Deportes
* “Sacrificios”
A propósito por Jaime García Elías
Que Pável Pardo esté prácticamente de vuelta en el futbol mexicano, que Ricardo Osorio esté en vías de hacer otro tanto y que Carlos Salcido haya abierto la posibilidad de cerrar su aventura europea y volver a casa, son noticias que, bien vistas, no deberían ser motivo para los desgarramientos de vestiduras de los “expertos”.
Alarmante, en todo caso, sería que Andrés Guardado se sumara a esa corriente...
*
Pardo regresa al América porque en Europa ya cumplió su ciclo. Sin ser un cartucho quemado --como se verá, muy probablemente, tanto en el América como en la Selección Nacional--, la cuerda allende el Atlántico le duró relativamente poco... porque emigró relativamente tarde.
Cuando se enroló en el Stuttgart, ya no era un jovencito. La decisión de cerrar ese capítulo de su historial como deportista corresponde a una oportunidad que se le abrió en México para continuar vigente, con mejores perspectivas económicas de las que tendría en cualquier país europeo en que aún hubiera mercado para lo que todavía le queda como capital futbolístico en las piernas: el talento que seguramente se habrá acrecentado... y las piernas, que más temprano que tarde comenzarán a pasarle facturas.
*
Osorio y Salcido estarían en una tesitura similar. Aunque por sus edades aún tendrían posibilidades de continuar sus carreras en escuadras europeas, nada tendría de reprobable el que, puestos a ponderar su futuro en el aspecto económico, decidieran que sus perspectivas en equipos mexicanos serían más bonancibles...
Después de todo, no está de más subrayar que los futbolistas que salen de México, atraídos, seducidos, motivados por la aventura de “hacer la Europa” --a semejanza de los conquistadores que se trepaban a las carabelas, hace cinco siglos, resueltos a “hacer la América”--, invariablemente anteponen la premisa de que el intento implicaría “sacrificios en muchos aspectos... incluido el económico”.
*
Por lo demás, aunque es indudable que las aportaciones de la “legión extranjera” de mexicanos en Europa han sido respetables, también ha sido evidente que, salvo Guardado, que tiene un peso específico significativo en un equipo relativamente chico --lo cual podría facilitarle saltar a un equipo de más jerarquía--, el resto ha aportado para sus respectivas causas más esfuerzo que talento.
(Con la venia del lector amable, abrimos un receso hasta el próximo lunes 5. Que termine con salud el 2008 e inicie con felicidad el 2009).
Alarmante, en todo caso, sería que Andrés Guardado se sumara a esa corriente...
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Pardo regresa al América porque en Europa ya cumplió su ciclo. Sin ser un cartucho quemado --como se verá, muy probablemente, tanto en el América como en la Selección Nacional--, la cuerda allende el Atlántico le duró relativamente poco... porque emigró relativamente tarde.
Cuando se enroló en el Stuttgart, ya no era un jovencito. La decisión de cerrar ese capítulo de su historial como deportista corresponde a una oportunidad que se le abrió en México para continuar vigente, con mejores perspectivas económicas de las que tendría en cualquier país europeo en que aún hubiera mercado para lo que todavía le queda como capital futbolístico en las piernas: el talento que seguramente se habrá acrecentado... y las piernas, que más temprano que tarde comenzarán a pasarle facturas.
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Osorio y Salcido estarían en una tesitura similar. Aunque por sus edades aún tendrían posibilidades de continuar sus carreras en escuadras europeas, nada tendría de reprobable el que, puestos a ponderar su futuro en el aspecto económico, decidieran que sus perspectivas en equipos mexicanos serían más bonancibles...
Después de todo, no está de más subrayar que los futbolistas que salen de México, atraídos, seducidos, motivados por la aventura de “hacer la Europa” --a semejanza de los conquistadores que se trepaban a las carabelas, hace cinco siglos, resueltos a “hacer la América”--, invariablemente anteponen la premisa de que el intento implicaría “sacrificios en muchos aspectos... incluido el económico”.
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Por lo demás, aunque es indudable que las aportaciones de la “legión extranjera” de mexicanos en Europa han sido respetables, también ha sido evidente que, salvo Guardado, que tiene un peso específico significativo en un equipo relativamente chico --lo cual podría facilitarle saltar a un equipo de más jerarquía--, el resto ha aportado para sus respectivas causas más esfuerzo que talento.
(Con la venia del lector amable, abrimos un receso hasta el próximo lunes 5. Que termine con salud el 2008 e inicie con felicidad el 2009).