Cultura
Trastorno bipolar, la genialidad de Virginia Woolf
Su muerte fue causada por este padecimiento mental
MADRID, ESPAÑA.- Como toda genialidad frustrada, la de la escritora Virginia Woolf sigue buscando respuesta y según un artículo de un diario español ésta podría hallarse en un padecimiento: el trastorno bipolar, que habría sido lo que la llevó al suicidio el 29 de marzo de 1941.
El texto, titulado Locos geniales, hace énfasis en que la gran tristeza mortal que padeció la escritora británica Virginia Woolf, quien nació el 25 de enero de 1882 y llegó a ser catalogada como una de las grandes plumas de del siglo XX, se debió a un problema de bipolaridad.
Como se muestra en sus textos, en Orlando plasmó el amor que sintió por la escritora Vita Sackville-West; The Waves fue su obra más difícil y en la opinión de Leonard Woolf, la mejor; su crítica feminista la inició con A Room of One's Own; su lucha feminista también incluyó Three Guineas; The Years, su última novela publicada en vida.
Posteriormente, Virginia se mudó a Bloomsbury, donde conoce a su esposo Leonard Woolf.
El 29 de marzo de 1941, la mujer que para las feministas provocó el enfado masculino por la naturaleza de su escritura, rellenó con piedras los bolsillos de su abrigo y se arrojó a las profundas aguas del Río de Ouse, que corría muy cerca de su casa.
El texto, titulado Locos geniales, hace énfasis en que la gran tristeza mortal que padeció la escritora británica Virginia Woolf, quien nació el 25 de enero de 1882 y llegó a ser catalogada como una de las grandes plumas de del siglo XX, se debió a un problema de bipolaridad.
Como se muestra en sus textos, en Orlando plasmó el amor que sintió por la escritora Vita Sackville-West; The Waves fue su obra más difícil y en la opinión de Leonard Woolf, la mejor; su crítica feminista la inició con A Room of One's Own; su lucha feminista también incluyó Three Guineas; The Years, su última novela publicada en vida.
Posteriormente, Virginia se mudó a Bloomsbury, donde conoce a su esposo Leonard Woolf.
El 29 de marzo de 1941, la mujer que para las feministas provocó el enfado masculino por la naturaleza de su escritura, rellenó con piedras los bolsillos de su abrigo y se arrojó a las profundas aguas del Río de Ouse, que corría muy cerca de su casa.