Deportes
* ‘‘Dados cargados’’
A propósito por Jaime García Elías
Tal vez no sea, como dicen los malpensados, que “los dados están cargados” a favor de Víctor Manuel Vucetich para convertirse, a la hora de las ilusiones, en “el hombre del destino”... y, después, a la hora de los desencantos, en el pararrayos de las iras de los aficionados al futbol.
*
De hecho, si se trata de escoger entre él y Chepo de la Torre a quien probablemente sea designado desde la próxima semana como el encargado de recoger, a partir de enero, la estafeta que hasta el Mundial de Sudáfrica estuvo en las manos de Javier Aguirre, cualquiera diría que la balanza parece bastante equilibrada...
Uno y otro tienen prestigio en el medio, avalado por sus títulos. En ese aspecto, quizá la carrera del actual técnico del Toluca aventaje a la de su colega del Monterrey: los equipos del primero (Guadalajara y Toluca) han conseguido tres títulos en los cinco años que José Manuel lleva en el oficio, contra cuatro (por cuenta de León, Tecos, Pachuca y Monterrey) de Víctor... en veinte años de carrera.
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Uno y otro tienen el handicap de que se trata de técnicos “caseros”. Aunque De la Torre, como futbolista, incursionó en el terreno internacional (pasó por el futbol español, con más pena que gloria), ambos han hecho su carrera como entrenadores exclusivamente en equipos mexicanos.
En compensación, con respecto a los candidatos procedentes del extranjero, supuestamente con cartel internacional, que eventualmente han sonado, los dos aspirantes entre quienes se supone que la próxima semana se definirá el asunto, tienen la ventaja de conocer al dedillo al material humano de que se dispone en México, más la adicional de que parecen tener buen nombre --y, en consecuencia, ascendiente-- entre los jugadores que eventual- mente pudieran llamar a filas.
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Chepo tiene más temperamento; (de hecho, tiende a ser colérico). Víctor, en cambio, es mucho más reposado: rara vez pierde la ecuanimidad; rara vez se sale de sus casillas; rara vez da la nota con alguna declaración estridente... Los árbitros los tienen clasificados en casilleros contrastantes: mientras Chepo es un dolor de muelas en domingo -- cuando no hay dentistas--, “Vuce” proyecta a sus jugadores serenidad y disciplina.
Por eso, salvo prueba en contrario, no es que los dados estén cargados a favor de Víctor. Es que parece haber argumentos sólidos que inclinan la balanza a su favor.
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De hecho, si se trata de escoger entre él y Chepo de la Torre a quien probablemente sea designado desde la próxima semana como el encargado de recoger, a partir de enero, la estafeta que hasta el Mundial de Sudáfrica estuvo en las manos de Javier Aguirre, cualquiera diría que la balanza parece bastante equilibrada...
Uno y otro tienen prestigio en el medio, avalado por sus títulos. En ese aspecto, quizá la carrera del actual técnico del Toluca aventaje a la de su colega del Monterrey: los equipos del primero (Guadalajara y Toluca) han conseguido tres títulos en los cinco años que José Manuel lleva en el oficio, contra cuatro (por cuenta de León, Tecos, Pachuca y Monterrey) de Víctor... en veinte años de carrera.
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Uno y otro tienen el handicap de que se trata de técnicos “caseros”. Aunque De la Torre, como futbolista, incursionó en el terreno internacional (pasó por el futbol español, con más pena que gloria), ambos han hecho su carrera como entrenadores exclusivamente en equipos mexicanos.
En compensación, con respecto a los candidatos procedentes del extranjero, supuestamente con cartel internacional, que eventualmente han sonado, los dos aspirantes entre quienes se supone que la próxima semana se definirá el asunto, tienen la ventaja de conocer al dedillo al material humano de que se dispone en México, más la adicional de que parecen tener buen nombre --y, en consecuencia, ascendiente-- entre los jugadores que eventual- mente pudieran llamar a filas.
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Chepo tiene más temperamento; (de hecho, tiende a ser colérico). Víctor, en cambio, es mucho más reposado: rara vez pierde la ecuanimidad; rara vez se sale de sus casillas; rara vez da la nota con alguna declaración estridente... Los árbitros los tienen clasificados en casilleros contrastantes: mientras Chepo es un dolor de muelas en domingo -- cuando no hay dentistas--, “Vuce” proyecta a sus jugadores serenidad y disciplina.
Por eso, salvo prueba en contrario, no es que los dados estén cargados a favor de Víctor. Es que parece haber argumentos sólidos que inclinan la balanza a su favor.