Cultura
Una mirada a la catástrofe
Dos compañías de Tamaulipas comparten cómo sus propuestas están marcadas por la violencia que vive el país
GUADALAJARA, JALISCO (09/NOV/2011).- Ante el fin del mundo, el teatro es un grito desesperado. Y las obras que exaltan la esperanza por un futuro mejor son, en muchas ocasiones, una vela apagada por la realidad, explican dos creadores del Norte del país: Ángel Hernández, director de Asalto Teatro, de Tampico, y Tayde Hernández, actor de Norte Sur Teatro, de Reynosa.
Ambos viven en uno de los lugares más violentos del mundo: Tamaulipas. Las consecuencias de seguir en esa tierra se notan en sus dinámicas artísticas, en sus montajes, así como en sus actividades cotidianas.
Tayde Hernández dice que la paranoia es la plaga y está en todos lados, incluso en él. Hace un par de días fue a impartir un taller a Matamoros, ciudad que está ubicada a 95 kilómetros de Reynosa, su clase concluyó a las seis de la tarde, pero no pudo volver a casa porque ya había oscurecido y salir a carretera de noche es demasiado peligroso. Lo mismo ocurre con los espectadores de teatro que evitan las funciones nocturnas o incluso salir a los foros.
Para el director Ángel Hernández, quien está de visita en la ciudad y participa en el Encuentro de Teatro en Pequeño Formato, la situación va más allá de una libertad coartada. “Me parece que la violencia sujeta a un pueblo a una consciencia más brutal, que es la de sentirse desprotegidos de un sistema que a la fecha no ha tenido la capacidad de resolver un conflicto, que va creciendo como una bestia conforme avanza el tiempo y que construye otros sistemas de violencia, es decir los daños colaterales. Gracias a eso, la gente ha encontrado la necesidad de resolver por su propia cuenta, es decir establecer un contacto directo con la urgencia o con la necesidad de salvarse de la tragedia”.
Para estos creadores escénicos, el teatro es un territorio para mostrar esa violencia, la que marca a su Estado y al país. “Es el lenguaje necesario para una sociedad en crisis, donde la gente puede encontrar no sólo la posibilidad de verse reflejada en el tratamiento de este tipo de dinámicas, sino que puede encontrar un vehículo de expresión, es decir sumarse a un discurso, mucho más complejo, fuerte a su naturaleza y encontrar posibilidades de desarrollo, hablamos de una resistencia, el teatro la está generando para superar este momento tan doloroso”, expresa en entrevista Ángel Hernández, quien agrega la catástrofe provoca un proceso de aislamiento profundo porque se pierden aquellos elementos cotidianos que hacen a la persona.
La realidad en escena
Desde hace 11 años, el grupo Norte Sur Teatro trabaja en sus montajes temas sobre la frontera. Su propuesta goza de proyección nacional e internacional. Esta compañía visitó el año pasado la ciudad para presentar ¿Quién es Macbeth? dentro del programa de la Muestra Nacional de Teatro y recientemente participó en el Encuentro Teatro por la Paz en Colombia, donde demostró que la esperanza no siempre existe.
¿Quién es Macbeth? está basada en la obra de William Shakespeare, pero con algunos cambios ya que el espectador es tratado como un secuestrado.
Tayde Hernández explica en entrevista que tuvieron la oportunidad de representar a México, junto con dos agrupaciones más de la capital del país. “Todos terminaban con esa lucecita de esperanza, pero por la historia de nuestro montaje, aunque quisiéramos dar una luz de esperanza, estamos reflejando lo que nos sucede por estos lares”.
“Nuestro discurso no reflexiona acerca de lo que está pasando, simple y sencillamente somos un fotografía de lo que sucede”, apunta el actor de Norte Sur Teatro, quien considera que el teatro es una vela encendida para la sociedad porque este arte ha salvado a otros.
El director de Asalto Teatro, quien imparte un taller en Casa Inverso, explica que el teatro para el fin del mundo es “un sistema operativo, que pretende funcionar como un método emergente ante situaciones de riesgos más allá del espectro apocalíptico. Nos parece que el teatro debe estar en un momento de alerta constante, que nos permite una resolución ante las circunstancias sociales, naturales y culturales que vive actualmente en el país y el mundo”.
