Deportes
* Catalizador
A propósito por Jaime García Elías
Cualquier futbolista --o casi cualquiera-- anota dos goles en un partido. No cualquiera, en cambio, anota cuatro goles en dos partidos consecutivos. Y para anotar seis goles en tres encuentros --de a dos en dos, como si se tratara de una tarifa obligatoria--, se necesita estar en estado de gracia.
Es, hasta ahora, como es público y notorio, el caso del “Chicharo” Hernández. (Caso curioso, por cierto, ya que, debiendo ser al revés, el “Chícharo” es el hijo --y no el padre-- del “Chicharito”).
*
Por supuesto, sería aventurado aseverar que la cuota se mantendrá indefinidamente; que lo sucedido en los enfrentamientos de Guadalajara ante Toluca, Tigres y Tecos, será una historia que se reeditará durante las próximas jornadas del Torneo Bicentenario, religiosamente, cada vez que las “Chivas” tengan que pasar examen.
Se dirá que, puestos en ese plan, lo mismo tendría que decirse de Miguel Zepeda por haber contribuido con tres goles a la victoria del Atlas sobre el Monterrey, en la segunda jornada del certamen, y con uno más al triunfo sobre Santos Laguna, el domingo pasado. Sin embargo, lo más probable es que --a reserva de la sentencia definitiva, a cargo, como siempre, de ese supremo juez que es el tiempo-- haya consenso en que Miguel tiene más pasado que futuro. El rojinegro, aun en el caso de que extienda por un buen rato su “segundo aire” (recuérdese que Ricardo La Volpe lo sacó de su retiro el año pasado para ponerlo a jugar, con mediocres resultados, y que ha sido Carlos Ischia quien acertó al reacomodarlo como eje de ataque), tiene, futbolísticamente hablando, sus días contados. Javier, en cambio, tiene la vida por delante.
*
Hay quien piensa que el explosivo arranque del “Chícharo” y su irrupción como el catalizador que transformó al mediocre Guadalajara de los dos torneos anteriores en la aplanadora que ha eslabonado tres victorias en otras tantas apariciones, representa un problema para Javier Aguirre...
Obviamente, es exactamente al contrario. El técnico nacional tendrá un problema menos por cada jugador que levante la mano para presentar su solicitud de una plaza en el equipo titular que disputará el primer partido de la próxima Copa del Mundo.
¡Brincos diera el “Vasco” por tener a once como el actual goleador del Guadalajara, que así, con el argumento incontrovertible de los goles, le pidiera un lugar en la Selección...!
Es, hasta ahora, como es público y notorio, el caso del “Chicharo” Hernández. (Caso curioso, por cierto, ya que, debiendo ser al revés, el “Chícharo” es el hijo --y no el padre-- del “Chicharito”).
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Por supuesto, sería aventurado aseverar que la cuota se mantendrá indefinidamente; que lo sucedido en los enfrentamientos de Guadalajara ante Toluca, Tigres y Tecos, será una historia que se reeditará durante las próximas jornadas del Torneo Bicentenario, religiosamente, cada vez que las “Chivas” tengan que pasar examen.
Se dirá que, puestos en ese plan, lo mismo tendría que decirse de Miguel Zepeda por haber contribuido con tres goles a la victoria del Atlas sobre el Monterrey, en la segunda jornada del certamen, y con uno más al triunfo sobre Santos Laguna, el domingo pasado. Sin embargo, lo más probable es que --a reserva de la sentencia definitiva, a cargo, como siempre, de ese supremo juez que es el tiempo-- haya consenso en que Miguel tiene más pasado que futuro. El rojinegro, aun en el caso de que extienda por un buen rato su “segundo aire” (recuérdese que Ricardo La Volpe lo sacó de su retiro el año pasado para ponerlo a jugar, con mediocres resultados, y que ha sido Carlos Ischia quien acertó al reacomodarlo como eje de ataque), tiene, futbolísticamente hablando, sus días contados. Javier, en cambio, tiene la vida por delante.
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Hay quien piensa que el explosivo arranque del “Chícharo” y su irrupción como el catalizador que transformó al mediocre Guadalajara de los dos torneos anteriores en la aplanadora que ha eslabonado tres victorias en otras tantas apariciones, representa un problema para Javier Aguirre...
Obviamente, es exactamente al contrario. El técnico nacional tendrá un problema menos por cada jugador que levante la mano para presentar su solicitud de una plaza en el equipo titular que disputará el primer partido de la próxima Copa del Mundo.
¡Brincos diera el “Vasco” por tener a once como el actual goleador del Guadalajara, que así, con el argumento incontrovertible de los goles, le pidiera un lugar en la Selección...!