Deportes
* Crema
A propósito por Jaime García Elías
El arranque de las “Chivas” en el Torneo Bicentenario fue sorpresivo. Como al rival --lo mismo que al propio Guadalajara-- había que juzgarlo por su pasado y no por su futuro, se llegó a la conclusión de que el 3-1 sobre el Toluca (con los dos primeros goles del “Chícharo” Hernández en la campaña) había sido una rotunda campanada.
El triunfo sobre los “Tigres”, con el mismo marcador, en la segunda jornada, y nuevamente con el “Chícharo” como protagonista, se interpretó como una advertencia de que el asunto iba en serio. A partir del axioma de que “el que no asegunda no es buen labrador”, el Guadalajara confirmaba su calidad... de buen labrador.
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Siguieron las victorias sobre Estudiantes (3-2) y Querétaro (0-2). Aunque eran rivales más bien modestos, resultaba inevitable dar mérito a ambos resultados: el primero, porque, para ganar, los rayados remontaron un 2-0 adverso; el segundo, porque se consiguió a domicilio, y sobre unos “Gallos” que habían apuntado una estimable recuperación.
El 2-0 sobre el Atlante era carambola hecha. El 1-0 sobre el Pachuca, en cambio, volvió a merecer signos de admiración porque el rival era un sinodal respetable... y porque jugaba en casa.
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El 3-2 de la semana pasada, ante el Puebla, habla, por sí mismo --al margen de las peculiaridades que pudieron referir los testigos y de lo azaroso que fue el desenlace del episodio--, de un triunfo ajustado; sugiere que los rivales empiezan a encontrar la manera de neutralizar a “El Muchacho” de la película del Torneo Bicentenario que actualmente se rueda en los estadios mexicanos.
Como la empresa de hoy (San Luis) y las de las dos siguientes jornadas (visita a Jaguares y regreso a casa para recibir a Pumas) obligan a colocar al Guadalajara la etiqueta de favorito, el morbo estriba en constatar si, en efecto, los vaticinios se consuman.
De suceder así, obvia decir que los rayados, al margen de lo que ocurra en el desenlace de la película en cuestión --cuando tenga que poner en la alineación los parches obligados por las sangrías que le exija la Selección Nacional, a partir de la fecha 13 y hasta el final de la “liguilla” para la que su presencia se da por hecha--, habrán hecho historia... y justificado que hasta la FIFA, en su página web, les eche crema a sus tacos.
El triunfo sobre los “Tigres”, con el mismo marcador, en la segunda jornada, y nuevamente con el “Chícharo” como protagonista, se interpretó como una advertencia de que el asunto iba en serio. A partir del axioma de que “el que no asegunda no es buen labrador”, el Guadalajara confirmaba su calidad... de buen labrador.
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Siguieron las victorias sobre Estudiantes (3-2) y Querétaro (0-2). Aunque eran rivales más bien modestos, resultaba inevitable dar mérito a ambos resultados: el primero, porque, para ganar, los rayados remontaron un 2-0 adverso; el segundo, porque se consiguió a domicilio, y sobre unos “Gallos” que habían apuntado una estimable recuperación.
El 2-0 sobre el Atlante era carambola hecha. El 1-0 sobre el Pachuca, en cambio, volvió a merecer signos de admiración porque el rival era un sinodal respetable... y porque jugaba en casa.
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El 3-2 de la semana pasada, ante el Puebla, habla, por sí mismo --al margen de las peculiaridades que pudieron referir los testigos y de lo azaroso que fue el desenlace del episodio--, de un triunfo ajustado; sugiere que los rivales empiezan a encontrar la manera de neutralizar a “El Muchacho” de la película del Torneo Bicentenario que actualmente se rueda en los estadios mexicanos.
Como la empresa de hoy (San Luis) y las de las dos siguientes jornadas (visita a Jaguares y regreso a casa para recibir a Pumas) obligan a colocar al Guadalajara la etiqueta de favorito, el morbo estriba en constatar si, en efecto, los vaticinios se consuman.
De suceder así, obvia decir que los rayados, al margen de lo que ocurra en el desenlace de la película en cuestión --cuando tenga que poner en la alineación los parches obligados por las sangrías que le exija la Selección Nacional, a partir de la fecha 13 y hasta el final de la “liguilla” para la que su presencia se da por hecha--, habrán hecho historia... y justificado que hasta la FIFA, en su página web, les eche crema a sus tacos.