Añade que este tipo teatro “se desprende de viejos parámetros establecidos dentro de la convención escénica. Es un teatro que se construye y se destruye, es un teatro que ha sido desheredado de una representación específica en foros convencionales y sale en búsqueda de otros lenguajes y escenarios que se encuentren más enfocados hacia la ruina, el olvido y la crisis citadina, que nosotros creemos refleja en el estado ánimo de la ciudad”.
Los otros foros
El actor de Norte Sur Teatro comenta que la situación en Reynosa está más tranquila, “ya no se escuchan tantas balaceras, al menos ya no hay tantas noticias en el Facebook, que era una de las maneras de estar informados cuando íbamos a ensayar o dar función te ponían: ‘cuidado hay balacera en el Boulevard Hidalgo’, pero la violencia vino a revolucionar todo en el teatro”.
Recuerda que hace unos días concluyó el Festival Internacional Tamaulipas. “Los espectáculos tuvieron que realizarse a las siete de la noche, ahora tuvieron que agendarse muy temprano porque la gente no quiere andar de noche”.
En Reynosa existen varios foros para el arte dramático: las dos salas del Parque Cultural Reynosa, Casa de la Cultura, el gimnasio de la Universidad México Americana del Norte (UMAN), el Teatro Reynosa y otros alternativos, a éstos últimos les falta público, “sí hay temor y más cuando sabes que se va a tocar el tema de la violencia, la gente no se quiere acercar”.
Con ¿Quién es Macbeth?, Norte Sur Teatro ganó el Concurso Estatal de Teatro Maestro Rafael Solana, el premio incluía cinco funciones en distintos espacios de Tamaulipas, de las cuales sólo se ofrecieron tres porque “Tampico no nos quiso llevar porque la obra les parecía muy violenta, el único valeroso fue Matamaros, pero no dimos las cinco”.
“El teatro corresponde a la circunstancia crítica, esto permite que grupos interesados en este tipo de lenguajes puedan llegar a los espacios independientes y a su vez establecer una comunicación frontal con la gente, es la manera también de ver reconstruida la catástrofe, de encontrar una reconstrucción tal vez emocional e ideológica, que es la parte fundamental no sólo del teatro, sino de las artes en general”, expresa el director Ángel Hernández, quien señala que hay una generación de creadores desheredados de los foros tradicionales y formados en espacios independientes como es el caso de su grupo La guarda teatro, que ya lleva ocho años en Tampico, ciudad donde existe foros formales como el Aula Magna y el Espacio Cultural Metropolitano.
“Nosotros queremos establecer un diálogo frontal con la gente y la gente está afuera”, expresa Hernández, quien comenta que Asalta Teatro presentará en diciembre un proyecto de teatro cabaret y en repertorio está el montaje Viejo congelador de carne, una obra que muestra la perspectiva de un criminal que fue traicionado por su compañeros.
Al abordar estos temas existe el miedo a las represalias de los grupos del crimen organizado, sin embargo, se buscan metáforas para explicar esta situación, dice el director: “Es importante destacar que la violencia se ha codificado, y ha encontrado su zona de confort, por lo que es necesario crear proceso para alejarse de los lugares comunes en el teatro del narcotráfico y la violencia”.
Para saber
Teatro en pequeño
El encuentro de Teatro en Pequeño Formato se realizará del 7 al 13 de noviembre en la Casa Inverso Teatro, ubicada en Santa Mónica 256, esquina Reforma, en el centro de Guadalajara.
*Miércoles 9 de noviembre, a las 20:30 horas
La puesta en escena Mute, del Grupo Asalto-Teatro de Tamaulipas. El grupo, que dirige Ángel Hernández, presenta la historia de tres hombres que se ven obligados a vender sus órganos. Los actores son Carlos Arzola, Fernando Rocha y Mario Deance.
