pemex Exploración y Producción, Pemex Gas y Petroquímica Básica, Pemex Petroquímica y Pemex Refinación, más un corporativo rector y una filial para realizar operaciones en el extranjero, Pemex Internacional– fue privatizar la petroquímica secundaria, acción que se concretó en 1996 sin que con ello se multiplicaran las inversiones en el sector.
Ahora, el resto de los objetivos -como generar condiciones para la ejecución de la cadena de valor del petróleo y mejor aprovechamiento del valor agregado; mejorar los procesos de transferencia de recursos humanos, materiales y tecnológicos; disponer oportunamente de información para la toma de decisiones y evaluación a nivel corporativo y del Consejo de Administración o planear las inversiones en infraestructura con conocimiento de las necesidades de toda la empresa- quedó rebasado, de acuerdo con el consejero Fluvio Ruiz.
“Con la nueva administración, tenemos de nuevo las condiciones propicias para indicar que el modelo actual está agotado, que debemos sanear la operación de Pemex y la rendición de cuentas; por eso podemos discutirlo y cambiarlo, porque lo único para lo que ha servido es para duplicar funciones, obstaculizar los procesos y generar aún más burocracia sin ningún beneficio para la empresa”, comentó Ruiz a El Economista.
Por tanto, el Consejero presentó nuevamente la propuesta que el resto del órgano administrativo aprobó para que la dirección evalúe y luego devuelva con un proyecto de instrumentación; el Comité de Estrategia e Inversiones también realizará una evaluación y, posteriormente, una posible aprobación; con ello se modificaría Pemex, desapareciendo a las filiales y, con ellas, a sus consejos administrativos, y reduciendo al máximo las labores en el corporativo de la empresa.