Deportes
* “Hay maderas...”
A propósito por Jaime García Elías
Ya saltó la liebre. Apenas 48 horas después de su exitoso debut como timonel del Almería en la liga española, Hugo Sánchez ya abrió la boca... a su estilo.
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Lo que había sido buen gusto, mesura y ponderación a la hora del triunfo, dio, prácticamente de un día para otro, un viraje de 180 grados. En las nuevas declaraciones --de ayer apenas--, el defenestrado timonel de la Selección Mexicana, arrojó sobre la mesa el as que --todo el mundo lo sabía-- lleva oculto en la manga desde que cerró su carrera como futbolista y emprendió la de timonel. A la mínima insinuación de los entrevistadores, en cuanto le dispararon la pregunta de cajón, se apuntó ya... como candidato para dirigir al Real Madrid.
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Habría que recordar que Hugo puso un corolario indigno a su brillante historial como jugador del Real. En el ocaso de sus facultades, su indisciplina (se negó a viajar a Turín para un encuentro internacional si el entonces técnico, Leo Beenhakker, no le garantizaba la titularidad) precipitó su salida del equipo.
Cuando se le hizo el homenaje y se le otorgó el fistol de oro que por su trayectoria le correspondía, el entonces presidente del club, Ramón Mendoza, se rehusó a entregárselo personalmente.
Por supuesto, la posibilidad de que la dirigencia del Real Madrid piense en Hugo como candidato a timonel, existe. Sin embargo, esa posibilidad es remota... Lo es en el tiempo: Hugo aún tiene que “correr la legua” --para utilizar un casticismo muy taurino-- como timonel de equipos de segunda categoría antes de merecer la alternativa: es menester que sus resultados --y no sólo la victoria en el debut con el Almería-- y, sobre todo, sus actitudes, lo avalen como serio aspirante a dirigir a uno de los equipos más importantes del mundo.
Puesto que sus declaraciones de ayer --sintomáticas de que su corazón y su cabeza están más puestos en el Real Madrid en que sueña que en el equipo con el que tiene un compromiso legal y moral vigente-- constituyen una falta de respeto para el Almería, es válido aventurar que el técnico mexicano, tras el paso “p’adelante” del domingo, dio cuando menos uno “p’atrás” con lo de ayer.
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“Hay maderas que no agarran el barniz”, reza el adagio.
--Mi plumaje es de esos --dirá Hugo. Y dirá bien…
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Lo que había sido buen gusto, mesura y ponderación a la hora del triunfo, dio, prácticamente de un día para otro, un viraje de 180 grados. En las nuevas declaraciones --de ayer apenas--, el defenestrado timonel de la Selección Mexicana, arrojó sobre la mesa el as que --todo el mundo lo sabía-- lleva oculto en la manga desde que cerró su carrera como futbolista y emprendió la de timonel. A la mínima insinuación de los entrevistadores, en cuanto le dispararon la pregunta de cajón, se apuntó ya... como candidato para dirigir al Real Madrid.
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Habría que recordar que Hugo puso un corolario indigno a su brillante historial como jugador del Real. En el ocaso de sus facultades, su indisciplina (se negó a viajar a Turín para un encuentro internacional si el entonces técnico, Leo Beenhakker, no le garantizaba la titularidad) precipitó su salida del equipo.
Cuando se le hizo el homenaje y se le otorgó el fistol de oro que por su trayectoria le correspondía, el entonces presidente del club, Ramón Mendoza, se rehusó a entregárselo personalmente.
Por supuesto, la posibilidad de que la dirigencia del Real Madrid piense en Hugo como candidato a timonel, existe. Sin embargo, esa posibilidad es remota... Lo es en el tiempo: Hugo aún tiene que “correr la legua” --para utilizar un casticismo muy taurino-- como timonel de equipos de segunda categoría antes de merecer la alternativa: es menester que sus resultados --y no sólo la victoria en el debut con el Almería-- y, sobre todo, sus actitudes, lo avalen como serio aspirante a dirigir a uno de los equipos más importantes del mundo.
Puesto que sus declaraciones de ayer --sintomáticas de que su corazón y su cabeza están más puestos en el Real Madrid en que sueña que en el equipo con el que tiene un compromiso legal y moral vigente-- constituyen una falta de respeto para el Almería, es válido aventurar que el técnico mexicano, tras el paso “p’adelante” del domingo, dio cuando menos uno “p’atrás” con lo de ayer.
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“Hay maderas que no agarran el barniz”, reza el adagio.
--Mi plumaje es de esos --dirá Hugo. Y dirá bien…