Deportes
* Confianza
A propósito, por Jaime García Elías
Sven Goran Eriksson lo dijo por la Selección Nacional... pero lo mismo pudo haberlo dicho --a propósito de su partido del miércoles en Toluca-- por las “Chivas”: “Ganar es mejor que jugar bien”.
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Escribía Argentino Geronazzo, prestigioso teórico del futbol, que “No siempre que se juega bien se gana, ni siempre que se juega mal se pierde; empero, un equipo que de ordinario juega bien, siempre tendrá más posibilidades de ganar, y uno que juega mal, siempre tendrá más riesgo de perder”.
Aplicado el axioma al caso del Guadalajara, quedó claro, en su momento, que los pobres resultados --empates ante Cruz Azul y Monterrey, derrota ante los “Tecos”-- de las tres primeras jornadas del actual Torneo de Apertura, fueron la consecuencia lógica de las deficiencias exhibidas por el equipo. Particularmente --como lo apuntó, a manera de diagnóstico, su propio técnico, Efraín Flores--, la falta de creatividad y de solvencia en el capítulo ofensivo.
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El triunfo del miércoles sobre el Toluca no hubiera sido posible --verdad de Perogrullo...-- sin el gol...
Sin embargo, ese resultado se dio primordialmente por el orden que mantuvo el bloque defensivo. Fue esa solidez la que evitó que los “Diablos Rojos” (motivados, por cierto, por la presencia en su banca de Chepo de la Torre, antiguo timonel de las “Chivas”), incluso cuando rompieron el esquema táctico habitual y se desbordaron a la ofensiva, obligados por las circunstancias y espoleados por su público, comprometieran el resultado que urgía a los rayados.
El resto, sin el menor ánimo de demeritar la victoria, se debió a la suerte --definida como coincidencia de circunstancias favorables--, de la que ya se sabe que ordinariamente se pasea por la calle del brazo de los triunfadores.
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Seguramente Efraín Flores --e incluso los dirigentes, que de tiempo en tiempo reciclan el rollo de la “Filosofía Chiva”--, en el fondo, estará de acuerdo con la frase de Eriksson...
Tomar una ración de la saludable medicina de la victoria, como haya sido, y especialmente si no quedó ninguna duda con respecto a la legitimidad del resultado, deja el beneficio de que los jugadores --el “Venado” Medina, sobre todo, y en medida similar Morales, el “Gaucho” Ávila y Santana-- recuperen, por una parte, el nivel futbolístico habitual en ellos..., y, por la otra, la confianza de sus legiones de simpatizantes.
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Escribía Argentino Geronazzo, prestigioso teórico del futbol, que “No siempre que se juega bien se gana, ni siempre que se juega mal se pierde; empero, un equipo que de ordinario juega bien, siempre tendrá más posibilidades de ganar, y uno que juega mal, siempre tendrá más riesgo de perder”.
Aplicado el axioma al caso del Guadalajara, quedó claro, en su momento, que los pobres resultados --empates ante Cruz Azul y Monterrey, derrota ante los “Tecos”-- de las tres primeras jornadas del actual Torneo de Apertura, fueron la consecuencia lógica de las deficiencias exhibidas por el equipo. Particularmente --como lo apuntó, a manera de diagnóstico, su propio técnico, Efraín Flores--, la falta de creatividad y de solvencia en el capítulo ofensivo.
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El triunfo del miércoles sobre el Toluca no hubiera sido posible --verdad de Perogrullo...-- sin el gol...
Sin embargo, ese resultado se dio primordialmente por el orden que mantuvo el bloque defensivo. Fue esa solidez la que evitó que los “Diablos Rojos” (motivados, por cierto, por la presencia en su banca de Chepo de la Torre, antiguo timonel de las “Chivas”), incluso cuando rompieron el esquema táctico habitual y se desbordaron a la ofensiva, obligados por las circunstancias y espoleados por su público, comprometieran el resultado que urgía a los rayados.
El resto, sin el menor ánimo de demeritar la victoria, se debió a la suerte --definida como coincidencia de circunstancias favorables--, de la que ya se sabe que ordinariamente se pasea por la calle del brazo de los triunfadores.
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Seguramente Efraín Flores --e incluso los dirigentes, que de tiempo en tiempo reciclan el rollo de la “Filosofía Chiva”--, en el fondo, estará de acuerdo con la frase de Eriksson...
Tomar una ración de la saludable medicina de la victoria, como haya sido, y especialmente si no quedó ninguna duda con respecto a la legitimidad del resultado, deja el beneficio de que los jugadores --el “Venado” Medina, sobre todo, y en medida similar Morales, el “Gaucho” Ávila y Santana-- recuperen, por una parte, el nivel futbolístico habitual en ellos..., y, por la otra, la confianza de sus legiones de simpatizantes.