Deportes
* “¿Para qué...?”
A propósito por Jaime García Elías
A la vista de que han sido mucho más notorias las debilidades que las fortalezas de la Selección Mexicana, y de que los relevos en el puente de mando que se han dispuesto desde el Mundial del 2006 no se han traducido en las metamorfosis espectaculares que los aficionados y los expertos no sólo desean con vehemencia sino consideran exigibles, dada la calidad de la melcocha, tal vez sea lo más sensato dejar de aferrarse a la convicción de que al final de la eliminatoria para el Mundial del año próximo se dará el milagro...
(De hecho, no estaría mal que empezara a pensarse que, a despecho de la aseveración --apoyada por los hechos apenas el domingo pasado, sin ir más lejos-- de que “Dios es brasileño”, bien pudiera ser que incluso el Supremo Hacedor hubiera enmendado... y últimamente le hubiera dado por volverse gringo).
*
Hugo Sánchez se cansó de moverle el alambre a Ricardo La Volpe y de fungir como almorrana de cabecera del técnico argentino. Cuando recogió la estafeta, su luna de miel con espectadores y expertos fue muy fugaz. Llegó al cargo por aclamación... y fue cesado de la misma manera --por aclamación--, a raíz del fracaso en la conquista del boleto para los Juegos Olímpicos en los que incluso --como buen merolico-- prometió medallas. Sven-Goran Eriksson supo venderse bien entre quienes lo contrataron. Y aunque de su seriedad y su profesionalismo no quedaron dudas, tampoco quedó ninguna con respecto a que el sueco no era la encarnación de Mandrake el Mago que hacía falta para ocupar el cargo. Javier Aguirre, por su plena identificación con el entorno, por su experiencia como técnico nacional y por el crecimiento profesional que supuestamente había tenido en su carrera en los años en España, como timonel del Osasuna y el Atlético de Madrid, se antojaba el candidato ideal para el puesto...
Y, venido a ver...
*
Si fuera como antaño, cuando la FIFA otorgaba una sola plaza al área de la Concacaf, la guerra de la eliminatoria ya estaría irremisiblemente perdida para la causa mexicana... Ahora, con la generosa concesión de tres plazas directas y otra vía repechaje para el Mundial en puerta, la posibilidad de enmendar aún existe. Aunque la gran pregunta --creciente a la vista de actuaciones como la del domingo ante Guatemala-- sigue vigente: “Clasificar, ¿para qué...?”.
(De hecho, no estaría mal que empezara a pensarse que, a despecho de la aseveración --apoyada por los hechos apenas el domingo pasado, sin ir más lejos-- de que “Dios es brasileño”, bien pudiera ser que incluso el Supremo Hacedor hubiera enmendado... y últimamente le hubiera dado por volverse gringo).
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Hugo Sánchez se cansó de moverle el alambre a Ricardo La Volpe y de fungir como almorrana de cabecera del técnico argentino. Cuando recogió la estafeta, su luna de miel con espectadores y expertos fue muy fugaz. Llegó al cargo por aclamación... y fue cesado de la misma manera --por aclamación--, a raíz del fracaso en la conquista del boleto para los Juegos Olímpicos en los que incluso --como buen merolico-- prometió medallas. Sven-Goran Eriksson supo venderse bien entre quienes lo contrataron. Y aunque de su seriedad y su profesionalismo no quedaron dudas, tampoco quedó ninguna con respecto a que el sueco no era la encarnación de Mandrake el Mago que hacía falta para ocupar el cargo. Javier Aguirre, por su plena identificación con el entorno, por su experiencia como técnico nacional y por el crecimiento profesional que supuestamente había tenido en su carrera en los años en España, como timonel del Osasuna y el Atlético de Madrid, se antojaba el candidato ideal para el puesto...
Y, venido a ver...
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Si fuera como antaño, cuando la FIFA otorgaba una sola plaza al área de la Concacaf, la guerra de la eliminatoria ya estaría irremisiblemente perdida para la causa mexicana... Ahora, con la generosa concesión de tres plazas directas y otra vía repechaje para el Mundial en puerta, la posibilidad de enmendar aún existe. Aunque la gran pregunta --creciente a la vista de actuaciones como la del domingo ante Guatemala-- sigue vigente: “Clasificar, ¿para qué...?”.