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Futbol sin balón

Comentarios: elopez@informador.com.mx

La mala racha en la que se encuentra inmerso el Atlas ha propiciado algunas episodios poco comunes con los rojinegros.
El lunes el director deportivo, Rafael Lebrija, habló con los jugadores en la cancha sin permitir la presencia del cuerpo técnico.
Ayer los jugadores se encerraron en el vestidor 40 minutos antes del entrenamiento para charlar sin la presencia de su entrenador, quien aguardó pacientemente en la cancha hasta que salió el grupo.

El director deportivo del Atlas, Rafael Lebrija, continúa adentrándose en todos los temas que tienen relación con el área de futbol de la institución rojinegra para realizar adecuaciones en donde sea necesario.
El turno esta vez le tocó al departamento de prensa del Atlas en relación con la atención a los representantes de los medios de comunicación.

Tras una charla con periodistas que cubren la fuente del Atlas, Rafael Lebrija, anunció nuevas formas para trabajar con la prensa a base de conferencias con los jugadores, zonas mixtas y entrevistas especiales, de acuerdo a una programación preestablecida por el departamento de prensa del club.
Por supuesto que todas las medidas que faciliten el trabajo de los periodistas en cualquier club serán bienvenidas.

Es el caso de la directiva del Guadalajara que tuvo a bien organizar ayer el “Día de medios” en la cancha de su nuevo estadio, con la presencia de todos los jugadores y el técnico José Luis Real, quienes fueron puestos a disposición de los medios de comunicación, emulando las buenas costumbres informativas de la NFL, en un evento que enriquece la información que los comunicadores pueden ofrecer a los aficionados, la víspera de un partido tan importante como es la final de la Copa Libertadores.

Todo era miel sobre hojuelas ayer en el nuevo estadio del Guadalajara, pero al finalizar el “día de medios” apareció la nota desagradable con una veintena de elementos de seguridad privada de la empresa “Siprot”, contratada por la directiva del Guadalajara, cuyos elementos impidieron a un grupo de periodistas realizar su trabajo profesional a base de intimidaciones, empujones y amenazas, en una forma por demás prepotente e irracional.

Vale la pena mencionar el motivo del desagradable incidente para poner las cosas en su lugar. Cuando un grupo de periodistas se dirigía a las taquillas del estadio ubicadas en la explanada principal, para adquirir boletos autorizados por la directiva, fueron interceptados por los irracionales elementos de seguridad, so pretexto de que no podían estar en esa zona y menos con cámaras fotográficas o de video. El altercado se suscitó y fue entonces que se activaron las cámaras de los periodistas para atestiguar el penoso incidente.

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