* Jueves 10 de noviembre, a las 20:30 horas
La obra Ansiedad, que dirige José Miguel Vázquez Gutiérrez, está basada en el texto Crave, de Sarah Kane. Los actores son Alicia Viridiana Gómez, Elizabeth Sánchez, Guillermo Íñiguez y Alejandro Rodríguez.
http://cainencuentro.blogspot.com
Ambos viven en uno de los lugares más violentos del mundo: Tamaulipas. Las consecuencias de seguir en esa tierra se notan en sus dinámicas artísticas, en sus montajes, así como en sus actividades cotidianas.
Tayde Hernández dice que la paranoia es la plaga y está en todos lados, incluso en él. Hace un par de días fue a impartir un taller a Matamoros, ciudad que está ubicada a 95 kilómetros de Reynosa, su clase concluyó a las seis de la tarde, pero no pudo volver a casa porque ya había oscurecido y salir a carretera de noche es demasiado peligroso. Lo mismo ocurre con los espectadores de teatro que evitan las funciones nocturnas o incluso salir a los foros.
Para el director Ángel Hernández, quien está de visita en la ciudad y participa en el Encuentro de Teatro en Pequeño Formato, la situación va más allá de una libertad coartada. “Me parece que la violencia sujeta a un pueblo a una consciencia más brutal, que es la de sentirse desprotegidos de un sistema que a la fecha no ha tenido la capacidad de resolver un conflicto, que va creciendo como una bestia conforme avanza el tiempo y que construye otros sistemas de violencia, es decir los daños colaterales. Gracias a eso, la gente ha encontrado la necesidad de resolver por su propia cuenta, es decir establecer un contacto directo con la urgencia o con la necesidad de salvarse de la tragedia”.
Para estos creadores escénicos, el teatro es un territorio para mostrar esa violencia, la que marca a su Estado y al país. “Es el lenguaje necesario para una sociedad en crisis, donde la gente puede encontrar no sólo la posibilidad de verse reflejada en el tratamiento de este tipo de dinámicas, sino que puede encontrar un vehículo de expresión, es decir sumarse a un discurso, mucho más complejo, fuerte a su naturaleza y encontrar posibilidades de desarrollo, hablamos de una resistencia, el teatro la está generando para superar este momento tan doloroso”, expresa en entrevista Ángel Hernández, quien agrega la catástrofe provoca un proceso de aislamiento profundo porque se pierden aquellos elementos cotidianos que hacen a la persona.
La realidad en escena
Desde hace 11 años, el grupo Norte Sur Teatro trabaja en sus montajes temas sobre la frontera. Su propuesta goza de proyección nacional e internacional. Esta compañía visitó el año pasado la ciudad para presentar ¿Quién es Macbeth? dentro del programa de la Muestra Nacional de Teatro y recientemente participó en el Encuentro Teatro por la Paz en Colombia, donde demostró que la esperanza no siempre existe.
¿Quién es Macbeth? está basada en la obra de William Shakespeare, pero con algunos cambios ya que el espectador es tratado como un secuestrado.
Tayde Hernández explica en entrevista que tuvieron la oportunidad de representar a México, junto con dos agrupaciones más de la capital del país. “Todos terminaban con esa lucecita de esperanza, pero por la historia de nuestro montaje, aunque quisiéramos dar una luz de esperanza, estamos reflejando lo que nos sucede por estos lares”.
“Nuestro discurso no reflexiona acerca de lo que está pasando, simple y sencillamente somos un fotografía de lo que sucede”, apunta el actor de Norte Sur Teatro, quien considera que el teatro es una vela encendida para la sociedad porque este arte ha salvado a otros.
El director de Asalto Teatro, quien imparte un taller en Casa Inverso, explica que el teatro para el fin del mundo es “un sistema operativo, que pretende funcionar como un método emergente ante situaciones de riesgos más allá del espectro apocalíptico. Nos parece que el teatro debe estar en un momento de alerta constante, que nos permite una resolución ante las circunstancias sociales, naturales y culturales que vive actualmente en el país y el mundo”.
