Deportes
* Aguirre
A propósito por Jaime García Elías
Para quienes aún le reprochan a Javier Aguirre haber sido el culpable del desencanto de los ilusos que esperaban una actuación “histórica” de México en el reciente Mundial de Sudáfrica, su contratación como técnico del Zaragoza es --dicen-- “muestra indiscutible (?) de su mediocridad”.
Bueno...
*
El argumento capital de los detractores de Javier estriba en que su nuevo equipo está en las antípodas del Real Madrid o el Barcelona. El Zaragoza es sotanero de la Liga española. Si sus dirigentes tomaron la decisión de reemplazar a José Aurelio Gay en el puente de mando y designar al “Vasco” como su reemplazante, difícilmente habrá sido porque vean en él a un hacedor de milagros; lo más probable es que basen su elección en los antecedentes de Aguirre en el futbol peninsular; en la huella que dejó en cuatro años al frente del Osasuna y tres adicionales con el Atlético de Madrid: al primero lo salvó del descenso y lo llevó a una final de la Copa del Rey; al segundo lo metió en la zona de calificación para la Liga de Campeones; una racha de malos resultados le costó el puesto... y abrió la puerta para que se le llamara a fungir como “bombero” con la Selección Mexicana que buscaba, con los ojos vendados y en un callejón oscuro, el boleto para el Mundial.
Pero esa es otra historia...
*
Aguirre tiene cartel en España. Lo tiene porque ha demostrado ser un profesional del futbol en toda la extensión de la palabra: serio, diligente, metódico y responsable. Lo tiene, sobre todo, porque en su hoja de servicios hay resultados.
Si hace buenos con el Zaragoza los objetivos de sus dirigentes --de entrada, mantener la categoría--, Javier estará revalidando ese cartel... y estará en aptitud de aspirar, a mediano plazo, a una encomienda más ambiciosa: si no, probablemente, a cualquiera de los consabidos gigantes del futbol peninsular, sí, al menos, a alguno de los equipos de media tabla que ocasionalmente les hacen sombra.
*
El “Vasco”, por lo demás, ha demostrado tener claros sus objetivos en la profesión: desde antes del Mundial, en una entrevista por la que fue satanizado, anunció su decisión de cerrar su ciclo como técnico nacional y volver a Europa... Y allá está, demostrando que quien se traza metas en la vida y persevera en el esfuerzo por alcanzarlas, lo consigue.
Bueno...
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El argumento capital de los detractores de Javier estriba en que su nuevo equipo está en las antípodas del Real Madrid o el Barcelona. El Zaragoza es sotanero de la Liga española. Si sus dirigentes tomaron la decisión de reemplazar a José Aurelio Gay en el puente de mando y designar al “Vasco” como su reemplazante, difícilmente habrá sido porque vean en él a un hacedor de milagros; lo más probable es que basen su elección en los antecedentes de Aguirre en el futbol peninsular; en la huella que dejó en cuatro años al frente del Osasuna y tres adicionales con el Atlético de Madrid: al primero lo salvó del descenso y lo llevó a una final de la Copa del Rey; al segundo lo metió en la zona de calificación para la Liga de Campeones; una racha de malos resultados le costó el puesto... y abrió la puerta para que se le llamara a fungir como “bombero” con la Selección Mexicana que buscaba, con los ojos vendados y en un callejón oscuro, el boleto para el Mundial.
Pero esa es otra historia...
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Aguirre tiene cartel en España. Lo tiene porque ha demostrado ser un profesional del futbol en toda la extensión de la palabra: serio, diligente, metódico y responsable. Lo tiene, sobre todo, porque en su hoja de servicios hay resultados.
Si hace buenos con el Zaragoza los objetivos de sus dirigentes --de entrada, mantener la categoría--, Javier estará revalidando ese cartel... y estará en aptitud de aspirar, a mediano plazo, a una encomienda más ambiciosa: si no, probablemente, a cualquiera de los consabidos gigantes del futbol peninsular, sí, al menos, a alguno de los equipos de media tabla que ocasionalmente les hacen sombra.
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El “Vasco”, por lo demás, ha demostrado tener claros sus objetivos en la profesión: desde antes del Mundial, en una entrevista por la que fue satanizado, anunció su decisión de cerrar su ciclo como técnico nacional y volver a Europa... Y allá está, demostrando que quien se traza metas en la vida y persevera en el esfuerzo por alcanzarlas, lo consigue.