Deportes

* Dos filos

A Propósito por Jaime García Elías

En lo que la competencia doméstica se encarrera, y en lo que se define, este domingo, el título de la Copa Oro, convendrá proponer, como dicen los políticos, un punto de acuerdo: es probable que la Selección Mexicana que la noche del jueves llevó a los futbólatras de la esperanza a la frustración y de la frustración al paroxismo, no sea tan mala como se decía a raíz de los descalabros que ha sumado durante la eliminatoria mundialista... ni tan buena como podría suponerse a la vista de las celebraciones del agónico triunfo sobre Costa Rica, en series de penalties.

Si se da por válida esa interpretación del desempeño que ha tenido el “Tri” y de los resultados que ha coleccionado en la actual aventura, es posible que se admita la hipótesis de que, aun sin haber llegado al punto de caramelo, el trabajo realizado por Javier Aguirre empiece a reflejarse en el funcionamiento del equipo nacional.

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La Final de la Copa Oro, este domingo, es, bien vista, un arma de dos filos...

Puesto que en ese partido se definirá al campeón del certamen, puede anticiparse que se reeditarán, corregidas y mejoradas, las grotescas escenas de euforia del jueves en Chicago, si el “Tri” se agencia el título. Bastará esa golondrina para que se haga verano: se dará por hecho que México remontará la cuesta y conseguirá, a tambor batiente, el boleto para el Mundial del año próximo en Sudáfrica...

En cambio, si los estadounidenses —con todas las ventajas que implica jugar en casa— honran su condición de favoritos y conquistan la Copa, cabe el grave riesgo de que se desplome la autoestima que los filibusteros de Javier Aguirre han ganado durante su peregrinaje por canchas estadounidenses, y de que el optimismo vigente hoy en día, se transforme en pesimismo de cara a la recta final de la eliminatoria.

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Aguirre destacó el beneficio principal que ha dejado la Copa Oro: por sobre todas las cosas, la inyección de moral que tanto los jugadores del Tri como los observadores y los críticos venían pidiendo a gritos.

En el partido de mañana, en esas condiciones, será muy importante que Javier deje muy claro el mensaje a sus filibusteros: se puede ganar o perder... pero hay algo mucho más importante, por trascendental, que la tercermundista Copa Oro: la eliminatoria para el Mundial: el único certamen que, efectivamente, da y quita.

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