Añade que este tipo teatro “se desprende de viejos parámetros establecidos dentro de la convención escénica. Es un teatro que se construye y se destruye, es un teatro que ha sido desheredado de una representación específica en foros convencionales y sale en búsqueda de otros lenguajes y escenarios que se encuentren más enfocados hacia la ruina, el olvido y la crisis citadina, que nosotros creemos refleja en el estado ánimo de la ciudad”.
Los otros foros
El actor de Norte Sur Teatro comenta que la situación en Reynosa está más tranquila, “ya no se escuchan tantas balaceras, al menos ya no hay tantas noticias en el Facebook, que era una de las maneras de estar informados cuando íbamos a ensayar o dar función te ponían: ‘cuidado hay balacera en el Boulevard Hidalgo’, pero la violencia vino a revolucionar todo en el teatro”.
Recuerda que hace unos días concluyó el Festival Internacional Tamaulipas. “Los espectáculos tuvieron que realizarse a las siete de la noche, ahora tuvieron que agendarse muy temprano porque la gente no quiere andar de noche”.
En Reynosa existen varios foros para el arte dramático: las dos salas del Parque Cultural Reynosa, Casa de la Cultura, el gimnasio de la Universidad México Americana del Norte (UMAN), el Teatro Reynosa y otros alternativos, a éstos últimos les falta público, “sí hay temor y más cuando sabes que se va a tocar el tema de la violencia, la gente no se quiere acercar”.
Con ¿Quién es Macbeth?, Norte Sur Teatro ganó el Concurso Estatal de Teatro Maestro Rafael Solana, el premio incluía cinco funciones en distintos espacios de Tamaulipas, de las cuales sólo se ofrecieron tres porque “Tampico no nos quiso llevar porque la obra les parecía muy violenta, el único valeroso fue Matamaros, pero no dimos las cinco”.
“El teatro corresponde a la circunstancia crítica, esto permite que grupos interesados en este tipo de lenguajes puedan llegar a los espacios independientes y a su vez establecer una comunicación frontal con la gente, es la manera también de ver reconstruida la catástrofe, de encontrar una reconstrucción tal vez emocional e ideológica, que es la parte fundamental no sólo del teatro, sino de las artes en general”, expresa el director Ángel Hernández, quien señala que hay una generación de creadores desheredados de los foros tradicionales y formados en espacios independientes como es el caso de su grupo La guarda teatro, que ya lleva ocho años en Tampico, ciudad donde existe foros formales como el Aula Magna y el Espacio Cultural Metropolitano.
“Nosotros queremos establecer un diálogo frontal con la gente y la gente está afuera”, expresa Hernández, quien comenta que Asalta Teatro presentará en diciembre un proyecto de teatro cabaret y en repertorio está el montaje Viejo congelador de carne, una obra que muestra la perspectiva de un criminal que fue traicionado por su compañeros.
Al abordar estos temas existe el miedo a las represalias de los grupos del crimen organizado, sin embargo, se buscan metáforas para explicar esta situación, dice el director: “Es importante destacar que la violencia se ha codificado, y ha encontrado su zona de confort, por lo que es necesario crear proceso para alejarse de los lugares comunes en el teatro del narcotráfico y la violencia”.
Para saber
Teatro en pequeño
El encuentro de Teatro en Pequeño Formato se realizará del 7 al 13 de noviembre en la Casa Inverso Teatro, ubicada en Santa Mónica 256, esquina Reforma, en el centro de Guadalajara.
*Miércoles 9 de noviembre, a las 20:30 horas
La puesta en escena Mute, del Grupo Asalto-Teatro de Tamaulipas. El grupo, que dirige Ángel Hernández, presenta la historia de tres hombres que se ven obligados a vender sus órganos. Los actores son Carlos Arzola, Fernando Rocha y Mario Deance.
* Jueves 10 de noviembre, a las 20:30 horas
La obra Ansiedad, que dirige José Miguel Vázquez Gutiérrez, está basada en el texto Crave, de Sarah Kane. Los actores son Alicia Viridiana Gómez, Elizabeth Sánchez, Guillermo Íñiguez y Alejandro Rodríguez.
http://cainencuentro.blogspot.com