Deportes
* Pesimismo
A propósito por Jaime García Elías
Cuando Chucho Ramírez salió volando del puente de mando de las selecciones nacionales de menores, para relevar a Ramón Ángel Díaz como timonel del América, hubo consenso en que el técnico que llevó a la Sub-17 a la conquista del título mundial de su categoría (una hazaña que en el pasado han realizado los equipos de beisbol de Ligas Pequeñas... aunque ha resultado prohibitiva para los practicantes del deporte más popular en este país) estaba en todo su derecho de tomar esa decisión..., pero en que Chucho, a la postre, se quedaría como el tristemente célebre perro de las dos tortas.
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En el América, al menos hasta ahora, Chucho no ha demostrado las ideas, la personalidad y el don de mando que se requieren para convertir a esa murga lamentable --a despecho de los millones de dólares invertidos en la contratación de supuestas figuras--, siquiera en un equipo competitivo, que no se pase el tiempo dando lástimas.
En cuanto a la Selección Sub-20, las derrotas sufridas ante Costa Rica y Canadá dejaron a expensas de la remota posibilidad de que ocurra un milagro, las perspectivas de que se clasifique al Mundial de esa categoría.
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La noticia es descorazonadora. No tanto porque tenga un impacto demoledor en el inconsciente colectivo la ausencia de México de un certamen de esa categoría; después de todo, la generalidad de los aficionados se interesa por los resultados de las competencias internacionales cuando sus protagonistas son las figuras de los equipos profesionales...
La noticia es descorazonadora porque se suma al reciente fracaso de la “Selección Olímpica”, incapaz de sacar boleto para los recientes Juegos de Pekín... y a las dudas con respecto a las perspectivas de la Selección “grande” en la eliminatoria rumbo al Mundial del año venidero en Sudáfrica.
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De la misma manera como la conquista del campeonato mundial por parte de la Selección Sub-17 constituyó una inyección de vitaminas en el ánimo de los aficionados mexicanos, el fracaso en vías de consumarse plantea una buena cantidad de incógnitas, al tiempo que robustece la hipótesis que se planteó a raíz de que una selección mexicana, por primera vez en la historia, vio al resto del mundo por encima del hombro: la irrupción de un jugador sobresaliente --Giovani--, estupendamente secundado por un atacante tan eficiente que parecía cualquier cosa excepto mexicano --Carlos Vela-- determinó la diferencia...
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En el América, al menos hasta ahora, Chucho no ha demostrado las ideas, la personalidad y el don de mando que se requieren para convertir a esa murga lamentable --a despecho de los millones de dólares invertidos en la contratación de supuestas figuras--, siquiera en un equipo competitivo, que no se pase el tiempo dando lástimas.
En cuanto a la Selección Sub-20, las derrotas sufridas ante Costa Rica y Canadá dejaron a expensas de la remota posibilidad de que ocurra un milagro, las perspectivas de que se clasifique al Mundial de esa categoría.
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La noticia es descorazonadora. No tanto porque tenga un impacto demoledor en el inconsciente colectivo la ausencia de México de un certamen de esa categoría; después de todo, la generalidad de los aficionados se interesa por los resultados de las competencias internacionales cuando sus protagonistas son las figuras de los equipos profesionales...
La noticia es descorazonadora porque se suma al reciente fracaso de la “Selección Olímpica”, incapaz de sacar boleto para los recientes Juegos de Pekín... y a las dudas con respecto a las perspectivas de la Selección “grande” en la eliminatoria rumbo al Mundial del año venidero en Sudáfrica.
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De la misma manera como la conquista del campeonato mundial por parte de la Selección Sub-17 constituyó una inyección de vitaminas en el ánimo de los aficionados mexicanos, el fracaso en vías de consumarse plantea una buena cantidad de incógnitas, al tiempo que robustece la hipótesis que se planteó a raíz de que una selección mexicana, por primera vez en la historia, vio al resto del mundo por encima del hombro: la irrupción de un jugador sobresaliente --Giovani--, estupendamente secundado por un atacante tan eficiente que parecía cualquier cosa excepto mexicano --Carlos Vela-- determinó la diferencia...