Deportes
* Balance
A propósito por Jaime García Elías
GUADALAJARA, JALISCO.- Lo bueno del empate del Guadalajara, el sábado ante los “Pumas”, es que el panorama parece propicio para su clasificación a la “liguilla”: visitar al Puebla y recibir a los Indios, en las dos últimas jornadas del prólogo del verdadero campeonato, suena más bonancible que el panorama de los “Tecos” (visitar a los “Pumas” y recibir al Puebla)... sobre todo por el punto de ventaja que sacan las “Chivas” a los universitarios.Lo malo del mismo empate consiste en que los rivales, al parecer, ya dieron con el antídoto para el sistema que tan buenos resultados les venía dando a los rayados.
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Claro: podrá decirse que “una golondrina no hace verano”; que una cosa es que “Tuca” Ferreti hubiera tenido a la mano las piezas adecuadas para aplicar la fórmula idónea para neutralizar a Omar Arellano, y otra muy diferente que Mario Carrillo, Héctor Hugo Eugui y los demás rivales del “Rebaño” puedan hacer lo propio.
En todo caso, el sábado fue preocupante que el Guadalajara fuera más espectador que actor en buenos lapsos del encuentro, y que sólo fuera capaz de generar tres lances ofensivos propiamente dichos en toda la noche: los que desperdiciaron Báez en el primer tiempo y Salazar en el último minuto, por sus calamitosos remates de cabeza, y el misil de Araujo, desde fuera del área, que transformó en empate la que ya parecía derrota.Lo rescatable, además del golazo del “Pato”, fue el manejo de partido de Efraín Flores. Los cambios, realizados a raíz del gol de los “Pumas” —con marcas flojas en una jugada previsible, a balón parado—; llevaron nítidas intenciones ofensivas, y se dosificaron en la medida en que se veía que el rival declinaba y ya no acusaba capacidad de reacción.
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Lo negativo de la jornada fue la derrota —propiciada, en buena medida, por yerros arbitrales— de los “Tecos”, que venían siendo una de las sorpresas agradables del certamen y que mantienen las posibilidades de clasificar al verdadero campeonato... aunque no terminen entre los dos primeros de su grupo... Y —en menor medida, porque en lo que va de la temporada no ha conseguido meterse de lleno en zona de clasificación— la rotunda derrota del Atlas en Toluca, especialmente porque demostró que la inconsistencia, la proclividad a alternar equitativamente las de cal y las de arena, sigue siendo la marca de la casa.
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Claro: podrá decirse que “una golondrina no hace verano”; que una cosa es que “Tuca” Ferreti hubiera tenido a la mano las piezas adecuadas para aplicar la fórmula idónea para neutralizar a Omar Arellano, y otra muy diferente que Mario Carrillo, Héctor Hugo Eugui y los demás rivales del “Rebaño” puedan hacer lo propio.
En todo caso, el sábado fue preocupante que el Guadalajara fuera más espectador que actor en buenos lapsos del encuentro, y que sólo fuera capaz de generar tres lances ofensivos propiamente dichos en toda la noche: los que desperdiciaron Báez en el primer tiempo y Salazar en el último minuto, por sus calamitosos remates de cabeza, y el misil de Araujo, desde fuera del área, que transformó en empate la que ya parecía derrota.Lo rescatable, además del golazo del “Pato”, fue el manejo de partido de Efraín Flores. Los cambios, realizados a raíz del gol de los “Pumas” —con marcas flojas en una jugada previsible, a balón parado—; llevaron nítidas intenciones ofensivas, y se dosificaron en la medida en que se veía que el rival declinaba y ya no acusaba capacidad de reacción.
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Lo negativo de la jornada fue la derrota —propiciada, en buena medida, por yerros arbitrales— de los “Tecos”, que venían siendo una de las sorpresas agradables del certamen y que mantienen las posibilidades de clasificar al verdadero campeonato... aunque no terminen entre los dos primeros de su grupo... Y —en menor medida, porque en lo que va de la temporada no ha conseguido meterse de lleno en zona de clasificación— la rotunda derrota del Atlas en Toluca, especialmente porque demostró que la inconsistencia, la proclividad a alternar equitativamente las de cal y las de arena, sigue siendo la marca de la casa.