Deportes

* “Mafias”

A propósito por Jaime García Elías

Sería para ponerse a llorar... si no fuera para echarse a reír.

Así como sigue siendo una especie de ley no escrita que técnico, jugadores y dirigentes de un equipo al que se escabulle de las manos un resultado que ya creía tener en la bolsa --el Guadalajara ante el Morelia el sábado pasado, por ejemplo-- se suscriban, como el desesperado que se cuelga de alambres pelones, al recurso de culpar al árbitro de su desgracia, también se generaliza la tendencia de los dirigentes de equipos que confrontan problemas de descenso, a refugiarse en el lacrimógeno argumento de que ellos, por decentes y legales, son víctimas propiciatorias de las “mafias” que controlan el medio.

*

Hace unas semanas, los dirigentes del Puebla se quejaban de resoluciones de la Federación Mexicana de Futbol, tomadas con la deliberada intención de beneficiar a otras instituciones --el Necaxa, concretamente, identificado con uno de los grupos de poder que mueven los hilos del deporte en este país-- en perjuicio del equipo de la franja.

Ahora, a raíz de que el Puebla, a base de futbol --y de esa “otra cosita” que se necesita “para bailar la bamba”-- se ha puesto, de momento, a flote, y de que el Necaxa, en cambio, parece hundirse sin remedio, el Gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat, atribuye a “las mafias” la desgracia de los “hidrorrayos”...

Reynoso, por desgracia, no fue tan lejos como hubiera sido de desearse... No dio nombres. No desenmascaró a ningún “capo”. No denunció su “modus operandi”. No consignó hechos concretos que demuestren la intromisión de tales “mafias”.

*

A reserva de que don Luis, en una segunda entrega, haga las revelaciones que la gente desearía, la actual desgracia del Necaxa --que en la última década del siglo pasado reverdeció los laureles del equipo de “Los Once Hermanos”, conquistados en los albores del profesionalismo en el futbol mexicano-- parece relacionarse también con el error que se ha cometido con otros equipos (el Atlante, el Irapuato, el propio Cruz Azul...) a los que se ha intentado transplantar de su ciudad de origen a otras plazas, teóricamente más promisorias.

La experiencia demuestra que no ha sido así, y que la generalidad de los aficionados de una ciudad se identifica con los equipos que ahí nacen... y acaba rechazando a los que se refugian en ella por vil interés económico.

Temas

Sigue navegando