Cultura
Toda cultura tiene necesidad de autocontarse: Jorge Franco
El escritor colombiano presenta su más reciente obra 'El mundo de afuera', novela que retrata los penares de Medellín
GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/14).- Plantear la cruda realidad de la sociedad no siempre tiene que ser tan cruel, afirma Jorge Franco, el escritor colombiano que este 2014 se coronó con el
Premio Alfaguara con "El mundo de afuera", novela con la que retrata los penares de un Medellín que comienza a dar sus primeros pasos sobre la violencia y el crimen.
"Toda cultura tiene esa necesidad de contarse a sí misma. Tengo la convicción de que cada país y cultura hay una aproximación diferente a cada libro y texto, eso tiene que ver con la tradición literaria y del conocimiento que se tenga sobre la realidad de la historia que se está contando".
Jorge Franco, que saltó a la fama literaria con la obra "Rosario Tijeras" en 1999, decidió hacer una peculiar mezcla entre la realidad y la fantasía, elementos que le valieron para desarrollar un texto donde los miedos de la realidad se endulzan con una fantasía esperanzadora.
"Cruzo esas dos líneas, pero no sabía que tanto iban a funcionar complementándose entre sí, pero parece que sí lo hicieron creando un equilibrio entre esa realidad cruda y una fantasía que da un aire más fresco a la historia", explica el autor al señalar que la novela se basa en hechos reales que sucedieron en Medellín a principios de la década del setenta, tras el secuestro de un hombre que vivía en un castillo.
"Eso generó en mí y en la sociedad un impacto muy fuerte porque en esa época estoy hablando de un Medellín que todavía no había incurrido en una violencia tan fuerte, donde todavía el secuestro era un delito muy aislado y esporádico".
Franco toma a "Isolda" como uno de sus personajes principales para explorar por completo la intensión de fantasía a lo largo del relato, pues aunque nunca conoció a la niña que habitó ese castillo y era hija del hombre secuestrado, descubrió que "ella era como una prisionera del amor de su padre porque la protegía de un Medellín que él sabía que comenzaba a deteriorarse.
Ella se vio obligada, por esa sobreprotección, a sobrellevar la soledad de una manera como lo hacen casi todos los niños, inventando un mundo muy propio para sentirse acompañada".
El también creador de "Paraíso travel", asegura que el adentrarse a la literatura fantástica no es solamente darse el lujo de añadir y decorar a la historia con elementos que saquen de la realidad al lector, pues existe el reto de encausar al lector en un dilema: en donde termina y comienza la realidad y la fantasía, respectivamente.
"La fantasía es algo que la misma historia me fue pidiendo, pero sabía que no podía desbordarme en ella para que el relato no perdiera su norte con la realidad. Queda una duda en el lector y en los personajes, de saber qué tanto esa fantasía era producto de la imaginación de la niña o si era realmente lo que está sucediendo. Ese margen de duda es el que me permite a mí no dar el paso completo a lo fantástico".
Con lectura libre
Tras saberse ganador del Premio Alfaguara 2014 -como lo han sido autores como Andrés Neuman, Xavier Velasco o Laura Restrepo-, Jorge Franco reconoce que nació en él un cierto miedo al saber las responsabilidades y compromisos que el acreditarse un reconocimiento de esta categoría conllevaría en sus próximas creaciones literarias, y sobre todo, no caer en una forma de confort.
"Esa postura es muy arriesgada. En la literatura está demostrado que un éxito no garantiza el siguiente. El premio lo recibí como una manifestación de apoyo y confianza y coincidió con los 15 años de la publicación de Rosario Tijeras. Esto fue una manera de cerrar un periodo de disciplina y de entrega al oficio".
"Es una novela a la que le apuesto mucho por el placer de la lectura porque es el principio con el que siempre leo, buscando un rato de entretenimiento, tranquilidad, de viaje y trato de aplicar eso al momento de escribir. Quiero seducir al lector, engancharlo".
EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ
"Toda cultura tiene esa necesidad de contarse a sí misma. Tengo la convicción de que cada país y cultura hay una aproximación diferente a cada libro y texto, eso tiene que ver con la tradición literaria y del conocimiento que se tenga sobre la realidad de la historia que se está contando".
Jorge Franco, que saltó a la fama literaria con la obra "Rosario Tijeras" en 1999, decidió hacer una peculiar mezcla entre la realidad y la fantasía, elementos que le valieron para desarrollar un texto donde los miedos de la realidad se endulzan con una fantasía esperanzadora.
"Cruzo esas dos líneas, pero no sabía que tanto iban a funcionar complementándose entre sí, pero parece que sí lo hicieron creando un equilibrio entre esa realidad cruda y una fantasía que da un aire más fresco a la historia", explica el autor al señalar que la novela se basa en hechos reales que sucedieron en Medellín a principios de la década del setenta, tras el secuestro de un hombre que vivía en un castillo.
"Eso generó en mí y en la sociedad un impacto muy fuerte porque en esa época estoy hablando de un Medellín que todavía no había incurrido en una violencia tan fuerte, donde todavía el secuestro era un delito muy aislado y esporádico".
Franco toma a "Isolda" como uno de sus personajes principales para explorar por completo la intensión de fantasía a lo largo del relato, pues aunque nunca conoció a la niña que habitó ese castillo y era hija del hombre secuestrado, descubrió que "ella era como una prisionera del amor de su padre porque la protegía de un Medellín que él sabía que comenzaba a deteriorarse.
Ella se vio obligada, por esa sobreprotección, a sobrellevar la soledad de una manera como lo hacen casi todos los niños, inventando un mundo muy propio para sentirse acompañada".
El también creador de "Paraíso travel", asegura que el adentrarse a la literatura fantástica no es solamente darse el lujo de añadir y decorar a la historia con elementos que saquen de la realidad al lector, pues existe el reto de encausar al lector en un dilema: en donde termina y comienza la realidad y la fantasía, respectivamente.
"La fantasía es algo que la misma historia me fue pidiendo, pero sabía que no podía desbordarme en ella para que el relato no perdiera su norte con la realidad. Queda una duda en el lector y en los personajes, de saber qué tanto esa fantasía era producto de la imaginación de la niña o si era realmente lo que está sucediendo. Ese margen de duda es el que me permite a mí no dar el paso completo a lo fantástico".
Con lectura libre
Tras saberse ganador del Premio Alfaguara 2014 -como lo han sido autores como Andrés Neuman, Xavier Velasco o Laura Restrepo-, Jorge Franco reconoce que nació en él un cierto miedo al saber las responsabilidades y compromisos que el acreditarse un reconocimiento de esta categoría conllevaría en sus próximas creaciones literarias, y sobre todo, no caer en una forma de confort.
"Esa postura es muy arriesgada. En la literatura está demostrado que un éxito no garantiza el siguiente. El premio lo recibí como una manifestación de apoyo y confianza y coincidió con los 15 años de la publicación de Rosario Tijeras. Esto fue una manera de cerrar un periodo de disciplina y de entrega al oficio".
"Es una novela a la que le apuesto mucho por el placer de la lectura porque es el principio con el que siempre leo, buscando un rato de entretenimiento, tranquilidad, de viaje y trato de aplicar eso al momento de escribir. Quiero seducir al lector, engancharlo".
EL INFORMADOR / NORMA GUTIÉRREZ