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Cuando el futbol deja de ser algo importante

El Brasil-México queda de lado

GUADALAJARA, JALISCO (08/JUN/2015).- Al minuto 27 del primer tiempo Brasil mete el primer gol. Luego de dejar atrás la marca del defensa mexicano e ingresar como un ligero misil al área grande, el jugador brasileño define con la parte media de su pie derecho. Plac. La bola se cuela por un resquicio que, según un exultante comentarista, debía ser defendido por los guantes del portero mexicano.

En la barra del Café Madoka los comensales miran la repetición de la jugada a través del televisor, pero no muestran ningún tipo de emoción. A decir por la adusta expresión de sus rostros, el partido no importa. Ni la Ley Seca, ya que beben agua con hielos y café cargado.

El juego es un mero trámite para arrostrar la mansedumbre del domingo en el centro de Guadalajara, para guarecerse del chorro caliente que desparrama el sol a las tres de la tarde.

Mientras mira en la pantalla un sondeo en el que la televisora pregunta “¿Te ilusiona el Tri para la Copa América?”, un profesor de la Universidad de Guadalajara comenta que no fue a votar porque en esta ocasión los candidatos a la alcaldía de Tonalá no lograron motivarlo. Y también porque la última vez que votó se cansó de estar parado.

En el Madoka hay cuatro televisores, pero sólo en el que está al pie de la barra se concentra la atención al partido. Una atención que se disuelve cuando Brasil mete el segundo gol y tres clientes, entre ellos el profesor, piden la cuenta.

En una entrevista, una reportera de La Jornada le preguntó a Juan Villoro ¿para qué sirve el futbol? Luego de una pausa reflexiva, el escritor le respondió que la realidad es imperfecta, el mundo está muy mal hecho y el ser humano necesita compensaciones ilusorias como el arte, el erotismo, el sueño, el recuerdo, el amor y el juego.

“Si no soñáramos estaríamos perdidos, porque solamente tendríamos el mundo real, que no nos basta”, aseguró entonces Villoro.

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