Deportes
El Mundial sin Balón
Comentarios: elopez@informador.com.mx
Johannesburgo es una ciudad de contrastes...
Lo mismo existen en la ciudad zonas desarrolladas al igual que en los países de primer mundo, como zonas marginadas en otros sectores de la urbe con sus habitantes en extrema pobreza.
La población de Sudáfrica sólo tenía dos clases sociales, ricos y pobres, no había clase media, pero a partir de la abolición del Apartheid en la década de los 90 las cosas cambiaron y en la última década aparecieron ya los ciudadanos de clase media.
La vida es cara en Sudáfrica, sólo los ricos viven bien, pero una gran cantidad de la población tiene empleos que no son bien remunerados. El trabajador común y corriente de cualquier oficio gana entre 1,500 y 2,000 Rands (moneda de Sudáfrica) al mes, que equivale a 3,300 pesos mexicanos.
Por este motivo existe un alto índice de inseguridad y criminalidad en la población.
Los comercios tienen muchas protecciones, tales como herrería, candados, cadenas, alarmas, sistemas diversos de seguridad y elementos de seguridad privada.
Las tiendas cierran a las seis de la tarde, sólo en esta época del Mundial, desde la semana pasada empezaron a cerrar a las siete de la noche.
Existe un alto índice de corrupción en Sudáfrica. Los delincuentes en Johannesburgo no se tientan el corazón para agredir o incluso matar por robar a un ciudadano.
Las casas en zonas habitacionales de buen nivel tienen todo tipo de protecciones, tales como, alarmas, herrería, múltiples chapas, electrificación en las bardas y elementos de seguridad privada en los ingresos de departamentos o condominios.
En Johannesburgo no hay buen sistema de transporte público.
Los ricos tienen buenos vehículos de marcas de prestigio, pero el ciudadano que no tiene auto, se traslada en camionetas de pasajeros o autobuses bastante austeros.
El costo del pasaje urbano es caro, pues según la distancia se paga entre 10 y 15 Rands por persona, equivalente a 20 pesos mexicanos.
Existen muy pocos taxis en la ciudad, más bien parece que no existen, pero cuando se logra contratar un servicio en hoteles, restaurantes o el aeropuerto, los traslados son costosos.
Un viaje desde aeropuerto puede costar 400 Rands, es decir cerca de 700 pesos.
Un traslado en la ciudad cuesta entre 400 y 500 pesos.
Johannesburgo es muy extenso, los traslados son largos, de la zona hotelera al Estadio Soccer City se pueden hacer entre 20 y 30 minutos en auto.
El colegio donde entrena la Selección mexicana está a 45 minutos de distancia y el hotel del "Tri" puede quedar a una hora en auto.
Los medios de comunicación que cubren el Mundial de Sudáfrica han tenido que rentar autos, camionetas o autobuses porque es imposible andar a pie en Johannesburgo, tanto por las distancias como por la inseguridad y tomando en consideración que el servicio público para el periodista es inexistente.
Lo mismo existen en la ciudad zonas desarrolladas al igual que en los países de primer mundo, como zonas marginadas en otros sectores de la urbe con sus habitantes en extrema pobreza.
La población de Sudáfrica sólo tenía dos clases sociales, ricos y pobres, no había clase media, pero a partir de la abolición del Apartheid en la década de los 90 las cosas cambiaron y en la última década aparecieron ya los ciudadanos de clase media.
La vida es cara en Sudáfrica, sólo los ricos viven bien, pero una gran cantidad de la población tiene empleos que no son bien remunerados. El trabajador común y corriente de cualquier oficio gana entre 1,500 y 2,000 Rands (moneda de Sudáfrica) al mes, que equivale a 3,300 pesos mexicanos.
Por este motivo existe un alto índice de inseguridad y criminalidad en la población.
Los comercios tienen muchas protecciones, tales como herrería, candados, cadenas, alarmas, sistemas diversos de seguridad y elementos de seguridad privada.
Las tiendas cierran a las seis de la tarde, sólo en esta época del Mundial, desde la semana pasada empezaron a cerrar a las siete de la noche.
Existe un alto índice de corrupción en Sudáfrica. Los delincuentes en Johannesburgo no se tientan el corazón para agredir o incluso matar por robar a un ciudadano.
Las casas en zonas habitacionales de buen nivel tienen todo tipo de protecciones, tales como, alarmas, herrería, múltiples chapas, electrificación en las bardas y elementos de seguridad privada en los ingresos de departamentos o condominios.
En Johannesburgo no hay buen sistema de transporte público.
Los ricos tienen buenos vehículos de marcas de prestigio, pero el ciudadano que no tiene auto, se traslada en camionetas de pasajeros o autobuses bastante austeros.
El costo del pasaje urbano es caro, pues según la distancia se paga entre 10 y 15 Rands por persona, equivalente a 20 pesos mexicanos.
Existen muy pocos taxis en la ciudad, más bien parece que no existen, pero cuando se logra contratar un servicio en hoteles, restaurantes o el aeropuerto, los traslados son costosos.
Un viaje desde aeropuerto puede costar 400 Rands, es decir cerca de 700 pesos.
Un traslado en la ciudad cuesta entre 400 y 500 pesos.
Johannesburgo es muy extenso, los traslados son largos, de la zona hotelera al Estadio Soccer City se pueden hacer entre 20 y 30 minutos en auto.
El colegio donde entrena la Selección mexicana está a 45 minutos de distancia y el hotel del "Tri" puede quedar a una hora en auto.
Los medios de comunicación que cubren el Mundial de Sudáfrica han tenido que rentar autos, camionetas o autobuses porque es imposible andar a pie en Johannesburgo, tanto por las distancias como por la inseguridad y tomando en consideración que el servicio público para el periodista es inexistente.