Deportes
* Ensayos
Por Jaime García Elías
Tardío (porque llegó con once meses de retraso), mediocre (porque no admite comparación con los torneos internacionales de fin de temporada que se disputaban en México hace medio siglo) y pomposo (porque se le publicitó como “Guerra de Gigantes”, nada menos), el cuadrangular que comenzó el martes y culminará hoy en el Estadio Jalisco, conmemorativo del L Aniversario de su inauguración, dejó, sin embargo, algunas enseñanzas...
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La primera de ellas se desprende de la respuesta del público: la presencia de alrededor de 30 mil aficionados --mayoritariamente seguidores de Guadalajara y Atlas, obviamente-- en las gradas, habla de que hay genuino interés de los simpatizantes de los equipos locales por ver en ellos, en el próximo Torneo de Clausura, una metamorfosis significativa con respecto a las carencias que acusaron en el precedente de Apertura.
Las “Chivas”, en ese aspecto, quedaron a deber. Aunque cumplieron, puesto que impusieron su jerarquía de equipo de Primera División para vencer a los “Leones”, al utilizar un cuadro alternativo --por no decir que plagado de suplentes--, dilapidaron la oportunidad de dar un apunte de la que será su fisonomía en el próximo certamen.
Los aficionados, por otra parte, enviaron, con su simple presencia, un elocuente mensaje a sus dirigentes. Y aunque éstos seguramente encontrarán la manera de decir que si los hechos desmienten su florido discurso acerca de las maravillas de su nuevo estadio..., “peor para los hechos”, el detalle ahí queda: la asistencia, para un encuentro amistoso, fue superior a las que de ordinario se registran, para encuentros oficiales, en su nueva casa.
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Tanto las crónicas como los testimonios de los aficionados coinciden, por otra parte, en que el Atlas aprobó el examen...
Nadie ignora que los rojinegros, durante el Torneo de Clausura, lucharán contra el fantasma del descenso. En función de ese desafío, se hizo el esfuerzo de incorporar refuerzos. Pinto, Conde, Tahuilán, Lucio Flavio, Lucas Ayala y Costly (más de medio equipo, si Pitágoras no miente) estuvieron en la alineación. En el aspecto colectivo, el cuadro mostró solvencia en los capítulos esenciales. En lo individual, los jugadores --y muy particularmente los recién llegados-- mostraron oficio como futbolistas y compromiso como profesionales, a sabiendas de que lo que está por venir (jugarse la permanencia en la Primera División, nada menos) es serio... y de que las próximas batallas se librarán con balas de a deveras.
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La primera de ellas se desprende de la respuesta del público: la presencia de alrededor de 30 mil aficionados --mayoritariamente seguidores de Guadalajara y Atlas, obviamente-- en las gradas, habla de que hay genuino interés de los simpatizantes de los equipos locales por ver en ellos, en el próximo Torneo de Clausura, una metamorfosis significativa con respecto a las carencias que acusaron en el precedente de Apertura.
Las “Chivas”, en ese aspecto, quedaron a deber. Aunque cumplieron, puesto que impusieron su jerarquía de equipo de Primera División para vencer a los “Leones”, al utilizar un cuadro alternativo --por no decir que plagado de suplentes--, dilapidaron la oportunidad de dar un apunte de la que será su fisonomía en el próximo certamen.
Los aficionados, por otra parte, enviaron, con su simple presencia, un elocuente mensaje a sus dirigentes. Y aunque éstos seguramente encontrarán la manera de decir que si los hechos desmienten su florido discurso acerca de las maravillas de su nuevo estadio..., “peor para los hechos”, el detalle ahí queda: la asistencia, para un encuentro amistoso, fue superior a las que de ordinario se registran, para encuentros oficiales, en su nueva casa.
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Tanto las crónicas como los testimonios de los aficionados coinciden, por otra parte, en que el Atlas aprobó el examen...
Nadie ignora que los rojinegros, durante el Torneo de Clausura, lucharán contra el fantasma del descenso. En función de ese desafío, se hizo el esfuerzo de incorporar refuerzos. Pinto, Conde, Tahuilán, Lucio Flavio, Lucas Ayala y Costly (más de medio equipo, si Pitágoras no miente) estuvieron en la alineación. En el aspecto colectivo, el cuadro mostró solvencia en los capítulos esenciales. En lo individual, los jugadores --y muy particularmente los recién llegados-- mostraron oficio como futbolistas y compromiso como profesionales, a sabiendas de que lo que está por venir (jugarse la permanencia en la Primera División, nada menos) es serio... y de que las próximas batallas se librarán con balas de a deveras.