Deportes
* Real
A propósito por Jaime García Elías
No faltará quien sostenga que del sorprendente Guadalajara actual --una máquina de jugar futbol y de ganar partidos, en lo que va del Torneo Bicentenario-- pudiera decirse, mutatis mutantis, lo que la sabiduría popular dice de las luxaciones de clavícula: “Son lesiones que se curan con el médico, sin el médico... o a pesar del médico”.
Sería cuestión, en otras palabras, de tener a los jugadores que actualmente integran el plantel, de repartir las camisetas, de disponer los cambios sobre la marcha de los partidos como lo ha hecho, semana a semana, José Luis Real... y de contar con que, cuando la noche parezca más oscura, el “Chícharo” Hernández aportará los goles que harán salir, resplandeciente, el sol.
Así de fácil. El corolario sería el mismo del famoso soneto “A Violante”, de Lope de Vega: “Contad si son catorce... y está hecho”.
*
Ya lo dirá el tiempo. Primero, a medida que se siga demostrando, con más actuaciones convincentes y más resultados positivos, que el actual Guadalajara, con mínimas variantes en la nómina de los torneos anteriores (las bajas de Pineda, Amaury Ponce... y Ramón Morales --por demás tormentosa esta última--, y el retorno del “Bofo” Bautista al redil), sí está hecho para agregar capítulos a la parte más brillante de la historia. Después, cuando el equipo, en la recta final de la fase clasificatoria --aunque, quizá, ya con el boleto para la “liguilla” en la bolsa--, tenga que prescindir de los jugadores que vayan a ser reclutados para la Selección Nacional.
*
En todo caso, se vale aventurar desde ahora la hipótesis de que, sin desdoro de la notable aportación del “Chícharo” a la formidable pero aún incipiente campaña del equipo, la de José Luis Real, como timonel, también es una aportación sobresaliente.
El orden, el esfuerzo, la disposición de ánimo de los jugadores --eso que llaman “actitud”-- y, sobre todo, la aplicación al esquema táctico, hablan a las claras de que ahí hay un técnico serio que, sin estridencias, sin payasadas, ha aportado lo que hizo falta en las fallidas, estrafalarias aventuras en que se quiso inventar a Paco Chávez y Raúl Arias como protagonistas: la noción de cómo pasar del ataque a la defensa cuando el balón se pierde, y cómo pasar de la defensa al ataque cuando el balón se recupera.
Sin más, eso es futbol.
Sería cuestión, en otras palabras, de tener a los jugadores que actualmente integran el plantel, de repartir las camisetas, de disponer los cambios sobre la marcha de los partidos como lo ha hecho, semana a semana, José Luis Real... y de contar con que, cuando la noche parezca más oscura, el “Chícharo” Hernández aportará los goles que harán salir, resplandeciente, el sol.
Así de fácil. El corolario sería el mismo del famoso soneto “A Violante”, de Lope de Vega: “Contad si son catorce... y está hecho”.
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Ya lo dirá el tiempo. Primero, a medida que se siga demostrando, con más actuaciones convincentes y más resultados positivos, que el actual Guadalajara, con mínimas variantes en la nómina de los torneos anteriores (las bajas de Pineda, Amaury Ponce... y Ramón Morales --por demás tormentosa esta última--, y el retorno del “Bofo” Bautista al redil), sí está hecho para agregar capítulos a la parte más brillante de la historia. Después, cuando el equipo, en la recta final de la fase clasificatoria --aunque, quizá, ya con el boleto para la “liguilla” en la bolsa--, tenga que prescindir de los jugadores que vayan a ser reclutados para la Selección Nacional.
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En todo caso, se vale aventurar desde ahora la hipótesis de que, sin desdoro de la notable aportación del “Chícharo” a la formidable pero aún incipiente campaña del equipo, la de José Luis Real, como timonel, también es una aportación sobresaliente.
El orden, el esfuerzo, la disposición de ánimo de los jugadores --eso que llaman “actitud”-- y, sobre todo, la aplicación al esquema táctico, hablan a las claras de que ahí hay un técnico serio que, sin estridencias, sin payasadas, ha aportado lo que hizo falta en las fallidas, estrafalarias aventuras en que se quiso inventar a Paco Chávez y Raúl Arias como protagonistas: la noción de cómo pasar del ataque a la defensa cuando el balón se pierde, y cómo pasar de la defensa al ataque cuando el balón se recupera.
Sin más, eso es futbol.