Deportes
* De panzazo
A Propósito por Jaime García Elías
El “Tri” se acercó al hexagonal en que se repartirán los boletos que la FIFA concede a la Concacaf para el Mundial de Sudáfrica-2010.
Sin embargo, para no perder la costumbre, no pudo ser convincente. Se limitó a ser afortunado...
Más a base de voluntad que como consecuencia lógica de sus aciertos o como expresión de sus atributos futbolísticos, regresó dos veces al partido. La primera de ellas, de la mano de la diosa Fortuna --el autogol de Vernier en el minuto 34-- después de que Canadá abrió el marcador. La segunda, merced al acierto de Vuoso, al resolver una de las escasas acciones elaboradas por una ofensiva mexicana incapaz de funcionar en la práctica como teóricamente debería hacerlo.
Como es público y notorio, la historia se resolverá en la última jornada. Para que se frustrara la clasificación al hexagonal, sería necesaria la combinación de un desastre para la causa mexicana --perder por goleada en Honduras-- con un milagro a favor de Jamaica: aplastar a Canadá.
En cualquier caso, tanto el mediocre resultado como el poco convincente desempeño de los mexicanos en el partido de anoche en Edmonton, abren signos de interrogación con respecto a sus perspectivas en el hexagonal...
Salvo Guardado y Giovani, que a la combatividad que demanda un compromiso de esa envergadura sumaron la calidad --un valor agregado que el resto del elenco fue incapaz de aportar--, el comportamiento del equipo fue como para repartir bajas calificaciones a granel: desde Oswaldo Sánchez, por su pifia en el segundo gol canadiense, hasta el supuesto “binomio ideal” de México a la ofensiva, pasando por los centrales que fallaron en su función esencial, por los laterales cuyas aportaciones fueron casi nulas, y los volantes que naufragaron en buenos lapsos del partido. Había, teóricamente, atacantes... pero se perdieron porque para armar la dupla Vuoso-Bravo hubo que sacrificar a los armadores.
El futuro de México, de cara al Mundial, es preocupante. Por un lado, la incapacidad de Sven-Goran Eriksson para acertar, en los cinco partidos de la eliminatoria cumplidos hasta ahora, con una fórmula confiable, esperanzadora, empieza a encender luces amarillas. Por el otro, aun en el caso de que se dé el paso que falta para llegar al hexagonal, no se ve con qué México, ante rivales más exigentes que los enfrentados hasta ahora, vaya a imponer condiciones.
Así que...
Sin embargo, para no perder la costumbre, no pudo ser convincente. Se limitó a ser afortunado...
Más a base de voluntad que como consecuencia lógica de sus aciertos o como expresión de sus atributos futbolísticos, regresó dos veces al partido. La primera de ellas, de la mano de la diosa Fortuna --el autogol de Vernier en el minuto 34-- después de que Canadá abrió el marcador. La segunda, merced al acierto de Vuoso, al resolver una de las escasas acciones elaboradas por una ofensiva mexicana incapaz de funcionar en la práctica como teóricamente debería hacerlo.
Como es público y notorio, la historia se resolverá en la última jornada. Para que se frustrara la clasificación al hexagonal, sería necesaria la combinación de un desastre para la causa mexicana --perder por goleada en Honduras-- con un milagro a favor de Jamaica: aplastar a Canadá.
En cualquier caso, tanto el mediocre resultado como el poco convincente desempeño de los mexicanos en el partido de anoche en Edmonton, abren signos de interrogación con respecto a sus perspectivas en el hexagonal...
Salvo Guardado y Giovani, que a la combatividad que demanda un compromiso de esa envergadura sumaron la calidad --un valor agregado que el resto del elenco fue incapaz de aportar--, el comportamiento del equipo fue como para repartir bajas calificaciones a granel: desde Oswaldo Sánchez, por su pifia en el segundo gol canadiense, hasta el supuesto “binomio ideal” de México a la ofensiva, pasando por los centrales que fallaron en su función esencial, por los laterales cuyas aportaciones fueron casi nulas, y los volantes que naufragaron en buenos lapsos del partido. Había, teóricamente, atacantes... pero se perdieron porque para armar la dupla Vuoso-Bravo hubo que sacrificar a los armadores.
El futuro de México, de cara al Mundial, es preocupante. Por un lado, la incapacidad de Sven-Goran Eriksson para acertar, en los cinco partidos de la eliminatoria cumplidos hasta ahora, con una fórmula confiable, esperanzadora, empieza a encender luces amarillas. Por el otro, aun en el caso de que se dé el paso que falta para llegar al hexagonal, no se ve con qué México, ante rivales más exigentes que los enfrentados hasta ahora, vaya a imponer condiciones.
Así que...