Deportes

* Suficiente

A propósito por Jaime García Elías

Después del traspiés inicial –previsible, a fuer de ser objetivos— ante Estados Unidos, México dio con firmeza, merced al 2-0 de ayer sobre Costa Rica, el primer paso hacia el Mundial de Sudáfrica-2010.

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De entrada, el plebiscito fue elocuente: a despecho de ciertas campañas enfocadas a que los aficionados boicotearan los partidos del “Tri”, la excelente entrada que registró el Estadio Azteca puso las cosas en su sitio. Para que el público dé la espalda a sus favoritos de siempre no basta con la estridencia de ciertos críticos.

A continuación, antes incluso de mostrar sus cartas en el aspecto estrictamente futbolístico, la actitud del cuadro mexicano: aunque demoró en manifestar cierta claridad, la agresividad fue notoria desde el arranque del juego: a los diez segundos escasos –es decir, cuando los ticos iban apenas en aquello de “de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro…”--, el “Tri” forzaba el primer tiro de esquina.

Después, el respeto a la lógica en el acomodo de las piezas (cuatro zagueros, con salida sistemática de las unidades necesarias en las jugadas a balón parado; la solidez que aportaron al trabajo defensivo y el sentido que dieron Pardo y Leandro a las salidas del equipo; la intención de los movimientos de Arce y Guardado por los flancos; la agresividad de Bravo y Vuoso, no obstante las imperfecciones en la definición que frustraron un triunfo con mayor holgura.

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Sven-Goran Eriksson, además, aprovechó el partido de ayer para decidirse por el relevo generacional en el marco. Oswaldo Sánchez había sembrado algunas dudas en sus actuaciones más recientes; Memo Ochoa ha madurado notoriamente con el América. El técnico, en ese dilema, se decantó a favor del arquero del futuro.

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Ya con el 2-0 prácticamente amarrado, con la sensación de que el compromiso de ayer, además de dejar tres puntos en la buchaca, fue un buen entrenamiento para el partido del próximo miércoles ante Honduras, hubo otro hecho significativo: el orfeón a favor del ingreso de Nery Castillo a la cancha constituía el veredicto, aplastantemente mayoritario, del jurado popular a favor del futbolista, en el lamentable round verbal de media semana ante cierto sector de la prensa.

Colofón: sólo faltó un golecito más para que hubiera sido una tarde perfecta para el “Tri”, que ya empezó a ganar, evidentemente, los partidos que tenían que ganarse… después de perder el que era casi inevitable que se perdiera.

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