Deportes
* Incompetencia
A propósito por Jaime García Elías
Cuando Omar Bravo anunció su intención de emigrar a Europa, habló de “un reto” en su carrera. Si se confirma “su repatriación” --como pomposamente dicen las notas que en los últimos días han constituido la comidilla en los mentideros futbolísticos--, habrá que pedir prestado el título de una película: “Regreso sin gloria”.
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Tampoco se trata de hacer leña del árbol caído. Ya bastante herido debió haber quedado el amor propio del que fuera “goleador histórico” del Guadalajara cuando la prensa española lo incluyó, hace unas semanas, en el “ten top” de los fiascos más recientes del futbol peninsular.
Cuando comenzó a especularse sobre la posibilidad de que Omar emigrara a España, los dirigentes del Guadalajara hicieron una consideración muy sensata: el simple hecho de cruzar el charco no implica la menor garantía de que un futbolista mexicano crezca en su carrera...
El paradigma de Hugo Sánchez no se ha repetido, por dos razones: una, evidentemente, que los atributos futbolísticos de quienes han intentado imitar su ejemplo --en lo mucho que tiene de positivo--, no son los mismos que permitieron a Hugo encajar como anillo al dedo en aquel Real Madrid de los Míchel, Butragueño y compañía; otra, que sigue vigente el axioma de Goethe: “No todos los caminos están hechos para todos los caminantes”.
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Omar Bravo, en rigor, siguió los pasos de Andrés Guardado... Cuando el ex carrilero del Atlas llegó al Deportivo La Coruña --un equipo que normalmente compite en la parte baja de la tabla de la liga española--, se convirtió rápidamente en el jugador importante que era en su equipo de origen. Las exigencias para Bravo, empero, eran diferentes. Si a Guardado se le pedía que fuera en el “Dépor” el jugador desequilibrante que era en el Atlas, de Omar se esperaba que fuera el goleador que era regularmente con las “Chivas”: algo bastante complicado, porque entre el nivel que tiene el Guadalajara con respecto a la competencia en el campeonato mexicano, no tiene punto de comparación con el que tiene el “Dépor” con respecto a los habituales protagonistas del campeonato en España.
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De confirmarse su retorno, independientemente de que lo haga con “Tigres” o Cruz Azul y de que ya aquí recupere su cartel, habrá que convenir en que la experiencia sirvió para conocer el nivel de competencia de Omar..., y, claro, el de incompetencia también.
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Tampoco se trata de hacer leña del árbol caído. Ya bastante herido debió haber quedado el amor propio del que fuera “goleador histórico” del Guadalajara cuando la prensa española lo incluyó, hace unas semanas, en el “ten top” de los fiascos más recientes del futbol peninsular.
Cuando comenzó a especularse sobre la posibilidad de que Omar emigrara a España, los dirigentes del Guadalajara hicieron una consideración muy sensata: el simple hecho de cruzar el charco no implica la menor garantía de que un futbolista mexicano crezca en su carrera...
El paradigma de Hugo Sánchez no se ha repetido, por dos razones: una, evidentemente, que los atributos futbolísticos de quienes han intentado imitar su ejemplo --en lo mucho que tiene de positivo--, no son los mismos que permitieron a Hugo encajar como anillo al dedo en aquel Real Madrid de los Míchel, Butragueño y compañía; otra, que sigue vigente el axioma de Goethe: “No todos los caminos están hechos para todos los caminantes”.
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Omar Bravo, en rigor, siguió los pasos de Andrés Guardado... Cuando el ex carrilero del Atlas llegó al Deportivo La Coruña --un equipo que normalmente compite en la parte baja de la tabla de la liga española--, se convirtió rápidamente en el jugador importante que era en su equipo de origen. Las exigencias para Bravo, empero, eran diferentes. Si a Guardado se le pedía que fuera en el “Dépor” el jugador desequilibrante que era en el Atlas, de Omar se esperaba que fuera el goleador que era regularmente con las “Chivas”: algo bastante complicado, porque entre el nivel que tiene el Guadalajara con respecto a la competencia en el campeonato mexicano, no tiene punto de comparación con el que tiene el “Dépor” con respecto a los habituales protagonistas del campeonato en España.
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De confirmarse su retorno, independientemente de que lo haga con “Tigres” o Cruz Azul y de que ya aquí recupere su cartel, habrá que convenir en que la experiencia sirvió para conocer el nivel de competencia de Omar..., y, claro, el de incompetencia también.